Enciende primero, respira después
-Texto de contraportada-
No todos los infiernos son como el de Dante. El de Ramón Viniegra, erigido por él mismo sobre el dolor de otros, solo tiene tres pisos, aunque repletos de horrores que le separan del exterior. Su única oportunidad, una norma inquebrantable: enciende primero, respira después (Carlos Lluch).