Valoración en breve:
Novela ganadora de la decimotercera edición del Premio Internacional Minotauro de Ciencia Ficción y Fantasía, el galardón más importante del género fantástico en nuestro país.
Nos encontramos ante una historia de fantasía muy amena y para todos los públicos, que describe un mundo en el que la magia es real pero se encuentra perseguida por una fuerza oscura y contraria que intenta restablecer el equilibrio. Aventura, misterio e intriga conviven con criaturas míticas surgidas de cuentos populares, diversos cameos de personajes famosos y algunos atractivos detalles steampunk; una trama emocionante y absorbente que comienza con el típico viaje iniciático del protagonista para concluir en una lucha por el destino del universo tal y como lo conocemos
Los últimos años de la magia
-Argumento-
Londres, invierno de 1871. Aurelius Wyllt es un muchacho inquieto y soñador que anhela recorrer mundo, vivir aventuras. Se siente languidecer trabajando sin descanso en la taberna de su padre, un anciano viudo y tullido que lo acogió del hospicio; por eso cuando descubre el cartel que anuncia la función del mago francés Houdin se obsesiona con conocerlo y rogarle que sea su mentor en las artes místicas.
Valiéndose de ingeniosas tretas, Aurelius consigue colarse en el teatro y acceder al camerino del artista para descubrir su mayor secreto: un hada auténtica, una pequeña criatura feérica que es la prueba irrefutable de la existencia de magia en el mundo. Cuando al fin logra conocer a Houdin y a su encantadora esposa, el mago cree ver en él un gran potencial, pero es aún demasiado joven y debe esperar unos años antes de convertirse en su discípulo. Sin embargo, la desgracia visita al maestro en forma de temible Cazador de Hadas, que lo ajusticia por haber hecho uso de la magia verdadera.
Al día siguiente la realidad se reconfigura para hacer desaparecer todo rastro del mago. Aurelius cree volverse loco; nadie parece recordar a Houdin ni el teatro en el que actuó, pero una pequeña llave de su mentor demuestra que sus recuerdos son reales. Triste y enfurecido contra un mundo que no le comprende, pronto recibirá la ayuda de dos personas que se alojan en su propia casa de huéspedes: la bella y misteriosa Baronesa y su fiel mayordomo enano Caliban, quienes ocultan grandes secretos aunque, quizá, no sean protección suficiente frente al Cazador y su ansia depredadora que hace temer el colapso de la mismísima realidad.
-Valoración-
Los últimos años de la magia es la novela ganadora de la decimotercera edición del Premio Internacional Minotauro de Ciencia Ficción y Fantasía, el galardón más importante del género fantástico en nuestro país, al menos en lo relativo a cuantía económica. La obra mereció el voto unánime del jurado y, como siempre, se publica en una atractiva edición en cartoné con sobrecubierta y agradables viñetas en el interior.
Su autor es José Antonio Fideu, escritor y guionista de cómics, que también cuenta en su haber con la novela Núbilus (Dolmen, 2009). El escritor castellano-manchego dedica el libro a la memoria de Jean Eugene Robert Houdin, ilusionista francés considerado el padre de la magia moderna y que nada tiene que ver con el famoso escapista Harry Houdini, salvo que éste adoptara el apellido en su honor.
Nos encontramos ante una historia de fantasía muy amena y para todos los públicos, que describe un mundo en el que la magia es real pero se encuentra perseguida por una fuerza oscura y contraria que intenta restablecer el equilibrio. Aventura, misterio e intriga conviven con criaturas míticas surgidas de cuentos populares, diversos cameos de personajes famosos y algunos atractivos detalles steampunk; una trama emocionante y absorbente que comienza con el típico viaje iniciático del protagonista para concluir en una lucha por el destino del universo tal y como lo conocemos.
El argumento pasa por los estadios habituales de la mayoría de obras juveniles y aspira, como es natural, a identificar al lector con el devenir del personaje; a saber: Aurelius es un muchacho bondadoso, humilde y trabajador, aunque algo ingenuo, que sueña con vivir grandes experiencias; su curiosidad le abre la puerta a un mundo de conocimiento arcano, que se esfuma de manera inesperada tras la violenta desaparición de su mentor; afortunadamente, amigos que ni siquiera conoce acuden en su rescate para encumbrarle a la posición de poder que precisa para enfrentarse a su némesis. Entre medias, numerosas escenas de acción, tiempo para recorrer lugares exóticos, disfrutar del placer de la compañía, conocerse a sí mismo, enamorarse y labrar su propio futuro; en definitiva, madurar e incorporarse como un miembro provechoso de la sociedad.
¿Libro de fórmula? Por supuesto, no hay más que observar al protagonista en el papel de elegido, pero el pacto de ficción funciona de manera impecable y en ningún momento se pretende hacer trampas con ello. Además, el desenlace es bastante más oscuro y alejado de lo que puede entenderse como Young Adult de lo que a primera vista pudiera parecer. En ese sentido, trascender el típico happy end constituye todo un acierto.
En cuanto a estilo, Fideu demuestra una gran soltura como narrador de historias. Ciertamente, en los primeros compases del libro parece querer emular la escritura decimonónica de Dickens -más descriptiva que narrativa, recargada y un tanto grandilocuente, para reflejar el entorno victoriano que habita el personaje principal-, pero en cuanto se desata la acción el texto afortunadamente fluye hacia formas más contemporáneas y naturales en la construcción de escenas y diálogos. Su prosa, poblada de matices románticos algo rebuscados (“el embaucador aroma del misterio”), deja siempre espacio para la ironía sutil, la sorpresa y las emociones, con esporádicos momentos de calma que son aprovechados para elaborar sucintas reflexiones que adquieren peso de auténticos aforismos.
Por otra parte, el libro posee el tono vitalista de quien descubre por vez primera las maravillas del mundo; una mirada radiante, optimista, que encaja a la perfección con el público más joven. Si bien al principio podríamos temernos una narración “blanca”, poco a poco el autor aborda aspectos más crudos como el origen escabroso de Gabrielle, incluir actos de violencia explícita y asesinato a sangre fría, erotismo, atracción sexual, traición, desengaño amoroso, etc.
Por supuesto, no faltan capítulos más luminosos que ofrecen lecciones de vida, inducen a reflexionar sobre nuestros actos, ayudan a entender al prójimo y a ser capaces de perdonar. A este respecto, podemos decir que el libro crece junto al protagonista, se torna mucho más adulto en las relaciones personales y en la mirada que arroja del mundo; pese a la aparente contradicción, la irrupción del Cazador de Hadas inspira el giro realista que necesita la trama.
Un concepto fascinante que desarrolla el texto es el de que la magia actúa como motor del cambio en el universo. Altera las reglas de la naturaleza para quebrar su tendencia natural hacia el inmovilismo y da lugar a un sinfín de nuevas realidades o universos alternativos; además, como cualquier otra fuerza del cosmos, posee su contraria que busca restablecer el equilibrio: acción y reacción, yin y yang, vida y muerte. Ideas estimulantes que aúnan ciencia y fantasía, y es que Fideu escribe sus mejores páginas cuando explica modernas cuestiones científicas con lenguaje de prestidigitador victoriano, cuando inventa conceptos como la “vía del alma” que dan lugar a frases preciosas como “Somos los seres conscientes quienes alumbramos a las estrellas”.
Los últimos años de la magia es una novela muy dinámica en la que los acontecimientos y las maravillas se suceden sin solución de continuidad. El relato ofrece una explicación original y consistente a la existencia de los personajes de cuentos de hadas, e incluye capítulos tan bellos y grotescos como el dedicado al maestro tejo, que posee entidad propia como cuento independiente. No obstante, pese a haber ganado un premio tan importante como el Minotauro, es una obra que desgraciadamente no está gozando de la atención que merece entre los aficionados al género y, sin duda, mereció más suerte en los premios Ignotus de la AEFCFT y Kelvin 505 del festival Celsius de Avilés. Una historia que ofrece mucho más que sana diversión.
