Un libro muy particular. Ilustrado al estilo de las viejas novelas del género, es al mismo tiempo una reescritura de El Quijote y un homenaje a la ciencia ficción clásica (al personaje de Simeran no se le secó el seso por leer libros de caballería sino novelas pulp). Situado en la frontera entre México y Estados Unidos dentro de cincuenta años, no solo imagina el futuro, su devenir cultural, político y socioeconómico, sino también su idioma, con el que narra las andanzas de este personaje desopilante. Novela de aventuras, genuina especulación lingüística, este libro es prueba de que ciencia ficción puede adquirir múltiples formas, se reinventa continuamente y está más vigente que nunca.

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