Meddling Kids
-Texto de contraportada-
Verano de 1977. El Club Estival de Detectives de Blyton (de Blyton Hills, una pequeña localidad minera situada en el valle del río Zoinx, en Oregón) acaba de resolver su último misterio, desenmascarando al monstruo del lago Sleepy: el enésimo cazatesoros que intentaba apoderarse de las legendarias riquezas ocultas en la Mansión Deboën. Y se hubiera salido con la suya de no ser por esos chicos entrometidos.
1990. Los ex detectives han crecido y sus caminos se han separado. Viven atormentados por los perturbadores recuerdos de los hechos acaecidos en su última noche en la vieja casa encantada, hechos que no pueden ser explicados simplemente como obra de un tipo con una máscara. Andy, la intrépida joven buscada ahora en dos estados, está cansada de huir de sus demonios. Necesita respuestas. Para encontrarlas deberá buscar a Kerri, la otrora niña genio y bióloga en ciernes, que ahora se dedica a ahogar sus fantasmas en alcohol en Nueva York junto a Tim, un perro weimaraner descendiente del miembro canino original del club. También tendrán que encontrar a Nate, el fanático de las películas de terror que está internado en el manicomio de Arkham, Massachusetts. Por suerte Nate sigue en contacto con Peter, el guapo deportista convertido en estrella de cine que fuera el líder del equipo… Lo cual tiene su mérito, teniendo en cuenta que Peter lleva años muerto.
Ha llegado la hora de volver a reunir al equipo, enfrentarse a los demonios del pasado y averiguar qué sucedió realmente en el lago Sleepy tiempo atrás. Es la única oportunidad de acabar con sus pesadillas y, tal vez, salvar el mundo.
Además de un viaje nostálgico y subversivo con guiños a H. P. Lovecraft y a la cultura pop, Meddling Kids es un original recordatorio de la diversión y la aventura que podemos encontrar en nuestras historias favoritas, sin importar la edad que tengamos. Meddling Kids, con su humor y caos brillantemente orquestados, subvierte los arquetipos de las historias de detectives adolescentes como los Cinco o Scooby Doo para ofrecer un exuberante y retorcidamente entretenido homenaje al terror, el amor, la amistad y los multitentaculares engendros diabólicos interdimensionales.