Seguimos incansables con la publicación de las obras de Howard agrupadas en ciclos completos (pronto empezaremos a ver algunos que ocupan más de un volumen: El Borak, pongamos por caso). En esta ocasión nos encontramos con las aventuras desenfrenadas de un personaje casi legendario y mítico a fuerza de torpe: el marinero de segunda clase Dennis Dorgan, émulo de Popeye the Sailor y sus aventuras de puñetazos sin control, peleas mogolloneras y palizas sin control ni desperdicio. Estos cuentos, de los que Howard sólo vio uno publicado en vida, son aventuras reescritas de otros personajes que vivían del pugilismo y el atropello en los ambientes más variopintos. El propio Howard, que siempre canibalizaba su propia obra para poder seguir vendiendo sus historias de revista en revista, pero sin que por ello se perdiera nunca su calidad, se vio obligado a reescribir bastantes cosas que tenía preparadas para otro de sus héroes, el marinero Steve Costigan (pronto en esta sala). Unas pocas transformaciones de nombres (el del barco, el del perro, el del propio protagonista) y todo quedaba listo para una nueva aventura. Estas diez historias, todas ellas inéditas en España, son divertidas, intrascendentes y maravillosas. Cuesta trabajo pensar que con tan poco material como una pelea en un muelle se pueda hacer un trabajo tan digno, entretenido y magistral como el de Texas hace con este personaje. Pero claro, algunos son genios y otros lamen botas... o puños, en el mejor de los casos.

Cuarta entrega de las obras de Robert E. Howard. En esta ocasión, el protagonista no es otro que el magnífico boxeador semiprofesional y camorrista a tiempo completo Dennis Dorgan, marinero de segunda clase. Nacido en las páginas de la magnífica revista "Magic Carpet Magazine" pero cuyas historias estaban inéditas en su práctica totalidad a la muerte de Howard, los cuentos que conforman este ciclo menor dentro de la obra del texano son especialmente entrañables, pues nos presentan las aventuras, siempre desafortunadas, de un héroe torpe, patán y malhablado que sólo sabe salir de los problemas empleando los puños. Audaz, camorrista, peleón y sensible (¡muy sensible!) como pocos, este gorilón de los mares de China puede resultar cualquier cosa menos aburrido.