Esencia divina
Joan Antoni Fernández
Juan José Aroz Editor - Espiral Ciencia Ficción, 34
2 novelas cortas y un relato, inéditos. Abril 2005
2
67 pags. Precio: 10 €

 

 

Espiral es la editorial amateur más veterana del panorama de la ciencia ficción española. Diez años atrás, su editor Juan José Aroz , junto a su inseparable compañera Pilar, apostó decididamente por un género que se encontraba en franca recesión, iniciando la publicación en aquellos entrañables Cuadernos Espiral de un ramillete de nuevos valores salidos de la cantera nacional al rebufo de premios como el UPC. Hoy día, sus señas de identidad son conocidas por buena parte de los aficionados: apuesta por la ciencia ficción especulativa o "de ideas", alternancia entre autores consagrados y nuevos valores, tiradas moderadas, precios competitivos, estricta periodicidad... Con seriedad e ilusión, Espiral cuenta en su haber con un estimable catálogo que refleja como pocos la evolución novelística de la ciencia ficción española en los últimos años, trayectoria avalada por varios premios Ignotus.

 

Pionera en aspectos tales como la fidelización del lector con fórmulas tan atractivas como la suscripción, Espiral sigue teniendo aspectos mejorables, como la necesidad de una labor editorial plena que permita, junto con el autor, mejorar textos muchas veces carentes de pulido o anteponer títulos cuyo componente literario posea la relevancia que merece.

 

El presente libro es ejemplo paradigmático de todo ello. Formado por dos novelas cortas y un relato largo, constituye en cierta forma un volumen de transición, antesala de una novela largamente esperada. Joan Antoni Fernández es un escritor prolífico, fogueado en publicaciones amateurs y ganador de algunos premios menores del fantástico, como el pasado VIII Premio Manuel de Pedrolo de relato en catalán. En sus narraciones suele emplear planteamientos de la ciencia ficción más clásica, incidiendo casi siempre en la faceta sentimental de los personajes, con resultados discretos. Poseedor de una gran imaginación y un innegable tesón, sus puntos flacos son la caracterización de personajes y la construcción de escenas, donde suele recurrir a clichés tan manidos como que el protagonista pierda el conocimiento en algún momento crucial (recurso utilizado, por cierto, en cada una de las tres narraciones). En este su tercer libro en la misma editorial, tras Reflejo en el agua (finalista del premio UPC 1995) y Vacío Imperfecto, los relatos comparten curiosamente un mismo argumento: el personaje principal debe infiltrarse en una organización clandestina que está poniendo en jaque la estabilidad del sistema, para desbaratarla a cambio de inmunidad o éxito profesional. Amenidad y ciertos visos moralistas completan el coctail, que divertirá sobre todo a quienes busquen en la literatura su componente más lúdico.

 

 Valoración: 6

 "Esencia divina", de Joan Antoni Fernández

La lenta pero inexorable colonización del cosmos precisaba de valerosos pioneros como el capitán Ramos. Antiguo patrullero del cinturón de asteroides, ahora vive recluido en una casa-domo de Marte obsesionado con el recuerdo de una antigua amante. Una inesperada citación ante el Departamento de Asuntos Alienígenas reabrirá viejas heridas nunca cicatrizadas.

 

La novela arranca con gran fuerza, en forma de poéticas alusiones que poco a poco van cobrando forma definida en la mente del lector. Desgraciadamente, el potencial lírico se diluye a medida que la narración se desarrolla en un largo flash back, el argumento se torna previsible, el estilo más descuidado, como si no pudiese mantener la intensidad precisa durante todo el relato. El desenlace recupera parte del crédito perdido, por lo que si tomamos únicamente la escena inicial y final obtenemos un relato notable; en su forma actual, si bien entretenido también es demasiado irregular.

 

Irregular por cuanto Fernández alterna recursos propios de escritor novel, como la citada ilación de escenas carentes de originalidad o el pasado tópico del astronauta, con buenos detalles de ambientación, coherentes con la historia, como las secuelas producidas por la navegación a baja gravedad sobre el cuerpo de los expuestos astronautas. Ideas sugerentes -aunque inverosímiles- como la existencia de ecologías exóticas en planetoides aislados, conviven con otras que contradicen la lógica más elemental, como imaginar una fragancia capaz de surcar el espacio y atravesar el blindaje de naves, cuya inhalación sirve en un momento determinado de nutriente al protagonista (cambio metabólico, por cierto, algo difícil de explicar a la luz de la física moderna) o detalles como salir corriendo de una cueva donde la escasa gravedad casi permitía flotar a los personajes.

 

Como bien apunta el editor en la introducción, la novela juega con el sentido del olfato, posiblemente el más infrautilizado del ser humano. Los hacinados domos de ciudades con atmósferas presurizadas o las naves estelares cuyo aire es reciclado continuamente carecen de cualquier vestigio de olor. Fernández explota el detalle y presenta una trama centrada en una organización que trafica con una poderosa droga olfativa: el Perfume Negro, y un personaje cuya especial sensibilidad puede propiciar el entendimiento entre dos especies. Una peculiar variación al tema clásico del primer encuentro, ya explotada por autores como Simak (Toda la carne es hierba), Asimov o incluso Farmer (quienes hayan leído "Madre" sabrán a qué me refiero). Aunque, he de confesar, a ratos sentía cierto déja vu de Los primeros hombres en la Luna, de H. G. Wells, con los selenitas en el papel de frágiles oloritas.

 Valoración: 6

 "Alas de mariposa", de Joan Antoni Fernández

En el año 2037, la sociedad se divide entre individuos cualificados (con titulación académica) y vulgos (operarios). Nadie puede casarse, tener hijos, abrir un negocio o estudiar una carrera sin obtener el correspondiente visto bueno de un crono-prospector oficial, puesto que una acción no analizada convenientemente podría generar una peligrosa turbulencia temporal que desembocara en el temido Caos. Albert M. es un cartógrafo de planos cronobiológicos cuyo fracaso en su primera misión de campo le ofrece la oportunidad de medrar o destruir a su propia familia en el intento.

 

Dos ideas centran el relato. Por una parte, Fernández propone una original distopía social, de claras reminiscencias con Un mundo feliz. Antes de nacer se asigna a cada individuo una ocupación según las expectativas de su cronograma vital; así, los privilegiados alfas dirigen paternalmente la sociedad, aunque a la postre se erijan en su mayor cáncer. En esa avanzada sociedad no se tolera el libre albedrío y el bienestar planificado produce un número cada vez mayor de individuos infelices, egocéntricos y solitarios.

 

Por otra parte, ofrece una nueva vuelta de tuerca al clásico tema del viaje en el tiempo, con una organización encargada de su control al estilo de la asimoviana El fin de la eternidad. En este caso la diferencia consiste en que las únicas variables temporales que es posible alterar son las propias, lo cual no supone un gran cambio para el conjunto de la humanidad (salvo que, evidentemente, afecte al creador de la fracto-esfera supradimensional desde donde se proyectan los cambios en el tiempo). Pero la teoría del caos viene a sumar una complejidad adicional al sistema y ya se sabe que el aleteo de una mariposa (nótese el título) puede provocar turbulencias al otro lado del planeta. (*)

 

Pese al conflicto planteado, el relato peca de ingenuo y lineal, con escenas terriblemente teatrales presididas por diálogos sin vida. El tramposo desenlace no mejora la imagen global, a pesar de que estemos más que acostumbrados a este tipo de finales en el cine.

 

(*) Si me permiten la digresión, siempre me ha sorprendido la inutilidad inherente de este tipo de historias auspiciadas bajo la teoría de los mundos múltiples: alterar el pasado se torna tarea fútil; simplemente se crea un nuevo universo donde la nueva realidad colapsa, pero ello no evita la existencia de otros donde el hecho evitado indefectiblemente ha ocurrido.

 Valoración: 5,5

 "El que responde", de Joan Antoni Fernández

El orondo Martín Luz se siente pletórico con su nuevo usetbi (*) o clon esclavo controlado mediante un neurotransmisor implantado en su córtex cerebral. Su avatar le permitirá no sólo aumentar su prestigio personal, sino que, como buen ciudadano, contribuirá al sostenimiento del estado europeo cediendo temporalmente su posesión al cuerpo de protectores. El día en que sus ociosos amigos realizan una escapada fuera del recinto amurallado de la ciudad, el terror se desencadenará entre la empobrecida "chusma".

 

De nuevo, un argumento interesante dotado de una doble lectura (alegato contra el racismo consecuencia de la inmigración, la inacción cómplice del ciudadano occidental) es desaprovechado por un desarrollo ingenuo y dirigista, que impide al lector pensar (si lo desea) por sí mismo. Escenas de violencia fascista y un final demasiado solemne impiden tomarse en serio la historia como texto de denuncia.

 

(*) "el que responde", en egipcio

 Valoración: 5

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