La cicatriz
Título Original: The Scar (2002)
Autor: China Miéville
Editorial: La Factoría de Ideas
Colección: Solaris Ficción, 28
Tipo de libro: Novela inédita
Fecha de publicación: 2002
Precio: 24,95 €
Páginas: 502
Formato: Rústica con solapas
ISBN: 84-8421-660-8
Premios: finalista de los premios Nebula (2003), Arthur C. Clarke (2003) y Philip K. Dick (2003)
Comentario:
La lectura de «La cicatriz» supone un auténtico deleite para intelectos inquietos. Excesiva, iconoclasta, oscura, caprichosa, inquietante, provocadora, original, sorprendente, exigente... son pálidos epítetos que apenas sirven para describirla. Después del enorme éxito cosechado por su predecesora, «La Estación de la calle Perdido» (premio Arthur C. Clarke, August Derleth, Ignotus... finalista del Hugo, Locus y World Fantasy), Miéville estaba condenado a narrar más historias de ese extraño mundo llamado Bas-Lag.
El escenario se traslada de Nueva Crobuzón -una suerte de oscuro Londres victoriano poblado de criaturas imposibles y artefactos híbridos movidos por vapor y taumaturgia-, al mar abierto, en la mejor tradición de novelas de viajes por mar del siglo XIX. Dado que el atractivo del libro se basa en la sorpresa continua, la narración de historias por el placer de contarlas, la magistral dosificación de detalles para conformar un escenario colosal, es mejor no desvelar argumento alguno; baste decir, a modo de introducción, que Bellis, una fría y solitaria mujer, debe abandonar precipitadamente Nueva Crobuzón por razones relacionadas con el volumen anterior. En su travesía hasta Nova Esperium se sucederán sin interrupción acontecimientos fascinantes, perfectamente coherentes con la lógica interna del libro: rehechos, bestias marinas, terribles presencias ominosas, ciudades submarinas pobladas por seres anfibios, una milenaria ciudad flotante pirata, un lugar fabuloso fuente de inimaginable peligro y poder, que obligará a cambiar una y otra vez el curso de los acontecimientos, para solaz del lector.
El estilo sigue siendo el mismo que cautivó a tantos incondicionales, cimentado en la hibridación de géneros, descripciones hiperrealistas e imaginación desbordada, amén de múltiples y pluridisciplinares influencias, empleando una prosa más accesible y un argumento relacionado pero independiente de su anterior novela. A pesar de la longitud, Miéville evita con maestría caer en la monotonía y mantiene firme su vigor, frescura y originalidad. A veces segundas partes...
Valoración: Excelente
(Reseña publicada en la revista «Solaris»)