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Gigamesh 36 Tras un largo paréntesis de seis meses de
inactividad, Gigamesh reaparece en lo que podríamos llamar su
tercera época: nuevo formato, cambios en la maquetación interior, una
profunda reestructuración de contenidos (Noticias queda prácticamente como
sección simbólica, Hit-Parade, Correo, Los Más Vendidos, Novedades
Editoriales), eliminando todas las colaboraciones externas salvo la
imprescindible Keep Watching the Skies. En el apartado de ficción, sorprende con dos
excelentes relatos que figurarían en cualquier quiniela de lo mejor del año,
la recuperación de un autor clásico y un artículo sobre el mercado editorial
que a buen seguro traerá polémica (o aclarará buena parte de la creada). Las
reseñas bibliográficas, en general muy atrasadas, son resueltas con
brillantez por un amplio plantel de reseñadores, donde destaca Julián Díez
(anterior director de la revista) y Juan Manuel Santiago (actual). Un
regreso que esperemos consolide de una vez por todas su
errática periodicidad, pero que asegure este nivel de calidad. Valoración:
7 |
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"Pulp
Ediciones ¿piratería o “descuido”", por Alberto Cairo Artículo
periodístico que desvela las prácticas de dudosa legalidad realizadas por la
citada editorial. Diversos perjudicados: autores, agentes literarios, traductores…
enumeran las irregularidades, mientras fuentes de la editorial las minimizan
tildándolas de “simples descuidos, que serán subsanados cuando se pueda”.
Tras su lectura (y muchos han sido los medios que lo han reproducido) pocas
dudas restan sobre la moralidad y proceder de sus dos máximos responsables,
aunque por increíble que parezca siguen editando. Al margen
del contenido, el formato de artículo periodístico de actualidad aplicado al
mundo de la literatura fantástica y de ciencia ficción resulta en sí mismo
novedoso (tal vez incluso sea la primera experiencia realmente seria al
respecto). El periodista procura mantenerse al margen, sin juzgar o
implicarse al entender que no es ésa su función, limitándose a localizar
interlocutores válidos y brindarles la palabra. No obstante, para quienes
conozcan el problema desde hace tiempo este artículo puede desilusionar un
poco, quizá por utilizar demasiados ejemplos conocidos de las citadas
prácticas (nombre de afectado incluido) y no haber estudiado demasiadas vías
nuevas. Valoración:
7,5 |
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"Mosquito", de Richard Calder Como en varios casos anteriores (“La Torre de
Babilonia”, “Los motivos de vergüenza de la ciencia ficción”), Gigamesh publica un relato previamente editado en la excelente
revista argentina Cuasar. Una
historia que comparte ambiente con la novela Chicas Muertas y forma parte de Cythera. Mosquito es una chica no humana de triste pasado
que se dedica a secuestrar ginoides (imitaciones de muñecas sintéticas de lujo) para
occidentales que no puedan permitirse pagar por una auténtica. Son esclavas
sexuales (“las muñecas no son mujeres,
sino sueños de los hombres de lo que deberían ser las mujeres”) que
poseen características peculiares, como mutar a voluntad entre humano y
muñeca, hombre o mujer, al gusto del cliente. Con un tratamiento
extremadamente original (original y extremo) que recuerda al mejor Watson: tres ideas explosivas por párrafo,
descripciones brutales, imágenes rutilantes y en permanente cambio… Calder construye un relato morboso ubicado en
Tailandia capital mundial del sexo en 2020, con Mosquito atrapada en una
trama de guerra de patentes nanobiológicas y bajo
la amenaza de un virus capaz de trasmitirse de máquina a hombre que podría
arruinar el negocio establecido alrededor del sexo (con humanos,
neo-orgánicos, sintéticos… y hasta cruce de especies). De Calder se ha
dicho que posee una prosa atípica y fascinante, que su estilo está salpicado
de agobiantes referencias culturales, metáforas y aberraciones sexuales, que
mezcla exotismo, sensualidad y ansia de provocación… Todo absolutamente
cierto, a lo que añadiría una ambientación barroca siempre sorprendente, a
veces demasiado oscura y críptica pero indudablemente útil para revelar las
oscuras pasiones de un futuro decadente, cosmopolita y urbano. Pirotecnia que
para algunos oculta un vacío argumental: definitivamente, un autor al que se
ama o se odia; yo me quedo con él, aunque en pequeñas dosis. Valoración: 8 |
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"El infierno es la ausencia de
dios", de Ted Chiang (Premio
Hugo de relato 2002) En un mundo alterado, donde las visitaciones de
ángeles (explosivas, impredecibles y carentes de mensaje) se suceden de forma
más o menos habitual, Neil Fisk
pierde a su mujer. Puesto que ascendió al cielo (existen ventanas que
permiten observan cielo, infierno y tierra), la única forma de volver con
ella es amar profundamente a Dios; pero Él había sido el causante de su
muerte, por lo que debe buscar una estrategia racional y sincera para amarlo.
Por otra parte tenemos a Janice Reilly,
que nació sin piernas a causa de una aparición; consagró su vida a predicar
entre inválidos el poder de la fuerza interior… hasta que otro milagro se las
devolvió. Y Ethan Mead, que ha esperado toda su
vida que una visitación le cambie la existencia. Tres personajes (el que sufre la intervención
divina en carne ajena, el que la sufre en la propia y el que espera
experimentarla) con el común denominador de buscar un nuevo sentido a sus
vidas, enfrentados a las consecuencias de las visitaciones en un universo que
se ha tornado caótico. Tres líneas de pensamiento que se enriquecen con
muchas otras menores, paralelas y no siempre divergentes, que enriquecen el
discurso especulativo y reflejan una idea claramente cínica de Dios y la religión
institucionalizada o, en palabras del propio Chiang: “Explora un universo en la que la religión
no requiere fe” por cuanto que el hecho divino es real. La originalidad del texto estriba en el inédito
escenario fantástico y el tratamiento del hecho religioso, de forma
materialista y no espiritual, extremadamente pesimista. Pero, por encima del
dolor que destilan sus personajes, gravita una deliciosa e irreverente ironía
capaz de plantear con estoica resignación el problema que supone para el
protagonista ir al cielo cuando toda su vida había esperado descender al
infierno, donde carecería de los problemas derivados de su anomalía
congénita; o cuando reúne a los testigos de visitaciones en grupos de
discusión para compartir experiencias al estilo de alcohólicos anónimos; o
cuando muestra los lugares santos atestados de buscadores de luz celestial,
esperando ser recompensados con una curación para su mal o un atajo para ir
al cielo (y mientras deben pagar un canon por la recogida de basura). Un relato de alto componente especulativo pero
inferior acabado formal que la excelsa “La torre de Babilonia”, con aquella
inolvidable metáfora final -de libre interpretación- donde la utopía da la
mano a la realidad. Por su profunda controversia (y a la espera de la aparición
de su celebrada antología), posiblemente estemos ante el cuento del año, del
autor revelación de la década de los 90’. Sin duda, el más iconoclasta de los
autores fantásticos. Valoración: 8 |
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"Mitkey
cabalga de nuevo", de Fredrick Brown Secuela
del entrañable “El ratón estelar” y adelanto del volumen doble que prepara Gigamesh con
los cuentos completos del autor. Tras su retorno del asteroide Prxl, el pequeño y gordo ratón Mitkey
recupera lentamente los recuerdos e
inteligencia desarrollados en el relato anterior; sigue desconfiando del
profesor Oberburger, que trabaja en un nuevo
cohete, por lo que se decide a desarrollar un artilugio capaz de aumentar la
inteligencia ratonil (¡una década antes de publicarse “Flores para Algernon”!). Pero la
traición acecha y proviene del lugar más insospechado. Una
nueva aventura del simpático dúo (o trío, si contamos con la ratona Minnie), menor y que deriva en una trama de dominación
ratonil a escala planetaria. Escrita al estilo clásico de la Edad de Oro,
dotada de fino humor (el ratón actúa con más sentido común que el excéntrico
humano, que vuelve a hablar en anglo-alemán pero esta vez incomprensiblemente
con faltas de ortografía: “havrá”, “devajo” ¿?) y con un final moralista de lucha de clases
que –nuevamente- le aúna con otro clásico como Rebelión en la Granja. .Valoración: 5 |
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