Hace casi treinta años semeocurrió una idea que ni siquiera sé si era buena, o mala. Hacer una publicación periódica, una revista. Ya había hecho fanzines y sabía que aquello era un poco difícil, porque había que mantener una disciplina que yo estaba muy lejos de tolerar por aquel entonces. De cualquier modo, me lancé al ataque y preparé el número uno (que, como el tiempo vendría a demostrar, sería el único en aparecer) de una revista que respondía al nombre de «Marginalia». En ella se reunían todo tipo de textos: fantásticos, aventuras, ciencia ficción, terror... Para el futuro que no llegó a existir pensaba incluir relatos de amor, del oeste, policíacos... La fórmula me gustaba entonces y me gusta ahora.

 

El asunto es que, por razones que no vienen al caso y que serían muy tristes de contar, la idea de seguir adelante con la revista fracasó, como fracasó la editorial que en aquellos momentos la apoyaba y que ya ha desaparecido con el paso inexorable de los años: Francisco Arellano, editor. De todo aquello sólo quedo yo. En este momento, cuando la editorial «La biblioteca del laberinto» lleva ya editados quince volúmenes, la idea de volver a sacar «Marginalia» se me ha vuelto a pasar por la cabeza. Y ahí han vuelto a empezar los problemas. El nombre «Marginalia» ya estaba registrado (hace poco tiempo, ésa es la verdad) por otra editorial y para algo parecido, por lo que hemos tenido que convertirlo en «Delirio», que está registrado, sí, pero por nosotros. Además, ya había una revista que trataba los mismos temas que nosotros tratamos o queríamos tratar en el primer intento (hablamos de «Barsoom»), con lo que hemos preferido centrarnos más en lo fantástico (dejando de lado lo romántico, lo policíaco, el ), al menos de momento, aunque dejamos anotados otros temas para futuras entregas.

 

Solucionados estos dos asuntos, complicados y escabrosos, todo hay que decirlo, quedaba por delimitar lo que queríamos hacer. Ya hacemos antologías (de hecho, la colección Delirio casi está especializada en publicar antologías de relatos, cosa muy descuidada en nuestro país y, especialmente, en estos campos que nos interesan), así que está antología sería una más de la colección, pero también muy distinta. Aquí, en «Delirio» no tenemos complejos y sacamos lo que nos gusta. Por eso mismo se encuentra uno con las temáticas habituales de la colección, aunque con textos que, por razones diferentes, no tienen cabida fácil en los libros que preparamos habitualmente. Son textos de calidad, creemos que de alta calidad, casi todos ellos olvidados (aunque pueden haber aparecido ya en castellano) y su ámbito geográfico es muy amplio. La extensión varía mucho: desde la novela al cuento corto. La idea general es preparar una antología semestral que reúna grandes clásicos de la literatura fantástica en todas sus facetas (esas facetas y esos clásicos estarán en perpetuo cambio, porque variarán con lo que vayamos encontrando o con lo que queramos hacer con lo que ya tenemos).

 

Éste es un proyecto a largo plazo y esperamos que su continuidad pueda asegurarse para, al menos, varios años. Intentaremos mantener una periodicidad semestral (dos números al año, en junio y en diciembre), aunque eso depende de muchas cosas que, hoy por hoy, se nos escapan. También, en cierta medida, es algo que depende de nuestros lectores.