Valoración en breve:
Colección de textos variados, desde artículos y prólogos de libros a conferencias universitarias y charlas impartidas en diversos talleres literarios, acerca de asuntos tan aparentemente dispares como su concepción de la belleza, el arte, la sociedad, la literatura, el lenguaje o la influencia de otros libros y escritores. Sobre todos ellos ofrece una mirada cargada de lucidez, coherencia y valentía, impregnada de unas fuertes convicciones feministas, taoístas y anarquistas, y en los que hace hincapié en la necesidad de la imaginación y el poder de la fantasía. Su lectura, hoy, ofrece una forma de reconciliarse con el mundo a través de una interpretación profundamente humana de la realidad.
Un libro compilado en plena madurez creativa en el que la autora resume toda una vida consagrada a la literatura y al activismo social. El mejor homenaje que podemos hacer a su memoria es leerla
Contar es escuchar
-Valoración-
En el año 2008 tuve oportunidad de colaborar con un pequeño sello editorial llamado Portal Editions en calidad de asesor de colección. Fruto de ello fue la publicación de la antología de terror Paura #4 y la estupenda novela de Pedro Andreu El secadero de iguanas, mezcla de ciencia ficción y realismo mágico -un extracto de la misma fue publicado como cuento independiente en Terra Nova #2 con el título de "La djin”- que fue galardonada con el Primer Certamen Internacional de Novela Fantástica Los Sueños del Espantapájaros.
La editorial estaba muy orientada hacia textos universitarios –han publicado excelentes trabajos sobre Tolkien, los hermanos Grimm, el romanticismo alemán, teoría de la literatura de ciencia ficción... varios de ellos tesis académicas– y propuse a sus responsables la creación de una colección de ensayo internacional. Naturalmente, entre los primeros libros a valorar se encontraban The Language of the Night (1979), Dancing at the Edge of the World (1989) y The Wave in the Mind (2004), los tres de mi admirada Ursula K. Le Guin, tres obras magníficas que exploraban temas como el feminismo, la importancia de la imaginación o cuestiones relativas a la labor creativa de la propia autora. No pudo ser, la agente con la que contactamos solicitó prácticamente el mismo importe que para una novela inédita y se convirtió en un objetivo imposible para un sello emergente como el nuestro.
Los años pasaron y, una década después, me alegra anunciar que la editorial Círculo de Tiza ha publicado la tercera de ellas bajo el evocativo título de Contar es escuchar. Confieso que me sorprendió la elección, puesto que considero las dos primeras obras más profundas y comprometidas en su defensa de la literatura de ciencia ficción y fantasía pero, precisamente por eso, más densas y complejas para un lector generalista. The Wave in the Mind ganó el premio Locus en 2005, mientras que las dos anteriores fueron nominadas al Hugo; a ellas se las ha unido recientemente Words Are My Matter: Writings About Life and Books, 2000-2016 (2016), ganadora -esta vez sí- del premio Hugo a la mejor Obra Relacionada. Espero y deseo que el presente libro sea un éxito y posibilite la traducción al español de todos estos títulos.
Para quienes no conozcan a Le Guin (¿de verdad, aún queda alguien?), en sus cuarenta años como profesional de la escritura ha publicado más de treinta novelas y libros de relatos, entre ellos obras universales como La mano izquierda de la oscuridad, Los desposeídos, su ciclo de fantasía de Terramar… libros que le valieron una veintena de premios Locus, 5 Hugos, 6 Nebula, el premio Kafka, el National Book Award en 2014 y ser la primera mujer en obtener el título de Gran Maestra de la Asociación Norteamericana de Escritores de Ciencia Ficción (SFWA); eterna aspirante al Nobel, su muerte a los 88 años truncó para siempre esa aspiración de muchos de sus lectores.
La narradora norteamericana reúne en este volumen una colección de textos variados, desde artículos y prólogos de libros a conferencias universitarias y charlas impartidas en diversos talleres literarios, acerca de asuntos tan aparentemente dispares como su concepción de la belleza, el arte, la sociedad, la literatura, el lenguaje o la influencia de otros libros y escritores. Sobre todos ellos ofrece una mirada cargada de lucidez, coherencia y valentía, impregnada de unas fuertes convicciones feministas, taoístas y anarquistas, y en los que hace hincapié en la necesidad de la imaginación (“Creo que la imaginación es la herramienta singular más útil que posee la humanidad”) y el poder de la fantasía (“La fantasía es una realidad más permanente y universal que las costumbres sociales de las que se ocupa el realismo”, “En mucha ficción contemporánea, las descripciones más reveladoras y precisas de nuestra vida cotidiana están atravesadas por lo extraño, o desplazadas en el tiempo, o ambientadas en mundos imaginarios”). Su lectura, hoy, ofrece una forma de reconciliarse con el mundo a través de una interpretación profundamente humana de la realidad.
El libro se divide en cuatro bloques temáticos: Cuestiones personales (casi un diario, en donde relata la esencia de su pensamiento, vivencias familiares y su denodado amor por las bibliotecas); Lecturas (comentarios y observaciones acerca de su admirada Virginia Wolf, Mark Twain, Tolstoi, Cordwainer Smith o El Señor de los Anillos); Discusiones y opiniones (acerca de algunos temas trascendentes, como la sociedad, cuestiones de género y diversos aspectos antropológicos); y Sobre la escritura (consejos, cuestiones de estilo y detalles sobre su propia forma de encarar la creación literaria).
Como es lógico, algunos temas resultan más cercanos, amenos o eruditos que otros, unos tienen un propósito científico-literario y otros se retrotraen a vivencias personales. De entre todos ellos, me gustaría destacar la presentación, toda una declaración de intenciones, en donde afirma ser un hombre porque las mujeres son una invención moderna y han sido reiteradamente olvidadas por la historia; el estudio dedicado a la relación entre premios y género, que pone en evidencia el profundo sesgo existente en esta materia; el artículo sobre determinismo genético, en donde se muestra particularmente combativa y aporta argumentos de peso en el plano antropológico; o el artículo que da título al libro y que puede resumirse con el siguiente aforismo: “La comunicación humana no puede reducirse a (simple) información”. Para Le Guin leer es una manera de escuchar, por eso es tan importante para ella el arte de narrar historias y muchos capítulos versan sobre la sonoridad y el ritmo en la narración, la importancia de emplear las palabras adecuadas para transmitir la verdad. El estilo en todos ellos es sencillo, claro y sincero, y con frecuencia llegan directos al corazón.
Contar es escuchar es un libro compilado en plena madurez creativa en el que la autora resume toda una vida consagrada a la literatura y al activismo social. Un volumen dedicado a la memoria de Virginia Kidd, su agente literario durante muchos años, y cuyo título en inglés procede de una imagen expresada en una carta de la citada Virginia Wolf, que alude al momento en que una escena o emoción provoca una ola en la mente del escritor que luego ha de transformar en palabras.
La edición española es una obra muy cuidada aunque personalmente hubiera agradecido un libro en cartoné. Traducido con gran acierto por Martín Schifino, con una portada minimalista y congruente con el contenido, el volumen se acompaña de una postal promocional que incluye fotografía reciente de la autora y diversas frases promocionales, que funciona como una especie de atractivo marca páginas. Casualidades de la vida, el libro se terminó de imprimir el 2 de enero, efemérides de otro grande de la ciencia ficción: Isaac Asimov.
Ursula K. Le Guin está considerada como uno de los mejores escritores de ciencia ficción y fantasía del siglo XX, una autora de culto que ha vendido millones de libros en todo el mundo y es respetada no solo por la comunidad literaria sino también en medios políticos, sociales y filosóficos. Un ejemplo a seguir por su mente preclara, firmes convicciones e inquebrantable pero serena militancia. El mejor homenaje que podemos hacer a su memoria es leerla.
