Valoración en breve:
Tiempo que fue es el primer título del nuevo sello Freder, consagrado a la ciencia ficción. Una novela breve del británico Ian McDonald que, en palabras de la escritora Nina Allan: «teje con maestría exquisita un hechizo de amor, guerra y física cuántica de atractivo intemporal»; imposible definir mejor esta conmovedora historia de amor.
McDonald demuestra ser un magnífico artesano capaz de conformar, con gran estilo y belleza formal, una historia circular perfecta que pone broche de oro al misterio planteado
Tiempo que fue
-Argumento-
Emmet Leight es un inglés que se gana la vida en el negocio de la compraventa de libros, un experto en material de la Segunda Guerra Mundial. Un día encuentra un viejo libro de poemas en un contenedor de basura de un antiguo club londinense que cerraba sus puertas, un pequeño volumen fechado en 1937, de autor desconocido y titulado Tiempo que fue. En su interior halló una carta manuscrita que revelada una historia de amor entre dos combatientes: Tom que tenía alma de poeta y Ben que pertenecía al servicio de inteligencia; un apasionado romance que, de conocerse todos los detalles, podría aumentar el valor del objeto de manera ostensible.
A través de los recuerdos de algunas personas y de fotografías que han logrado sobrevivir al paso del tiempo, Emmet investiga esta relación hasta convertirse en una auténtica obsesión capaz de poner en grave riesgo su salud. Porque lo que descubre es un ingenioso sistema para que ambos enamorados puedan volver a encontrarse a través del tiempo.
-Valoración-
Tiempo que fue es el primer título del nuevo sello Freder, consagrado a la ciencia ficción y perteneciente al grupo Plan B, cuyo director es Jorge Iván Argiz, también responsable de la línea de terror de la editorial Dolmen, amén de ser uno de los organizadores del Festival Celsius 232 de Avilés, las Jornadas de Cómic del mismo municipio y un largo etcétera. La colección anuncia, además, la próxima publicación de El monstruo, la sirena y el doctor Mengele, novela corta aparecida originalmente en 2021 del ínclito escritor británico –aunque felizmente asentado en España– Ian Watson.
Esta breve novela, del también británico Ian McDonald, ganó el premio British Science Fiction y fue finalista del Locus, Philip K. Dick y John W. Cambpbell Memorial en 2019. Una obra que, en palabras de la escritora Nina Allan: «teje con maestría exquisita un hechizo de amor, guerra y física cuántica de atractivo intemporal»; imposible definir mejor esta conmovedora historia de amor.
La novela alterna capítulos en el presente, que reflejan los esfuerzos del librero por arrojar luz a esta historia, con el relato apasionado de ambos amantes en el pasado, esbozando los entresijos del proyecto secreto que provocó su desarraigo temporal. En este sentido McDonald demuestra ser un magnífico artesano, capaz de conformar con gran estilo y belleza formal una historia circular perfecta que pone broche de oro al misterio planteado, logrando además el casi imposible objetivo de hacer interesar por igual los dos cursos de acción.
Bien es cierto que la trama deja algunas preguntas sin aparente respuesta: ¿por qué los viajeros saltan voluntariamente al vórtice temporal y no se limitan a vivir felices en una época determinada? ¿Por qué parecen estar siempre involucrados en alguna contienda bélica? ¿Por qué si avanzan siempre adelante en la flecha del tiempo –aunque a un ritmo diferente a los demás mortales– son vistos en guerras anteriores a la Segunda Guerra Mundial? Aparentes incoherencias que, en realidad, solo constatan el desconocimiento del narrador para con el fenómeno que investiga y que permiten al lector inteligente usar su imaginación para intentar rellenar los huecos por su cuenta.
Tiempo que fue es una novela fluida y engañosamente sencilla, cuyo tono atrapa al lector. No obstante, al terminar deja una cierta sensación de vacío, de que la trama podría haber dado algo más de sí, la historia de amor haber sido quizá más detallada, el proyecto secreto para ocultar objetivos al radar alemán más definido. Quién sabe, quizá nosotros seamos también viajeros en el tiempo y algunas respuestas aguarden en el futuro.