En España se publican alrededor de una veintena de ensayos de temática fantástica al año, la mitad de los cuales relacionados con el séptimo arte. «La guerra de los mundos» no es el primer libro de divulgación científica que analiza cómo se refleja la física en la ciencia ficción; ahí tenemos los ejemplos de «De King Kong a Einstein. La física de la ciencia ficción» (Edicions UPCF, 1999) de los profesores Manuel Moreno y Jordi José o los dos volúmenes de «Paradojas. Ciencia en la ciencia ficción» (Equipo Sirius, 2000 y 2005) del conocido divulgador y editor Miquel Barceló, por citar sólo algunos títulos autóctonos, y sin olvidar los más recientes «La física de los superhéroes» de James Kakalios (Robinbook, 2006), «Física de lo imposible» de Michio Kaku (Debate, 2009) o el, a mi juicio, canónico y excelente «La ciencia en la ciencia ficción» de Peter Nicholls, Brian Stableford y David Langford (Folio, 1991). En Internet existen igualmente diversos lugares dedicados a tales menesteres, como el blog «Malaciencia».

 

En este libro, el profesor universitario Sergio L. Palacios utiliza el cine de ciencia ficción y algunos personajes de tebeo para enseñar nociones de física de la forma más amena, utilizando un lenguaje cercano al lector y abundante humor. Así, analiza con afán didáctico y a la luz del conocimiento científico actual diversos temas de indudable interés, como el teletransporte, la invisibilidad, la antimateria, el rayo láser, la velocidad relativista, la exposición del cuerpo humano al vacío del espacio, la probabilidad de que la Tierra sufra el impacto de un meteorito, el viaje al centro de la Tierra, el hiperespacio, el acelerador de partículas LHC del CERN, los viajes en el tiempo, el móvil perpetuo, el cambio climático, los superpoderes de ciertos superhéroes y un largo etcétera.

 

Artículos de carácter monográfico e independientes entre sí que, en conjunto, suman 37 pequeños capítulos profusamente ilustrados con fotogramas y fotografías en blanco y negro, que muestran las ideas científicas involucradas en conocidas películas, cómics y alguna que otra novela de ciencia ficción. Tal vez se echa de menos algunos temas relevantes de la física actual, como la física cuántica, las supercuerdas o la teoría “M” o del todo, pero me temo que no existen demasiados largometrajes que utilizar como material de apoyo. El nivel científico del libro es un tanto irregular y alterna capítulos bastante superficiales con otros avanzados (como el dedicado a Hulk), episodios francamente aburridos (las posibilidades del láser) con otros infrautilizados y claramente deficientes (el viaje en el tiempo); destacaría especialmente el episodio dedicado a la física de «El principito», deliciosamente delirante.

 

El libro nació con la idea de llevar una materia como la física, tradicionalmente considerada como árida y elitista, a todo tipo de público sin necesidad de preparación científica específica. Parte del material que el citado profesor fue reuniendo con objeto de impartir una asignatura universitaria, por lo que la vocación pedagógica y didáctica de esta obra es notoria, aunque enfocada especialmente hacia el estudiante preuniversitario, como se aprecia en el vocabulario y tipo de humor utilizado. Por último, estas páginas sirven igualmente de herramienta para profesores de física de los centros de enseñanza secundaria y bachillerato. En los apéndices se incluyen las fuentes y referencias bibliográficas, así como el listado de películas citadas en el texto.

 

La colección Ma Non Troppo – Ciencia de la editorial Robin Book ofrece diversos títulos que acercan con amenidad y sentido del humor cuestiones de la física cotidiana para las que se aporta una respuesta desde la ciencia. Ensayos como este «La guerra de dos mundos», en los que el lector puede descubrir un enfrentamiento constante, una guerra permanente entre dos mundos: el real, donde imperan las leyes de la física, y el imaginario y maravilloso mundo de la ciencia-ficción.