Información de contraportada:
Mohamed Kamel —el perfecto— o Carlos Francisco de la Muerte —el tigre o el Amo del Fuego— es un bravucón espadachín que recorre la turbulenta Europa del siglo XVII —acompañado por un gigantesco mastuerzo conocido como el negro o el estrangulador—, en busca de campos de batalla donde derramar sangre a raudales y obtener abundante botín.
El ciclo de sus aventuras completas, recopiladas en este volumen —publicadas originalmente en las revistas Magic Carpet y Golden Fleece entre 1933 y 1939—, constituye una feliz aunque poco conocida incursión de Seabury Quinn (1889-1969) en el vibrante género novelístico de «capa y espada». El lector aficionado a las letras aventureras no echará en falta casi de nada, pues hallará —eso sí, al estilo de la narrativa pulp norteamericana de los años 30— los mismos nobles malvados y bellas misteriosas y fatales, idénticos o muy similares piratas y damas desvalidas en busca de algún esforzado esgrimidor que quiera defenderlas, y casi las mismas intrigas palaciegas, lances desesperados y épicas batallas, que han entusiasmado a tantas generaciones de lectores. Los seguidores de Quinn también tendrán motivos de alegría, pues además de humor y romance, violencia e ingenio y regusto folletinesco, ni su proverbial estilo «directo al hígado», ni su mirada pícara, ni sus retorcidos numeritos de grand-guignol, han querido ausentarse de estas páginas inéditas hasta ahora en castellano. Este volumen se engrandece también con una incursión de su traductor (Óscar Mariscal) en el alocado mundo de Carlos de la Muerte, poniendo su granito de arena (que es todo un pedestal) en esta epopeya aventurera nacida de la pluma del maestro de los detectives de lo oculto.
Seabury Grandin Quinn nació en Washington D.C. en 1889; se licenció en Derecho en 1910, especializándose en legislación funeraria y cementerial. Dio clases en la Academia Renouart para Embalsamadores en Nueva York y, aunque nunca fue empresario de pompas fúnebres, colaboró en numerosas publicaciones del sector funerario. Paralelamente a su trabajo en el campo de la tanatología, cultivó su carrera de escritor colaborando en revistas pulp como Detective Story, Oriental Stories, Strange Stories, The Magic Carpet y Golden Fleece. Su nombre, sin embargo, está unido a Weird Tales, a la que contribuyó con ciento sesenta y nueve cuentos, noventa y tres de los cuales estaban protagonizados por el detective de lo oculto Jules de Grandin. Quinn falleció en la Nochebuena de 1969.