Gigamesh 36
Director: Juan Manuel Santiago
Revista. 2004
132 pags. Precio: 5,95 €

 

 

Tras un largo paréntesis de seis meses de inactividad, Gigamesh  reaparece en lo que podríamos llamar su tercera época: nuevo formato, cambios en la maquetación interior, una profunda reestructuración de contenidos (Noticias queda prácticamente como sección simbólica, Hit-Parade, Correo, Los Más Vendidos, Novedades Editoriales), eliminando todas las colaboraciones externas salvo la imprescindible Keep Watching the Skies.

 

En el apartado de ficción, sorprende con dos excelentes relatos que figurarían en cualquier quiniela de lo mejor del año, la recuperación de un autor clásico y un artículo sobre el mercado editorial que a buen seguro traerá polémica (o aclarará buena parte de la creada). Las reseñas bibliográficas, en general muy atrasadas, son resueltas con brillantez por un amplio plantel de reseñadores, donde destaca Julián Díez (anterior director de la revista) y Juan Manuel Santiago (actual). Un regreso que esperemos consolide de una vez por todas su errática periodicidad, pero que asegure este nivel de calidad.

 

 Valoración: 7

 "Pulp Ediciones ¿piratería o “descuido”", por Alberto Cairo

Artículo periodístico que desvela las prácticas de dudosa legalidad realizadas por la citada editorial. Diversos perjudicados: autores, agentes literarios, traductores… enumeran las irregularidades, mientras fuentes de la editorial las minimizan tildándolas de “simples descuidos, que serán subsanados cuando se pueda”. Tras su lectura (y muchos han sido los medios que lo han reproducido) pocas dudas restan sobre la moralidad y proceder de sus dos máximos responsables, aunque por increíble que parezca siguen editando.

Al margen del contenido, el formato de artículo periodístico de actualidad aplicado al mundo de la literatura fantástica y de ciencia ficción resulta en sí mismo novedoso (tal vez incluso sea la primera experiencia realmente seria al respecto). El periodista procura mantenerse al margen, sin juzgar o implicarse al entender que no es ésa su función, limitándose a localizar interlocutores válidos y brindarles la palabra. No obstante, para quienes conozcan el problema desde hace tiempo este artículo puede desilusionar un poco, quizá por utilizar demasiados ejemplos conocidos de las citadas prácticas (nombre de afectado incluido) y no haber estudiado demasiadas vías nuevas.

 Valoración: 7,5

 "Mosquito", de Richard Calder

Como en varios casos anteriores (“La Torre de Babilonia”, “Los motivos de vergüenza de la ciencia ficción”), Gigamesh publica un relato previamente editado en la excelente revista argentina Cuasar. Una historia que comparte ambiente con la novela Chicas Muertas y forma parte de Cythera.

 

Mosquito es una chica no humana de triste pasado que se dedica a secuestrar ginoides (imitaciones de muñecas sintéticas de lujo) para occidentales que no puedan permitirse pagar por una auténtica. Son esclavas sexuales (“las muñecas no son mujeres, sino sueños de los hombres de lo que deberían ser las mujeres”) que poseen características peculiares, como mutar a voluntad entre humano y muñeca, hombre o mujer, al gusto del cliente. Con un tratamiento extremadamente original (original y extremo) que recuerda al mejor Watson: tres ideas explosivas por párrafo, descripciones brutales, imágenes rutilantes y en permanente cambio… Calder construye un relato morboso ubicado en Tailandia capital mundial del sexo en 2020, con Mosquito atrapada en una trama de guerra de patentes nanobiológicas y bajo la amenaza de un virus capaz de trasmitirse de máquina a hombre que podría arruinar el negocio establecido alrededor del sexo (con humanos, neo-orgánicos, sintéticos… y hasta cruce de especies).

 

De Calder se ha dicho que posee una prosa atípica y fascinante, que su estilo está salpicado de agobiantes referencias culturales, metáforas y aberraciones sexuales, que mezcla exotismo, sensualidad y ansia de provocación… Todo absolutamente cierto, a lo que añadiría una ambientación barroca siempre sorprendente, a veces demasiado oscura y críptica pero indudablemente útil para revelar las oscuras pasiones de un futuro decadente, cosmopolita y urbano. Pirotecnia que para algunos oculta un vacío argumental: definitivamente, un autor al que se ama o se odia; yo me quedo con él, aunque en pequeñas dosis.

 Valoración: 8

 "El infierno es la ausencia de dios", de Ted Chiang

(Premio Hugo de relato 2002)

 

En un mundo alterado, donde las visitaciones de ángeles (explosivas, impredecibles y carentes de mensaje) se suceden de forma más o menos habitual, Neil Fisk pierde a su mujer. Puesto que ascendió al cielo (existen ventanas que permiten observan cielo, infierno y tierra), la única forma de volver con ella es amar profundamente a Dios; pero Él había sido el causante de su muerte, por lo que debe buscar una estrategia racional y sincera para amarlo. Por otra parte tenemos a Janice Reilly, que nació sin piernas a causa de una aparición; consagró su vida a predicar entre inválidos el poder de la fuerza interior… hasta que otro milagro se las devolvió. Y Ethan Mead, que ha esperado toda su vida que una visitación le cambie la existencia.

 

Tres personajes (el que sufre la intervención divina en carne ajena, el que la sufre en la propia y el que espera experimentarla) con el común denominador de buscar un nuevo sentido a sus vidas, enfrentados a las consecuencias de las visitaciones en un universo que se ha tornado caótico. Tres líneas de pensamiento que se enriquecen con muchas otras menores, paralelas y no siempre divergentes, que enriquecen el discurso especulativo y reflejan una idea claramente cínica de Dios y la religión institucionalizada o, en palabras del propio Chiang: “Explora un universo en la que la religión no requiere fe” por cuanto que el hecho divino es real.

 

La originalidad del texto estriba en el inédito escenario fantástico y el tratamiento del hecho religioso, de forma materialista y no espiritual, extremadamente pesimista. Pero, por encima del dolor que destilan sus personajes, gravita una deliciosa e irreverente ironía capaz de plantear con estoica resignación el problema que supone para el protagonista ir al cielo cuando toda su vida había esperado descender al infierno, donde carecería de los problemas derivados de su anomalía congénita; o cuando reúne a los testigos de visitaciones en grupos de discusión para compartir experiencias al estilo de alcohólicos anónimos; o cuando muestra los lugares santos atestados de buscadores de luz celestial, esperando ser recompensados con una curación para su mal o un atajo para ir al cielo (y mientras deben pagar un canon por la recogida de basura).

 

Un relato de alto componente especulativo pero inferior acabado formal que la excelsa “La torre de Babilonia”, con aquella inolvidable metáfora final -de libre interpretación- donde la utopía da la mano a la realidad. Por su profunda controversia (y a la espera de la aparición de su celebrada antología), posiblemente estemos ante el cuento del año, del autor revelación de la década de los 90’. Sin duda, el más iconoclasta de los autores fantásticos.

 Valoración: 8

 "Mitkey cabalga de nuevo", de Fredrick Brown

Secuela del entrañable “El ratón estelar” y adelanto del volumen doble que prepara Gigamesh con los cuentos completos del autor. Tras su retorno del asteroide Prxl, el pequeño y gordo ratón Mitkey recupera  lentamente los recuerdos e inteligencia desarrollados en el relato anterior; sigue desconfiando del profesor Oberburger, que trabaja en un nuevo cohete, por lo que se decide a desarrollar un artilugio capaz de aumentar la inteligencia ratonil (¡una década antes de publicarse “Flores para Algernon”!). Pero la traición acecha y proviene del lugar más insospechado.

 

Una nueva aventura del simpático dúo (o trío, si contamos con la ratona Minnie), menor y que deriva en una trama de dominación ratonil a escala planetaria. Escrita al estilo clásico de la Edad de Oro, dotada de fino humor (el ratón actúa con más sentido común que el excéntrico humano, que vuelve a hablar en anglo-alemán pero esta vez incomprensiblemente con faltas de ortografía: “havrá”, “devajo” ¿?) y con un final moralista de lucha de clases que –nuevamente- le aúna con otro clásico como Rebelión en la Granja.

.Valoración: 5

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