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Galaxia
nº 10 La refundación de Galaxia de las cenizas de
la malograda 2001 aportó un enfoque novedoso en el mercado en auge de
las revistas dedicadas al género fantástico y de ciencia ficción en España.
Su propósito generalista, su accesibilidad en kioskos y su especialización en
terror y pulp, ambos aspectos
escasamente tocados por sus competidores, le ha proporcionado un cuerpo de
lectores en muchos casos diferenciado del comprador habitual de otras revistas
de género. Detrás del staff técnico
se encuentra una pequeña editorial, Equipo
Sirius, especializada en libros de divulgación científica y literatura de
ciencia ficción, de reconocida filia por autores hispanoparlantes. En este su décimo número llega la hora de hacer
balance, que no puede ser más positivo: ha rescatado del olvido muchos
clásicos menores y mayores de la literatura fantástica nacional y foránea;
publicado autores consagrados y prometedores noveles; entrevistado a
personajes relevantes (muchas veces en la sombra, como importantes editores o
valiosos escritores); incluido una miríada de artículos divulgativos, ensayos
de fondo, secciones específicas, noticias… contenidos que le sirvieron para
que con apenas unos meses de vida fuera elegida Mejor Revista Europea en la
EuroCon. Buena culpa de todo ello la tiene su director, León Arsenal,
flamante ganador del I Premio Minotauro de Literatura Fantástica y de
Ciencia Ficción por su novela Máscaras
de matar, que ha sabido equilibrar géneros muy diversos, novedades y
clásicos, ficción y no ficción. El citado enfoque generalista ha propiciado la
inclusión de gran cantidad de artículos de temática diversa e irregular
factura, en lo que a priori parece la publicación periódica más accesible
para que un aficionado anónimo pueda aportar su granito de arena. No
obstante, en su principal virtud radica quizá su mayor defecto: la elevada
cantidad de contenidos con el que se intenta atraer al máximo público
potencial posible genera una sensación de desorden, de ser una especie de
cajón de sastre fantástico en el que todo vale. Sería recomendable organizar
de otra forma y mejor ese material, quizá estructurando la revista en
secciones más significativas si no se desea recurrir a especiales temáticos.
Por otra parte, en este replanteamiento sería bueno evitar pasados errores,
como la publicación de áridos artículos científicos o grotescas revelaciones
pseudocientíficas; no todo es admisible en una revista consagrada a la
literatura fantástica. Las reseñas bibliográficas, en general irregulares
e impersonales, son otro elemento de mejora, aunque los extractos breves de
50 palabras constituyen un sello diferencial que permite además dedicar
espacio a títulos que nadie más recoge. Otro aspecto a considerar son los seriales;
recuperar el viejo espíritu con el que fueron publicados determinados relatos
puede ser una interesante aportación, pero siempre que se trate de textos
auto-conclusivos (caso del presente “Herbert
West, reanimator”), evitando truncar relatos largos no pensados para
ello. Libros Extranjeros es una excelente sección –la única que se salvó de 2001-
a cargo de Sue Burke que merece mayor espacio. Por último, la
ilustración de portada debiera cuidarse más, algo perfectamente factible a
tenor del cuidado aspecto gráfico interior, y pensar seriamente en un cambio
de formato que redujera el tamaño A4 hoy día más propio de un fanzine. En resumidas cuentas, una publicación interesante
y necesaria en el actual panorama fantástico, no sólo por los contenidos sino
por el público diverso y ecléctico que aglutina. Valoración:
6 |
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"Las vidas de piedra", de José Miguel Vilar Como en los
viajes de Ulises o los Doce Trabajos de Hércules, el solitario
aventurero Saad afronta una nueva etapa tras finalizar un trabajo: arrancar un diamante de la
boca del león de oro de la isla de Zohal. Tomando un barco encantado por un efrit (genio), se hizo a la mar
siguiendo la corriente por aguas inexploradas y al séptimo día de navegación
llegó al puerto de una esplendorosa ciudad en la que sus habitantes eran
pétreas estatuas. En el palacio del sultán encuentra un anciano escultor, que
afirma haber esculpido estatuas durante miles de años. Relato
preciosista de cuidadas descripciones y perfecta ambientación, un poético
arabesco o fantasía a la manera oriental escrito con notoria exquisitez. Como
en buena parte de los relatos árabes (inevitable su comparación con Las Mil y una Noches), la aventura
trasciende en alegoría, en este caso para simbolizar la divinidad, a la que
logra dotar del necesario tono mítico a la vez que refleja el engañoso libre
albedrío de las criaturas engendradas. Pero, ¿de donde procede el viajero y
qué propósito le ampara: aventura, maldición, promesa? ¿A donde dirigirá sus
pasos cuando abandone la ciudad? Una pequeña joya de la narrativa breve que,
por lo que sé, supone la primera incursión del autor en el campo de la
creación literaria. Valoración:
7,5 |
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"Harlan Ellison: Ficciones 1980-2004", por Iván de la
Torre Segunda parte del ensayo que De la Torre iniciara
dos números atrás sobre el genial escritor norteamericano. El artículo carece
de estructura apreciable y da por supuestas demasiadas cosas, sumiendo al
lector en la perplejidad; así, se limita a recabar impresiones sobre
determinadas obras (ora un ensayo ora un relato ora una novela) sin solución
de continuidad ni especificar resumen argumental alguno, intentando reflejar
retazos de sus líneas de pensamiento y personalidad Este confuso panegírico, refrito de un
paradójicamente aceptable artículo en Stalker nº 16, el autor se
revela como buen conocedor de la obra de Ellison pero deficiente
divulgador. A falta de otro material, utiliza introducciones de libros,
entrevistas y presentaciones (comerciales), aportando extractos sin
profundizar y evitando fijar conclusiones. En conclusión, no existe
conclusión. Al menos incluye una bibliografía completa. Valoración: 3 |
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"Herbert West, Reanimador. 2ª parte", de H. P. Lovecraft “Para West,
la naturaleza de la vida era mecánica y encontrar una solución animadora era
posible si contaba con material humano preciso, y a ello consagró sus
experimentos”. Este bien podría ser el resumen argumental de la historia,
una grotesca narración que desarrolla la teoría de que la animación de
cadáveres puede depender del estado de conservación de los tejidos, tesis que
le hermana con otros clásicos como el Frankenstein
de Mary W. Shelley y sorprendentemente concuerda relativamente bien
con la moderna visión de trasplante de órganos. Pese al descrédito de sus colegas médicos, West y
el anónimo cronista se consideran poco menos que pioneros de una nueva
ciencia. A pesar de sus carencias en el ámbito científico, Lovecraft denota
un pensamiento materialista ante la vida y la muerte, rechaza la existencia
de espíritu o alma, y no duda en atacar al puritanismo propio de su época, la
estrechez de miras de los clericales anticientíficos y hasta la obtusa
jerarquía médica. Para generar la atmósfera de terror que persigue utiliza
sus armas más efectistas: en la frase inicial une los destinos del
protagonista con el terror, dota a cada escena de tintes macabros, encadena
frases abigarrándolas de epítetos: horrible, siniestro, diabólico… logrando
la perseguida truculencia por acumulación más que por estilo. Junto a otros relatos fundacionales de Lovecraft,
las andanzas de este licenciado en medicina por la ficticia Universidad de
Miskatonic en Arkham fijan muchas de las constantes del género de horror
moderno, desde el explícito gusto por lo grotesco y macabro al humor negro o
la venganza sobrenatural. Un clásico de la literatura de terror que, como la
mayoría de clásicos, no puede ser valorado exclusivamente por sus valores
literarios. Porque si fuera escrito hoy, como ayer sólo podría ser publicado
en una publicación pulp. Valoración: 5 |
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"La mujer alta", de Pedro Antonio de Alarcón Durante el refrigerio de una salida campestre,
Gabriel relata a unos amigos una fantástica historia con la que pretende dar
fe de la existencia de sucesos sobrenaturales en un mundo cada vez más
dominado por la razón y la técnica: el joven Telesforo posee un terror
irracional a encontrarse con mujeres solitarias durante la noche; cuando en
una juerga nocturna pierda en el juego todo su capital, notará tras él la
figura de una alta y enjuta anciana, a la que toma por una Parca que presagia
una muerte cercana. A partir de entonces, vivirá aterrado las sucesivas
apariciones de la anciana/muerte. Envejecido cuento de miedo, tópico y excesivamente
largo, característico de la literatura decimonónica: largos preámbulos,
aburridas peroratas, retrato de costumbres y moralina final (así, la noche en
que Telesforo pierde su capital o visita a su amante, pierde también a uno de
sus seres queridos); nótese además que une naturalismo e intromisión fantástica
de la muerte, ambos muy al gusto de la época. Como en el caso anterior, abusa
de la acumulación de epítetos truculentos para crear clima (“mortecina luz del farol que alumbró con
infernal relámpago tan fatídica escena”, casi un paradigma de cómo no se
debe escribir) o emplea recursos hoy día tan gastados como introducir al
narrador en la historia para reforzar la veracidad de la historia. Narrador
que, obviamente, es ingeniero de montes, epítome del éxito de la época y nada
sospechoso de supercherías. Como indica la presentación, muchos escritores
consagrados escribieron obras fantásticas pero, salvo excepción, no fueron
más que rarezas o divertimentos en su producción, pecados de juventud antes de ser reconocidos por crítica o público.
Este cuento resulta paradigmático, y su calificación de clásico debería
trocarse por la más apropiada de antiguo. Valoración: 3,5 |
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"Clarke, Asimov,
Gibson y Card aterrizan en un planeta frío", por Javier Martín Extracto de uno de los hilos más recordados de la
página web de cyberdark.net, consistente en la imitación de estilo de
varios reconocidos escritores de ciencia ficción enfrentados a un mismo
argumento: “Un tipo desciende de una nave espacial con un rifle”. La
conversación entre editor que aconseja y cada respectivo autor dota de cierta
unidad al conjunto, una sucesión de parodias en general conseguidas, aunque
abunde la sal gorda y no falten los casos poco afortunados como el de Lem.
Idea iniciada por Javier Martín pero continuada y enriquecida con las
aportaciones de otros muchos usuarios. Valoración: 5,5 |
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"Entrevista a
Juan Miguel Aguilera", por León Arsenal Entrevista estereotipada y escasamente imaginativa
en la que el escritor desgrana sus inicios, temas, visión optimista acerca de
la situación actual del mercado, apertura de mercados internacionales,
participación en el cine y futuros proyectos (¡como la continuación de Mundos en la Eternidad!). Breve y
caótica, como cumpliendo el expediente a través de preguntas realizadas como
a bote pronto, sin guión. Decepciona la oportunidad perdida. Valoración: 5 |
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"El amante de
las estatuas", de Ian Watson Una guía humana acompaña a un alienígena de visita
cultural por la Tierra. Su interés se centra en conocer las estatuas más
famosas de la vieja Europa, por lo que consecuentemente se hace llamar Amante
de las Estatuas. Cuando llegue la hora de visitar el madrileño Parque del
Retiro, donde se ubica la única estatua del mundo erigida en honor al Ángel
Caído, el carácter flemático del alado ser sufrirá una transformación
radical. Los mitos que engendran las religiones es un tema
tratado con anterioridad por Watson. Si en la excelente “El libro de sangre” (revista Galaxia
nº 1) una invocación religiosa insuflaba vida al Gólem judío, ahora emplea
una argumentación más propia de Greg Egan: invocar todos los universos
posibles y colapsar aquel que interese. A pesar del impredecible desenlace,
que retuerce la trama hasta límites insospechados, el autor deja alguna que
otra miga de pan con la que orientar al lector, como el interés de la guía
humana por conocer el sexo del alado visitante. Watson utiliza también
el citado personaje para enriquecer el texto con una subtrama en la que
compara la liberación de un doloroso romance con el libre albedrío
representado por el Ángel Caído. Ahí es nada. Una originalísima y bellamente ilustrada historia
de primer contacto ubicada en la Tierra de nuestros días. Watson,
autor mimado por la editorial (además del citado relato es el único autor no
hispanoamericano publicado en su colección de narrativa), demuestra una vez
más su afán innovador, ironía y ambición, con un relato inclasificable cuya
fecha de creación hace sospechar que se escribió ex profeso para la revista. Valoración: 6,5 |
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"La ciencia ficción nazi",
por José Miguel Pallarés Junto con los relatos de Vilar y Watson,
este es sin duda el plato fuerte del número. En primer lugar, conviene hacer
la salvedad de que el artículo no trata sobre literatura de ciencia ficción
en la que los nazis ocupan un papel relevante, sino narrativa realizada
precisamente durante el régimen del Tercer Reich. A pesar de la elevada
extensión, el autor avisa que su propósito no es otro que dar unas pinceladas
(“una imagen incompleta pero elocuente”)
sobre un tema que ciertamente daba para mucho más. Las notas introductorias y
detalles históricos son un acierto, por cuanto contribuyen a situar social y
temporalmente al lector. Pallarés se desenvuelve como el buen articulista que es, desarrollando tres
líneas de argumentación: la literatura popular, en la que cita numerosas
obras, en general completas desconocidas para el lector español; el mainstream, donde se centra en exceso
en dos figuras: Ewers y Von Harbou, cuya valoración de Metrópolis resulta excesivamente
larga; y la literatura en clave esotérica, la parte más interesante, sobre
todo la base ideológica ocultista que sustentó (al menos parte) de la
ideología nacionalsocialista. La Alemania nazi fue prolífica en este tipo de
obras, cuyas señas de identidad bebían de fuentes tan diversas y
aparentemente disímiles como la aventura exótica, la proto-ciencia ficción,
el pulp, la utopía, el ocultismo o
la irracionalidad. Artículo que deja cierto regusto agridulce, por
cuanto su inequívoco interés no se ve correspondido con una profundización
mayor, apenas un esbozo a mitad de camino del gran artículo que hubiera
podido llegar a ser. Valoración: 7 |
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"Los olvidados. Antes de la Edad de
Oro de la CF", por José Enrique León Alcalde Repaso
a autores y obras que en su día fueron estrella del por aquel entonces
incipiente género de ciencia ficción y hoy yacen en el limbo de los
olvidados: George Allan England, Francis Stevens, Victor
Rousseau, Homer Eon Flint, Garrett,
Putnam, Serviss y un largo etcétera. Un largo recorrido por títulos
publicados en revistas pulp antes
del nacimiento de Amazing Stories. Desgraciadamente,
el texto está tomado directamente de Historia de la ciencia ficción moderna de Jacques Sadoul (al que se tiene la deferencia de citar en agradecimientos), en lo que a priori
parece un lamentable nuevo ejemplo de publicación sin derechos (salvo que Sadoul y/o Plaza y Janés cedieran
–que no se indica- o perdieran los mismos tras casi treinta años desde la
publicación del libro). Discutible si este dudoso proceder (que imagino ajeno
a la voluntad de la revista) constituye un favor al aficionado, pero no es de
recibo acreditar un trabajo a una persona ajena al mismo. En cualquier caso,
el articulista se limita a eliminar
las referencias a escritores como Edgar
Rice Burroughs, Abraham Merritt,
Ray Cummings o Murray Leinster, sin aportar
realmente nada de valor salvo escuetos comentarios marginales. En el caso del
par de novelas traducidas, Tinieblas y
Amanecer y La ciudadela del miedo,
el autor se limita a citar la editorial y un breve resumen argumental tomado
de terceros, sin siquiera investigar otros posibles textos traducidos (escasos
pero existentes, como “La cosa del… espacio” de England, en La venganza de
Nitocris, Narraciones Géminis de Terror nº 14). .Valoración: 0 |
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"Los mundos
perdidos", por Carlos Aguilar Artículo
sobre los mundos perdidos en el cine, es decir, aquellos estancados a
perpetuidad en un pasado real o ficticio, perdidos geográfica y
cronológicamente; corresponde a un capítulo del libro El cine fantástico de aventuras. Incomprensiblemente, Aguilar limita el tema a películas de
monstruos: King-Kong, El mundo perdido, Hace un millón de años, Cuando
los dinosaurios dominaban la Tierra y otros clásicos menores, para
terminar denigrando de Parque Jurásico.
Apenas cita obras maestras como Horizontes
perdidos o ejemplos españoles (que vuelven a incidir en la figura del
monstruo, obviando casos relativamente recientes como Amanece que no es poco); en cambio, incluye otros que no vienen a
cuento como La momia o El hombre enmascarado porque cumplen
su criterio estético (que no justifica). Debiera haber limitado más el tema o
extendido su visión. El
interés por el artículo decae por esas y otras razones, como la proliferación
de observaciones maniqueas y sectarias que anteponen la grandilocuencia a su teórica
pretensión divulgativa, o la pedantería con la que fuerza el uso de vocablos
como “decurso”, “preceptiva”, etc. Para Aguilar
“la fascinación de la fantasía ha sido
destruida por el prosaísmo de la tecnología”; observación con la que se
puede o no estar de acuerdo, pero parece olvidar que a las producciones de
serie B de hace unos añitos no sólo se le veían los hilos, sino que en muchos
casos poseían unos guiones desastrosos, personajes de cartón piedra y estaban
pobladas de situaciones inverosímiles. No todo tiempo pasado fue mejor. .Valoración: 3 |
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"El insidioso doctor Fu Manchú y
otros villanos orientales", por Javier Jiménez Barco Nuevo
artículo del prolífico articulista de Galaxia.
Explora los orígenes literarios del famoso villano de los años 30, poseedor
de un encanto innegable y precursor del denominado “peligro amarillo”:
influencias del autor (que perteneció a la célebre logia Amanecer Dorado), anécdotas relacionadas con el personaje,
detalles de edición, argumentos, personajes, epígonos, apócrifos, etc.
Ponderado, ameno y excelentemente documentado y estructurado. Un ejemplo a
imitar. .Valoración: 8 |
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