Información de contraportada:
Fruto de esa leyenda que cuenta que bajo el manto de espuma del Mediterráneo anidan las cenizas del Ave Fénix, Ares volvió a la vida una noche en la que siendo niña las olas embravecidas decidieron que en su destino no estaba escrito morir y fue por ello que sus pulmones se llenaron de pedazos de luna nueva y sus ojos se abrieron para perseguir un sueño convirtiéndose así en un pescador de lunas… Ares nunca fue una niña como las demás. Ella era hija del mar y la luna. Hija de la fusión y la diversidad y guiada por su abuela que le enseñó a escuchar la voz del alma, a sentir el alboroto de la sangre y a llorar las desdichas del corazón, Ares se convirtió en una mujer que perseguía el sueño de ser concertista de violonchelo. Nunca persiguió nada más. Nunca ambicionó ni riqueza ni gloria pero quizá por que la vida no pudo evitar el doblegarse ante tanta desesperada lucha le acabó regalando hasta lo que no pidió o quizá fue que el precio a pagar fue tan alto que el destino se vio obligado a recompensarla.