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Libros publicados en 2023

Walkaway

Valoración en breve:

 

Walkaway es un extenso y visionario techno-thriller que describe cómo podríamos vivir en una sociedad ultra tecnificada de pasado mañana. Un futuro próximo en el que rige un ultra capitalismo voraz sostenido por un estado policial represor y un egoísmo de base que reivindica la máxima del sálvese-quien-pueda.

 

La novela presenta una alternativa sostenible a esta descorazonadora distopía, una sociedad basada en la denominada «economía de los dones» que consiste en un intercambio altruista de bienes/servicios entre los miembros de la comunidad sin ninguna exigencia de retribución. Un sistema perfectamente viable gracias a que la tecnología de impresión 3D ha dado lugar a una economía de la abundancia y porque los miembros de estas comunidades, los “andantes”, son gente de recursos con grandes habilidades digitales que no dudan en compartir los resultados de su trabajo. Una idea absolutamente fascinante.

 

Sin duda, una de las mejores novelas de ciencia ficción publicadas en España en lo que va de año

Walkaway

-Argumento-


A sus veintisiete años, Hubert es demasiado viejo como para no desentonar en la fiesta comunista que se celebra en una antigua factoría abandonada. Pero, tras el desmoronamiento del sistema capitalista para dar lugar a un ultra capitalismo salvaje y el estallido de la burbuja en la construcción de zepelines en la que se había involucrado, no le queda más remedio que convivir con la escoria de jóvenes descontentos que se pasan la noche de fiesta y desprecian a los que aún conservan su trabajo.

 

Allí conoce a Natalie, una muchacha inteligente con ideas políticas revolucionarias, que asalta empresas clausuradas para explotar sus líneas de fabricación y elaborar productos que luego regala a las familias necesitadas. Natalie es también la heredera de una de las familias más ricas del país y desea escapar de las garras de su represivo padre, así que junto a Hubert y su amigo Seth decide renunciar a la sociedad formal y marchar a vivir a las llamadas tierras baldías en compañía de otros parias expulsados del sistema.

 

En realidad, no es un mal plan si tenemos en cuenta que en ese futuro inmediato cualquiera podría tener cubiertas las necesidades básicas –alimentación, ropa, alojamiento– gracias a la tecnología de impresión 3D. En las ciudades muertas dejadas atrás por la huida industrial y en las tierras vacías destrozadas por el cambio climático comienzan a surgir comunidades “andantes”, el germen de una nueva sociedad alternativa mucho más humana y basada en la cooperación, la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Una amenaza para su hegemonía que el modelo ultra capitalista no puede tolerar.


 

 

 

-Valoración-


Cory Doctorow es un novelista canadiense de ciencia ficción, periodista, doctor honoris causa en informática por la Open University, investigador del MIT Media Lab y activista tecnológico, entre otras muchas actividades. Ha ganado los premios Locus, Prometheus y Sunburst; ha sido nominado al Hugo, Nebula y British SF; y posiblemente sea el escritor actual de literatura especulativa que más ideas revolucionarias es capaz de incluir por página, algo que convendría poner muy en valor.

 

Esta voluminosa novela ha sido editada por el sello Capitán Swing con el cuidado y corrección que le caracterizan, en atractiva portada tricolor con altorrelieve. No es este el primer título de Doctorow que publican, pues el año pasado salió el muy recomendable libro de relatos Radicalizado que contenía cuatro novelas cortas que pretendían remover nuestras anquilosadas conciencias de adocenados ciudadanos del primer mundo, al tratar temas tan trascendentes como la inmigración, el racismo, el poder o el capitalismo ultraliberal.

 

Walkaway es un extenso y visionario techno-thriller que describe cómo podríamos vivir en una sociedad ultra tecnificada de pasado mañana. Un futuro próximo en el que rige un ultra capitalismo voraz sostenido por un estado policial represor y un egoísmo de base que reivindica la máxima del sálvese-quien-pueda. Mientras los más poderosos miden su riqueza en trillones –por lo que son llamados zotarricos o, simplemente, zotas–, defienden su posición de privilegio basándose en el mito de la meritocracia y pretenden desligarse del destino del resto de la humanidad, muchos jóvenes son conscientes de que carecen de futuro y cada vez es mayor el número de personas que han de sobrevivir gracias a las subvenciones públicas, siendo despreciados por una mayoría de contribuyentes que los consideran meros mantenidos del sistema.

 

La novela presenta una alternativa sostenible a esta descorazonadora distopía, una sociedad basada en la denominada «economía de los dones» que consiste en un intercambio altruista de bienes/servicios entre los miembros de la comunidad sin ninguna exigencia de retribución: dinero, otros bienes (trueque) o favores presentes o futuros, simplemente por la satisfacción personal de aportar algo que tiene un valor para los demás. Este sistema es perfectamente viable gracias a que la tecnología de impresión 3D, al alcance de todo el mundo, ha dado lugar a una economía post-escasez o de la abundancia y porque los miembros de estas comunidades (algunas de ellas con cientos de integrantes), los “andantes”, son gente de recursos con grandes habilidades digitales que no dudan en compartir los resultados de su trabajo. Una idea absolutamente fascinante.

 

Evidentemente, estas comunidades andantes no están exentas de problemas y de aparentes contradicciones. En primer lugar, okupan espacios que teóricamente tienen dueño y hackean toda la tecnología a su alcance para compartirla con los demás (viralizarla), lo que atenta contra el sistema de patentes del mundo, al que ellos llaman «realidad pordefecto». Además, son personas no violentas y ante los ataques armados de grupos fascistas, que no entienden su modo de vida, prefieren abandonar sus asentamientos y “echarse a andar” para crear algo mejor en alguna otra parte; una actitud en apariencia derrotista que no todos son capaces de comprender.

 

Por otra parte, si en una comunidad andante tomas sin dar, nadie te dirá nada pero serás considerado un gorrón y, si pretendes llevar un control de lo que todo el mundo ofrece y recibe, serás algo peor: un jodido controlador. Así, cada cual aporta al conjunto aquello que domina y disfruta haciendo, a su ritmo, gracias a la automatización de los fablab alimentados con energía limpia de aerogeneradores y material de desecho reciclado del entorno. En este sentido, las comunidades andantes son mucho más eficientes que la sociedad pordefecto, donde son necesarias muchas más horas de trabajo para obtener el mismo nivel de servicios y confort.

 

Por si todas estas razones que atentan contra la hegemonía del sistema ultra capitalista no fueran suficientes, la Universidad Andante está a punto de realizar un descubrimiento trascendental para el futuro de la humanidad: la transferencia de una mente humana a un sustrato digital (simulación), lo que supone de facto la inmortalidad. Los zotas desean reservar ese descubrimiento para sí mismos y someten a las comunidades andantes a continuos ataques para destruir sus instalaciones y ralentizar sus avances. De hecho, sorprende la extrema violencia con la que se les quiere aplastar, con ataques perpetrados por soldados fuertemente armados, vehículos blindados, mecas, drones con bombas incendiarias y hasta misiles frente a personas completamente desarmadas, que provocan cientos, sino miles, de muertos que nunca serán objeto de noticia por parte de la prensa sometida al régimen.

 

Como se puede apreciar, esta novela posee una carga ideológica y especulativa brutal, la misma que su predecesora Radicalizado, aunque repartida en muchas más páginas. Se nota el activismo político, social y tecnológico del autor («la tecnología no es neutral»), que proporciona al libro un tono reivindicativo en favor de una toma de conciencia sobre los problemas de discriminación e injusticia que asolan al planeta. No es, por tanto, una obra sencilla ni para todo tipo de lectores, aunque desde luego nos permite reflexionar acerca de la ironía de que los que tienen más dinero del que serían capaces de gastar en toda su vida dediquen todo su tiempo a intentar ganar más, mientras que los andantes, que reniegan de la propiedad privada, hacen las cosas que la gente dice que haría si fuera rica. En realidad, no es el mundo al revés, sino que todo es cuestión de perspectiva.

 

El libro sigue una rígida estructura episódica: el primer capítulo para la fiesta comunista, el segundo para la comunidad andante, el tercero da un giro de volante brutal para tratar el tema de la simulación de mentes en la nube –no solo lo que eso supone de por sí, sino también la posibilidad de que puedan caer en malas manos, ser modificadas, llegar a conocer todos sus secretos, obligarlas a cometer delitos, correr varias copias concurrentes y un largo etcétera– y el cuarto y siguientes se centra en la peripecia vital de Natalie, una parte demasiado larga, reiterativa y hasta aburrida en comparación con los capítulos precedentes; en realidad, no te pierdes casi nada si saltas 300 páginas hasta alcanzar el desenlace en el que asistimos al enfrentamiento final entre ambos sistemas tras años de incómoda convivencia, una conclusión que recupera el nivel especulativo y de interés de los tres primeros capítulos.

 

Walkaway nos sumerge en un futuro a solo unos pocos años de nuestro presente. No solo por su carácter admonitorio a nivel sociopolítico y económico, sino también a efectos de comprobar cómo nos podrían afectar los profundos cambios en la tecnología. Además de la digitalización y simulación de la conciencia humana en la nube o la economía post-escasez, aparecen en el texto infinidad de ideas capaces de excitar nuestro sentido de la maravilla: edificios autorregulados, restaurantes automatizados, gafas inteligentes dotadas de realidad aumentada, autocoches, terapias genómicas, espíritus domésticos (IAs especializadas en tareas domóticas), economía de la reputación (basada en el liderazgo), ingeniería de topologías mínimas (una apuesta por reducir el volumen material de los sólidos, al mejorar aspectos como la fuerza y la flexibilidad; es decir, el concepto de tenseguridad), pizzas que se hornean en su propia caja en segundos o ¡cerveza autorreplicante! Es probable que muchas de estas ideas no sean originales del autor, pero las integra a la perfección como activos de la trama.

 

A nivel argumental resulta imposible detallar en pocas palabras todos los acontecimientos acaecidos, las relaciones interpersonales, la complejidad de los diálogos filosóficos. La trama deja claro que no existen soluciones sencillas ni globales: cada persona es un mundo que piensa y actúa de una manera diferente a los demás, y es necesario respetar esa libertad. También supone un gran acierto la diversidad que se manifiesta en los personajes en cuanto a su orientación sexual. Doctorow muestra siempre un punto de vista moderno y tolerante, y una dialéctica extraordinariamente inteligente.

 

Finalmente, cabe destacar la gran labor de traducción llevada a cabo por Enrique Maldonado Roldán en este texto lleno de conceptos novedosos para los que no siempre es sencillo encontrar el término más adecuado en español (por ejemplo, “descabezar” para subir a la nube la conciencia). Sin embargo, “andante” (walkaway) no me parece la palabra más adecuada para definir a aquellos que se alejan de la sociedad, pues evoca al fenómeno zombi y, quizá, podría ser más apropiado hablar de “errantes” o “renunciantes”. Este es, además, un libro repleto de guiños, citas y referencias a otras obras de género que no siempre han sido reconocidas; así, por ejemplo, se dice que «El miedo es el asesino de la inteligencia» cuando debería ser «El miedo mata la mente» (Dune) o «Eso no me es posible, Dave» cuando debería ser «Lo siento Dave, me temo que no puedo hacer eso» (2001. Una odisea espacial). Detalles que no impiden disfrutar de una de las mejores novelas de ciencia ficción publicadas en España en lo que va de año.


 

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