Información de contraportada:
Madre Gansa tiene la costubre de dejar a los charlatanes desparejados en la cuerda de tender que tiene al lado del arroyo Fuentefría. Afirma que es la única manera de que vuelvan a emparejarse. Claro que si no lo consiguen, los deja tendidos a la intemperie hasta que se pudren y caen entre gemidos y convulsiones de sus irisados cuerpos, al suelo. Cuando ocurre esto, los echa sin mayor ceremonia al agua del arroyo para que los peces acaben con sus restos. De todas formas, hay que andar con tiento por si la pareja del desechado vuelve; en ocasiones no se toman a bien no encontrar a su compañero. Uno estuvo a punto de acabar con padre Galante embutiéndose en su garganta mientras dormía y, de no ser por la determinación de madre Gansa que le metió la mano en la boca hasta la muñeca, hoy Galante tendría el dudoso honor de estar tendido en algún campo de maíz alimentando a los grajos y salvando la cosecha de un granjero.