Orlán Veinticinco. Garbageland/2
Título Original: Orlán Veinticinco
Autor: Juan Abreu
Editorial: Mondadori
Colección: Literatura Mondadori, 215
Tipo de libro: Novela inédita
Fecha de publicación: Septiembre 2003
Precio: 17,50 €
Páginas: 295
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 84-3970-994-3
Premios:
Comentario:
Juan Abreu es un cubano que huyó de la isla durante el Éxodo de San Mariel. En el exilio americano inició su carrera literaria, en la que «Orlán veinticinco» es la segunda entrega de una trilogía iniciada con «Garbageland» y que concluirá con «El Masturbador».
¿Qué se puede decir de una novela tan caótica y efectista como ésta? Tómese una escena de muestra: monjes guerrero pro-sistema con rostros de figurilla de porcelana Lladró atacan a nuestro héroe, Alfil Tres, quien se defiende esgrimiendo un arma capaz de combatir la NewEstética: un pincel-arma que reparte brochazos de pintura expresionista. Evidentemente, los malos huyen despavoridos, tras un alarde de vacua tecnojerga y neologismos en espanglish. Digamos que si la portada es colorista, caribeña, que se recrea en el impacto visual, no lo es menos el texto del interior.
En un principio, la multitud de imágenes y personajes delirantes con que se bombardea al lector consiguen descolocar: pintores expresionistas, monjas guardaespaldas, artistas corporales, realidad virtual (omnipresente), y clones, muchos clones. Pero pronto tanta artificiosidad se convierte en tedio ante un argumento ilusorio que sólo pretende epatar. La excusa de una ácida crítica a la globalizada sociedad de consumo occidental cae por su propio peso ante la fantasía adolescente y masturbatoria del autor proyectado en sus personajes libertarios; detrás de la denuncia a la NewEstética Disney está la propia estética posmoderna en la que se recrea y, lo que es peor, no parece darse cuenta.
Fallido experimento literario, que bebe de diversas fuentes: New Age, cyberpunk, surrealismo, Dick, Van Gogh, Kafka o el Apocalipsis según san Juan. Es de agradecer que Mondadori publique obras y autores que traten un fantástico diferente; sin embargo, hay ocasiones en las que, como en ese bello cuento de Andersen titulado "El traje nuevo del emperador", un ingenuo niño advierta ante el beneplácito del respetable: “Pero si está desnudo...”.
Valoración: Insuficiente
(Reseña publicada en la revista «Solaris 21»)
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