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¿Escasez
de petróleo? Premio Espiral ciencia ficción 2003 El presente volumen incluye el ganador, finalistas,
relatos “Mención del jurado” y otros destacados por el editor en la cuarta
edición del premio Espiral de Ciencia
Ficción. A diferencia de otros galardones, el presente propone un tema
central al que los participantes deben adscribir sus relatos, siempre dentro
de un marco de ciencia ficción; no es esencialmente una idea original (la
colección Andrómeda promueve
igualmente volúmenes temáticos), pero se trata del único exponente conocido
en formato premio, al menos en el ámbito nacional. Conviene señalar que esta brillante idea no termina de
alcanzar la madurez deseada: edición tras edición, los relatos publicados han
demostrado su estrechez literaria y espíritu amateur, mientras que autores
más fogueados declinan su participación (posiblemente más interesados en
participar en otros concursos de mayor relevancia, competitividad o montante
económico; o, simplemente, ocupados en publicar de forma más o menos
profesional). Y es una verdadera lástima, porque sería francamente
interesante observar hasta donde serían capaces de llegar las mejores firmas
de la ciencia ficción autóctona ante un reto común. Desgraciadamente, hoy por
hoy, el premio parece abocado a ser cuna de aficionados pergeñando su primer
vuelo. Sería bueno que el jurado apostara más por la calidad, sin miedo a
dejar desierta alguna convocatoria; quizá concentrando los mejores relatos en
un único volumen que abarcara varios años en vez de uno anual, a semejanza
del premio Alberto Magno de la Universidad del País Vasco. En lo que respecta a la presente edición, la mayoría de relatos
pueden encuadrarse dentro de la etiqueta de ciencia ficción; eso sí,
lastrados por ideas bisoñas cuando no de un idealismo juvenil y/o
panfletario. Por otra parte, fueron excepción quienes captaron la pregunta
inherente al tema propuesto: “¿Escasez de petróleo?”; pero dejemos que hablen
los autores por si mismos. Valoración:
3 |
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"Mono a vapor", de Daniel Pablo López En un futuro
próximo a lo Mad Max, el
petróleo se agotó y es sustituido por energía generada en centrales de fusión
nuclear ubicadas en la cara oculta de la luna (¿por qué allí?), enviada en
forma de microondas de alta intensidad por una red de satélites hasta las
antenas receptoras en Tierra. Crawford, responsable del oligopolio energético
y megalómano confeso, idea un plan inverosímil para hacerse con algo muy
deseado, empleando para ello “corredores” o correos humanos radicalmente
alterados para facilitar su aerodinamismo. A pesar de ser el único relato que
esboza una alternativa realista basada en la tecnología actual, otorgarle el
primer premio se antoja a todas luces excesivo: narrado con cierto desapego, maniqueísta, con venganzas previsibles y
diálogos muy mejorables, no deja de ser un modesto cuento de final chapucero
aunque de algunas ideas interesantes desperdigadas aquí y allá: los citados
corredores, los “raceros” o nómadas independientes
energéticamente, la relevancia de la telepresencia
en un mundo donde los desplazamientos son prohibitivos, etc. Valoración:
3 |
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"El olor profundo de la
tierra", de Juan Antonio Fernández Madrigal En una indeterminada república ex Soviética, la
detección ilícita de microbolsas de petróleo por
parte de los clanes o mafias familiares supone una nueva fuente de ingresos
de alta rentabilidad dado que los yacimientos principales están agotados;
para ello emplean un curioso método artesanal: implantar un chip neuroguía en bebés con la esperanza de que, en pocos
años, madure y éstos puedan “oler” el crudo. Como en el caso anterior, se
trata básicamente de una historia de venganza por parte de una “víctima del
sistema” contra la estructura macroeconómica global, algo confusa y lejos de
los mejores trabajos del autor, generalmente de estilo más acusado y
experimental. Valoración: 4 |
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"Velas rojas en el
crepúsculo", de Leopoldo García Pax Ubicum es el nuevo organismo global que
sustituye a los estados nacionales, una dictadura igualitarista que asegura
la paz a cambio de libertad y cuya división de seguridad tiene, entre otras,
la misión de proteger el flujo del petróleo empleando la fuerza necesaria. En
el Golfo Pérsico, una fuerza de asalto que hace frente a un ataque terrorista
consigue capturar a su líder; se inicia entonces un interrogatorio entre reo
y captor que se pretende duelo dialéctico pero se reduce a crispante diálogo,
pleno de moralina y pobre argumentación. Se mezclan conceptos hoy tristemente
conocidos por todos dada la situación actual de Oriente Medio y, en especial,
Irak: integrismo, neocolonialismo económico, intervencionismo occidental,
expolio de materias primas, etc. en una crítica a la globalización y el
pensamiento único. Por otra parte, el manido recurso de informar al lector obligando a los personajes a detallar
situaciones que les son harto familiares resulta aquí especialmente molesto.
Demasiado poco para haber logrado podium. Valoración: 3 |
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"Primer turno de noche", de
Iñigo Artamendi En un mundo devastado por el efecto invernadero,
las grandes urbes han sido abandonadas y la población se refugia en pequeñas
comunidades agrícolas más o menos autosuficientes. Salamanca es la nueva
capital del estado y en Madrid, muchos años aislada y habitada por moradores
semisalvajes, se instala un acuartelamiento de la Guardia Civil como punta de
lanza que posibilite su recuperación. El veterano Ramiro, de guardia en una
garita, entabla una conversación con un bisoño compañero recién llegado,
desvelando un paisaje post apocalíptico cuando menos digno (pero, si de
verdad quieren leer un potente post apocalíptico madrileño, no se pierdan
“Selección natural”, de Lorenzo Luengo, en la revista 2001 nº 6). A pesar de
sus evidentes carencias, por ambición y originalidad hubiera merecido algo
más que una simple “Mención del jurado”; al menos, es el que expone de una
forma más coherente el caos y desmembración social fruto de la carencia de
petróleo y el único que ha intentado perfilar mínimamente
unos personajes. Además, por si fuera poco, cuenta con el mejor final de
todos los presentes. Valoración: 4,5 |
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"El cuento del flautista",
de Javier Navas Un desconocido porta un mensaje para el jefe de
una granja: un amigo le solicita la devolución de un antiguo favor para
solucionar una situación difícil en la ciudad de la que es responsable. Dado
el delicado estado de salud del granjero, decide enviar a su hijo y éste pronto
se percata de algunos pequeños detalles que no concuerdan con la versión
oficial. Relato muy amateur, simplista y con personajes de cartón piedra,
contado a modo de narración oral realizada por un cuenta-cuentos a unos
niños. Historia de dobles engaños que emula en su final al famoso cuento del
Flautista de Hamelín, demasiado evidente en su
denuncia. Valoración: 2 |
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"El polen de Pandora", de Jorge Antares Un
periodista en una cumbre del Fondo Monetario Internacional conoce a un misterioso
doctor que le informa de que posee la llave para la energía natural, para, al
poco, sufrir un repentino accidente mortal. Rocambolesca historia de
venganzas antisistema, demagógica, tendenciosa y primeriza, con un base
argumental bastante increíble (¡una planta cuya savia posee las mismas
propiedades que el petróleo!). Valoración: 2 |
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"El jardín en la sonrisa", de Yuri Herreras Los 40 personajes más poderosos de la Tierra son
convocados por el presidente del Consorcio Mundial de Empresas de Energía
para explicarles el proyecto EnerGaia: la
explotación de forma minorista de fuentes alternativas de energía. Este
aparente “suicidio” económico para su consorcio acabará, como en la mayoría
de cuentos, dando su fruto: un mundo más limpio y feliz, la utopía del
crecimiento sostenible hecha realidad. Historia extremadamente ingenua y
esquemática, encarnada por un visionario Mesías filántropo al que los duros
hombres de negocios primero y la humanidad después se plegarán dócilmente
ante argumentos tan incontestables como: “La explotación de las fuertes
alternativas de energía no eran viables, pero como el petróleo se acaba, hay
que hacerlas viables”. A pesar del poético título, hay cuentos a los que no
se hace ningún favor verse publicados, y me temo que estamos ante un buen
ejemplo. Valoración: 1 |
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"El negocio del siglo", de Luis Ángel Cofiño Cofiño, autor de la
estimable novela El Cortafuegos,
presenta el único relato en el que el petróleo no está agotado, sino que ha sido
desplazado fundamentalmente por la energía nuclear. Un agricultor es estafado al comprar unos terrenos para
uso agrícola en una zona petrolífera, por lo que decide convertirse en
extractor y devolver el golpe. Con un estilo próximo a la época dorada, es
uno de los relatos con más oficio y sin duda merecedor de estar “más arriba”
en el podium, en el que destacan los golpes de efecto a cargo del analfabeto
pero avispado agricultor. Valoración: 4 |
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"Bitumen", de Marcos Manuel Sánchez El turno
de guardia en la garita de la policía energética permite ahondar en las
razones de la crisis del petróleo y abrazar la ideología petrolander (descontentos con
el sistema que proclaman el reciclaje del petróleo procedente de bitúmenes de
las arenas). Panfletario, aburrido, largo y de un idealismo infantil; si el
cuento de Herreras era
impublicable, éste es aún peor. Valoración: 0,5 |
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"Bicicletas", de Miquel Esteba Una
mujer rememora su vida como estudiante en una localidad francesa durante los
años 70’, con sus preocupaciones, amores despechados y otros pequeños
detalles que conforman una existencia, narrado en un prolongado flash back. Si bien parece claro el
intento por establecer una especie de “punto
de encuentro entre los grandes problemas a escala mundial (crisis del
petróleo de 1973) y los pequeños conflictos de una joven”, el resultado
queda bien lejos de los propósitos iniciales. En mi opinión, si se hubiera
conformado con establecer una mirada nostálgico-sentimental sobre la vida,
más centrada y concentrada, y se hubiera olvidado de este concurso y sus
bases, la narración hubiera ganado bastantes enteros. Valoración: 3,5 |
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El
petróleo se agota a causa de una paleobacteria que
destruye el crudo pero, paradójicamente, el problema global no es ése sino
que la menor emisión de anhídrido carbónico por combustión de petróleo a la
atmósfera produce el efecto contrario al invernadero (¡!): la temperatura
media terrestre baja 4º C y origina un frío y permanente invierno que causa
efectos colaterales como la progresiva impracticabilidad de zonas con
cultivos, hambre, etc. En esta tesitura, gigantescos petroleros como el
comandado por el capitán Harbinger se adentran en
la península arábiga protegidos por todo tipo de armas defensivas, que
intentan evitar los frecuentes ataques terroristas o de pillaje. Irregular,
con un final brusco y carente de toda lógica, sabe aprovecharse de hechos
reales como atentados islamistas contra buques petroleros para dotar de mayor
verosimilitud al relato. Valoración: 3 |
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"La
encrucijada del agua y la cebada", de Marco Herreras Un
ingeniero biotecnológico pierde su empleo en la fábrica de cerveza (de ahí el
título) en la que trabajaba a causa de una pertinaz sequía, en un mundo cuyo
clima parece haberse vuelto loco. Tras una charla con un teólogo de la
liberación, se reconvierte en un ferviente seguidor de los principios del
desarrollo sostenible y decide tomar parte en una cooperativa solidaria donde
pueda desarrollarse como persona. Utópico, doctrinario, juvenil, el texto
emana un mensaje solidario, ecologista e indigenista, con una pizca de
mística y un mucho de panfletaria crítica anti-neoliberal
contra las multinacionales petrolíferas y el efecto invernadero. O bien llegó
tarde a la anterior edición del premio Espiral (recordemos el tema:
Globalización) o decidió reenviarlo en espera de mejor suerte. No cuela. Valoración: 3 |
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"Diario de una cura", de Rubén
Estrada La escasez
de crudo trajo consigo experimentos genéticos para producir petróleo en seres
vivos (¡!) y, con ello, se extendió la plaga que asola el mundo. Los
supervivientes malviven trabajando en minas y vistiendo harapos a la espera
del reparto de alimentos, entre ellos el protagonista que escribe el diario
de sus vivencias y una niña huérfana que le acompaña. Uno de los cuentos más
tendenciosos y torpes del libro, que utiliza sin pudor el dolor infantil para
intentar provocar empatía en el lector; no lo consigue, más bien lo
contrario: produce irritabilidad. Por otra parte, se da a entender que
ciertamente existe una cura para el mal, pero la torpe factura en la que está
escrito no permite aclarar si finalmente es utilizado o no. Demasiado
catastrofista para servir de colofón a la antología. Valoración: 1 |
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