Fabricantes de Sueños. Selección 2004
Belén Blanco y Alberto García-Teresa, seleccionadores
Asociación Española de Fantasía Ciencia Ficción y Terror
Antología inédita. Julio 2004
191 pags. Precio: 10 €

 

Un año más, la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror edita una nueva entrega, la quinta, del Fabricante de Sueños, colección de relatos cuya intención es servir de escaparate para el público general del actual panorama fantástico autóctono. En este sentido, además del objetivo básico de seleccionar aquellos textos con mayor calidad literaria, se buscan otros como representatividad o diversidad, de autores, medios y temáticas, y es en este juego de equilibrios donde la máxima inicial puede salir perjudicada. Digamos que se diluye la idea de editar un “lo mejor del año”, algo que quizá no tenga claro el lector potencial.

 

Aunque el libro intente cumplir tales objetivos, buena parte de su éxito o fracaso reside en la distribución, es decir, su capacidad para ser accesible por un público. Desgraciadamente, y hasta que la idea no se “venda” a una editorial con mayores medios, este tipo de iniciativas son aún demasiado modestas como para considerarse exitosas; sirva la anécdota de que el primer relato seleccionado fuera publicado en una antología de la editorial Valdemar, que a buen seguro habrá gozado de mayor proyección y ventas que el conjunto de todos los Fabricantes de Sueños hasta la fecha.

 

Centrándonos ya en el volumen, una exquisita ilustración de portada, de tintes decimonónicos, apela a la irracionalidad y sirve de ruptura con el materialismo realista. A continuación, la selección se abre a una introducción que desgrana pormenorizadamente la producción de índole fantástica del pasado año, en el que se echa en falta la faceta de ensayo (escasa) y donde se ha colado una graciosa errata, al citar la reedición de un clásico menor: La plica de PLINIO el viejo; una magnífica idea que, junto a la imprescindible presentación de autor (y no tanto del medio donde el relato fue publicado) y una cuidada composición de textos, conforman un volumen atractivo y en consonancia con otras publicaciones literarias. Un estándar de lo que debieran ser este tipo de volúmenes recopilatorios.

 

Si analizamos detenidamente el libro, observamos varios detalles dignos de mención: tres de los ocho relatos seleccionados provienen de un mismo medio (Artifex 2ª Época), todos los autores son hombres y tres de ellos argentinos. Este último dato no debiera sorprendernos si tenemos en cuenta la proyección de autores latinoamericanos a todos los niveles de las letras españolas, aunque tal vez sí parezca excesiva la coincidencia de nacionalidad a tenor del bagaje desarrollado y potencial de escritores mexicanos o cubanos, por ejemplo. Otro dato relevante es la diversidad de medios de publicación: así, por vez primera se escogen dos relatos procedentes de antologías, uno de revista electrónica (e-zine) y el resto de diferentes publicaciones periódicas.

 

Ocho relatos que tal vez no sean los mejores del año (sinceramente, no me lo parecen, y si comparamos con los Premios Ignotus -que premian la mejor producción fantástica- sólo uno de ellos ha resultado finalista cuando el nivel de coincidencia solía ser mucho mayor), pero sin duda sí son representativos de la actual literatura fantástica escrita en castellano. Un nivel medio suficientemente alto, aunque lejos de los oasis de brillantez de pasados años. Un año, por tanto, de consolidación y preparación a todos los niveles (calidad, comercialidad, profesionalización) del salto realizado durante 2004.

 

 Valoración: 6

 "Los comedores de insectos", de Vicente Muñoz Puelles

Relato incluido en su antología El último deseo del jíbaro y otras fantasmagorías, una “suma de biografías fabuladas en una suerte de feria de los horrores” en palabras del seleccionador. El pasaje del loco Renfield del Drácula de Stoker sugiere al joven Holt el rumbo de su destino: dedicará su existencia a divulgar las exquisiteces culinarias de los insectos. Muñoz demuestra tablas de buen prosista, solidez de planteamiento y un excelente sentido del ritmo que, quizá debido a la brevedad del texto, se ve enturbiado por una relativa simpleza argumental. El final da un giro de 180º para replantearse el principio de causalidad, una pirueta bien entretejida pero no demasiado original para los aficionados al fantástico, que recuerda otras incursiones de autores mainstream en temáticas de género.

 

 Valoración: 6

 "El último Noé", de José Carlos Canalda

Durante un paseo matinal por una población costera cantábrica, un acaudalado empresario observa una crecida anormal de la marea. Es el primer síntoma de una subida gradual e inexorable del nivel del mar, por causas desconocidas. Impulsado por un innato instinto de supervivencia, el protagonista inicia entonces un periplo que le llevará a recorrer diferentes puntos cada vez más elevados del planeta en un intento por escapar de la muerte.

 

Aunque ambientada en la actualidad, el autor relata la crónica de la desaparición de la tierra emergida bajo la faz de las aguas con un estilo y desarrollo que recuerdan a la novela catastrofista de inicios de siglo XX. De hecho, quedaría más coherente si estuviera ubicada en esa época, obviando así escenarios más extremos para el ocaso del ser humano (que el autor olvida), como el medio submarino o espacial.

 

Canalda, a pesar de sus limitaciones, ha demostrado que cuando quiere puede llegar a ser un narrador más que digno (léase, por ejemplo, “La mansión de los umbrales infinitos” o “El guardián de los libros olvidados”). No obstante, en este caso y al margen de la extravagancia de algunas hipótesis barajadas o la solidez científica de la propuesta (en realidad, no existe agua suficiente como para elevarse en todo el globo miles de metros por encima del nivel del mar), la endeblez del planteamiento, el tono monocorde, reiterativo e ingenuo, la torpe puesta en escena y la suma de incoherencias (*) le restan méritos para figurar en una antología de estas características.

 

(*) Como colar al protagonista en un avión con destino a Turquía que intercambia medicinas por alimentos en plena agónica e irreversible carestía de combustible, o infravalorar el flujo de refugiados, que parece que en este mundo globalizado sólo el protagonista piensa en las tierras altas del Tíbet. O citar Castilla la Vieja en la actualidad…

Valoración: 4

 "Deshacer el mundo", de Joaquín Revuelta

(Premio Domingo Santos 2002)

 

En la Nueva Sociedad interconectada a la Red, sus miembros se dividen en jackers (conectados) y dummies (no conectados o parias). Al igual que en el policial de Eduardo Vaquerizo (Rax), el protagonista pertenece a la minoría incapaz de interactuar con el mundo virtual; quizá por ello, su novia es tan especial: le respeta y evita conectarse en su presencia. Pero un acontecimiento irresistible conducirá a la separación y, tras cinco días de observar la descomposición de su mundo, la mirada perdida del protagonista da inicio al relato.

 

Una de las principales bazas del texto es jugar con el origen, dimensión y consecuencias del desastre: el lector desconoce a qué se está enfrentando, y ello acrecienta la sensación de angustia, irreversibilidad, globalidad. Por otra parte, la historia transcurre en el apartamento del protagonista, pues no son necesarios escenarios adicionales porque el boletín de noticias del ordenador y la ventana del apartamento bastan para extrapolar de lo personal a lo universal. La nieve tras el cristal y el dolor por la pérdida crean la atmósfera adecuada, donde quizá el único elemento que falle sea la justificación -demasiado explícita- del caos.

 

Amarga, sutil, con un emotivo flash back y un final esperable en lo personal que, sin embargo, da un giro de 180º a la situación planteada inicialmente. Un relato de atmósfera poéticamente pesimista y ambientación cyberpunk, como si a un personaje de Ballard le hubiera ocurrido una catástrofe propia de Gibson. Una tenue esperanza para la humanidad que no es suficiente para muchos en el, por fin, primer relato que merece la pena del volumen.

 Valoración: 7,5

 "Desde la jaula", de Fabio Ferreras

Un tranquilo picnic dominical se trasforma en pesadilla para una veintena de ciudadanos elegidos al azar. Ya en el trayecto hacia en el parque aparecen elementos que evidencian la descomposición de las reglas de convivencia social: la familia del protagonista observa pasiva cómo en un semáforo (al que ya casi nadie respeta) un joven asesina a otro para robarle su motocicleta. Posteriormente, en la redada policial, el protagonista es detenido y encerrado en una jaula en mitad del parque. Con la connivencia de la TV, se retransmite el espectáculo mediático (la comparación pasa de La cabina a Gran Hermano), así como el posterior comunicado: cansados de batallar contra un número cada vez mayor de delincuentes, impotentes y diezmados, la policía ha decidido elaborar un ultimátum a la sociedad: la libertad de cada inocente por cada malhechor entregado. Y, como para corroborar la huída hacia delante de las teóricas fuerzas del orden, nuevas jaulas son instaladas por todo el país.

 

El texto refleja una actitud ambigua: por una parte, denuncia la inoperancia de las fuerzas establecidas para hacer frente a una situación cada vez más compleja y explosiva, así como los mecanismos empleados para combatirla; por otro, arremete contra la pasividad ciudadana frente a la violencia o la aceptación de su destino sin siquiera pensar en plantar cara (aunque me temo que las posibilidades de acción frente a las fuerzas policiales son diferentes en Latinoamérica y Europa). Las soluciones aportadas no sólo bordean sino que caen dentro del más estricto dogma fascista, tal vez para favorecer la toma de conciencia aunque de manera forzada y harto tendenciosa (“todos somos culpables de una sociedad que engendra monstruos”). Una lectura en evidente clave sociopolítica, pero escasa entidad literaria.

 

Ubicado en Buenos Aires y poblado de localismos (barriletes por cometas, rulero por infractor de tráfico, caños por tubos de montaje), el relato puede ser encontrado en la web personal del autor, en lo que creo es un error que debieran subsanar los responsables de esta antología.

 Valoración: 5

 "Viaje de vuelta", de Carlos Suchowolski

Como Ulises, un atlante regresa a su continente-isla tras un largo destierro voluntario. Entre las tinieblas del recuerdo, su anhelo de regreso y el temor a encontrar (o no encontrar) el mundo tal como lo dejó, busca su antiguo amor, abandonada a su suerte para gozar de los favores de una vida errante. Encuentra a cambio una vieja (¿su antiguo amor? ¿La muerte? ¿Un oráculo?), que le ayuda a recuperar la memoria. Pero, ¿se trata realmente de recuerdos o sus vivencias no han sido más que una entelequia?

 

Relato de concepción casi borgeana, poblado de exquisitas metáforas y largas frases que sirven a los circunloquios del protagonista, un texto demasiado irregular que navega sin rumbo durante demasiado tiempo: ora parece centrarse en el retorno del exiliado, ora en la recuperación del pasado y su antiguo amor, más tarde plantea la duda existencial entre recuerdo y potencialidad futura… El ritmo lento y cansino del larguísmo prólogo provoca hastío por reiteración, pero el elemento fantástico final lo compensa, así como los crecientes toques oníricos. “¿Qué es real?” “¿El sino de todo es volver a empezar?” “¿Dónde está ese sitio en el cual lo inacabado continua, ese tiempo donde lo que no ha sucedido se repite?... instantes congelados en la eternidad de nuestras vidas” Recuerdos del futuro, potencialidades que colapsan o no en realidad. Alternativas vitales que crean universos alternos, recuerdos que generan nuevos futuros en base a pasados cambiantes. Un final sugerente para un escritor refinado, recuperado de los viejos tiempos de la contracultura en publicaciones como Sinergia o Zikkurath.

 Valoración: 7

 "Ellos", de Santiago Eximeno

Reescritura en clave de terror psicológico (tan a gusto del autor) del célebre poema del alemán Bertold Brecht. Eximeno se las ingenia para, transformando mínimamente el original, dotarle de un enfoque diferenciado y nuevos y angustiosos significados: la alienación, la otredad, el temor a ser diferente. Original.

 Valoración: 7

 "1995", de Carlos Fernández Castrosín

Unos periodistas del Channel Five se internan en China para rodar un documental sobre las condiciones de vida de sus orfanatos. El reportaje, que denuncia la situación de absoluto desamparo, degradación y tortura especialmente del millón de niñas abandonadas por la política demográfica estatal, conmocionará al mundo. Y, sin embargo, aún falta por revelar un horror mayor.

 

Relato que recrea el documental verídico que sacó a la luz el horror de los hospicios chinos. El autor emplea un collage de elementos reales y ficticios (al igual que en las películas se incluyen imágenes de archivo o documental) para dotarle de mayores visos de verosimilitud o, simplemente, por pura y simple experimentación: el citado reportaje, recortes periodísticos (sobre los trabajos que permitieron conceder el Nobel a varios genetistas), etc. De hecho, algunos de estos recortes (como el del injerto de oreja humana en una rata de laboratorio) han sido tomados “demasiado literalmente” de la prensa. Castrosín, especialista en personajes en descomposición que habitan futuros próximos, une ambos conceptos: orfanato y genética, e idea un Frankenstein con pies de leyenda urbana, muy lejos en estilo y resultados de la angustia existencial ballardiana que caracterizan sus mejores obras.

 Valoración: 4

 "El baile de las víctimas", de Carlos Gardini

En el París del siglo XVI, el cruel Monsignor Betulla inicia a un mendigo en la sed de sangre por el placer de repudiarle posteriormente. Abandonado, huye al bosque donde encuentra otros hijos de la noche y un nuevo maestre al que servir y de quien aprende los secretos de su condición. Armado con el poder de la palabra y el conocimiento, haciéndose fuerte en la maldad, planea su venganza mientras la niebla del tiempo parece desvanecerse.

 

Gardini no es un autor difícil pero sí exigente con el lector (quizá por ello ha obtenido escasos premios de jurado popular). Sus escritos se caracterizan por un estilo depurado, elegante e inteligente, que despiertan inequívocos ecos míticos. Este es, no obstante, un relato de posibilidades truncadas: historia de venganzas que desaprovecha el sugerente marco romántico con el que se inicia para concluir en un final decepcionante ubicado en nuestros días. Apenas esboza la fuerza que emana del personaje mortalmente atormentado, sus descripciones no deslumbran salvo excepción (como cuando elabora un largo juego que encadena sustantivo y calificativo para denotar la decadencia de una época y lugar: giboso château, poniente bilioso, sombras contrahechas, corredores mohosos, escaleras hediondas, penumbra grumosa…). Relato finalista del Pablo Rido 2002, que posee puntos de conexión con una de sus escasas novelas inéditas en España: El libro de la tribu.

 Valoración: 6,5

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