La dama número trece
José Carlos Somoza
Editorial DeBolsillo - BestSeller
Novela. Reedición. 2004
464 páginas. Precio: 8,50 €

 

 

Salomón Rulfo, profesor de literatura desempleado, comienza a sufrir pesadillas en las que una mujer reclama su ayuda mientras es brutalmente asesinada. Constatada la veracidad del crimen, y alentado terapéuticamente por su médico, decide visitar la mansión madrileña donde tuvo lugar el hecho, a la puerta de la cual encuentra otra testigo. Este inicio, que podría corresponder a un nuevo thriller plagado de clichés de género, no es más que la punta del iceberg, un resumen de contraportada que no hace justicia a la historia que se oculta en su interior. Por ello, el lector haría bien en adentrarse en el sutil universo ideado por Somoza sin ideas preconcebidas, para así descubrir que las musas son en realidad trece damas que bajo determinadas condiciones interaccionan con el mundo de los hombres, obedeciendo oscuros propósitos absolutamente contrarios a los que los poetas imaginaron.

 

En efecto, en compañía de tres personajes muy dispares pero que comparten fracaso e indiferencia por su vida, constataremos cómo las damas coexisten en nuestro plano de la realidad y aquellos que osen interferir en sus manejos sufrir toda clase de tormento; porque la poesía, además de crear belleza, puede ser utilizada como arma mortal. Son el poeta Salomón Rulfo, hundido tras la muerte de su prometida Beatriz dos años atrás; el doctor Ballesteros, hombre cabal cuyas ganas de vivir expiraron con la muerte en accidente de tráfico de su mujer; y Raquel, prostituta de oscuro pasado y dudoso presente. La obra gira en torno a un misterioso objeto hallado en el acuario de la finada, una figura con la palabra Akelos escrita al dorso y que conduce a la búsqueda de la dama número trece, Saga.

 

José Carlos Somoza es autor de un elenco de obras estimables, la mayoría galardonadas en los principales certámenes literarios del país: Café Gijón, La Sonrisa Vertical, Fernando Lara, Miguel de Cervantes de teatro, Margarita Xirgu de teatro radiofónico, finalista del Nadal, etc. Podemos considerarlo como un literato de nuestro tiempo, puesto que aúna alta calidad literaria con un producto de entretenimiento atractivo para un público amplio. Así, en la novela encontramos elementos que hoy se nos antojan patrimonio casi exclusivo del BestSeller: intriga en la investigación de una cadena de asesinatos, truculencia –sin caer en el vano deleite- en el relato de los crímenes, atracción por los pasajes más sórdidos de los personajes, intromisión de fuerzas sobrenaturales… pero, bajo todo ello, subsiste la esmerada laboriosidad de un maestro artesano.

 

Su manejo del lenguaje es excepcional; no sólo emplea la palabra más adecuada a contexto (el famoso dardo en la palabra), sino que busca el término exacto que describe un concepto complejo. Sus descripciones y metáforas son elegantemente poéticas, ingeniosas, bellas. Su prosa elevada pero accesible. Su sentido del ritmo magistral. Tratándose de una investigación de tintes fantásticos, uno de los elementos que mejor se ha cuidado es el clima: los momentos de angustia y tensión son constantes, hitchcockianos, en escenas como el sueño revelador, la entrada a la mansión o el descubrimiento del imago, por citar algunos iniciales de entre la multitud de ejemplos; son momentos de ambigüedad que generan nuevos enigmas que impiden la vuelta atrás de los protagonistas. Un recurso muy utilizado para reforzar la afirmación anterior es la introducción de frases (en cursiva) que rompen el discurso lineal en presente, para denotar pensamientos íntimos de los personajes, recuerdos, acontecimientos futuros o intromisión del elemento sobrenatural. Una técnica sorprendente y rica, que antepone la sugerencia a lo explícito.

 

Porque ese es otro detalle característico del particular estilo del autor: la economía, que se refleja especialmente en los frecuentes diálogos, prácticamente siempre manejando solo dos personajes. Como lo es el tratamiento de personajes, magníficamente retratados con delicadas pinceladas, sin estridencias, con cariño; personajes que alterna con maestría en base a bruscos cambios de escena, en un nuevo intento por romper la dictadura de la narración lineal.

 

Aunque la idea central de la novela no sea exactamente una aportación novedosa (el propio Somoza cita una obra de Robert Graves), su originalidad proviene de la elegancia con que urde una trama en la que la literatura irrumpe en la cotidianidad de unos personajes unidos finalmente por la sed de venganza, un complejo puzzle que se va complicando hasta extremos insospechados, metáfora del poder de las palabras, la ilusión del libre albedrío y el efímero esplendor de humanos e incluso inmortales. O, en palabras tomadas del Inferno de Dante: lasciate ogne speranza.

 

Una obra sobresaliente.

 

 Valoración: 9

<Adquiere tu ejemplar>

<Página principal>