Valoración en breve:
A ambos lados del espejo es una novela que bien podría pasar por un guion de thriller policiaco-fantástico. Cuenta con una buena estructura teatral y no precisa de mayor extensión que la presente. El estilo es sencillo y fluido, expresivo y repleto de estereotipos, todo ello al servicio de un relato que va de menos a más no por la impericia del autor sino porque así lo pide la propia historia, que cuenta con un desenlace no por esperable menos impactante y revelador. Además, ese final tiene la virtud de sembrar la duda en el lector, de hacerle pensar en la terapéutica capacidad de redención de las segundas oportunidades, incluso para los seres más patéticos
A ambos lados del espejo
-Argumento-
Alicia es una mujer joven que sufre maltrato por parte de su novio, Roger. Mientras ella trabaja en una oficina y gana el único dinero que entra en casa, él se limita a dilapidarlo en bebida y a perder el tiempo jugando a la consola, justificando su frustración tras un incierto accidente laboral que le impide trabajar.
Alicia no entiende por qué no rompe una relación destructiva con esa pareja tóxica –quizá por inercia o temor al vacío de la soledad–, hasta que un buen día se harta y le manda a la mierda. La discusión derivó en un fuerte altercado, Roger se sintió herido en su orgullo y le propinó una tremenda paliza; la dio por muerta y quiso deshacerse de ella de una manera disimulada. Pero Alicia sobrevivió y, todavía ensangrentada, logró liberarse de sus ataduras, tomó un gran cuchillo de la cocina y le asestó diecisiete puñaladas. Después, caminó tranquila hasta la comisaría del barrio para entregarse.
Sin embargo, a las pocas horas de confesar su crimen recibe con sorpresa la noticia de que Roger no solo está vivo, sino indemne y afirma no haber sufrido ninguna agresión. Por si esto fuera poco, cuando la policía se persona en su apartamento no aparece indicio alguno de haber sido escenario de un homicidio. ¿Qué ha ocurrido entonces, está Alicia volviéndose loca?
-Valoración-
Iván Ledesma es un escritor barcelonés, autor de novelas oscuras como Negorith –premio Joaquim Ruyra de narrativa juvenil 2017– (El Transbordador, 2021) y su continuación Negorith 2 (El Transbordador, 2023), 184 (Dolmen, 2018), El rito circular (Dolmen, 2022), Ante dioses indiferentes (Dolmen, 2024) y la presente A ambos lados del espejo. Además, ha escrito diversos libros infantiles, como las sagas Diario de Dan y Dragonxs, novelas gráficas para adultos y es también músico y guionista de televisión, radio, cómic y productoras, con títulos importantes en su haber como Xtremo (Netflix, 2021) y Awareness (Amazon, 2023).
El título de esta novela corta hace referencia a la famosa obra de Lewis Carroll Alicia en el País de las Maravillas. Ledesma disfruta retorciendo la realidad y saca de su particular chistera a una Alicia adulta y desencantada de la vida, a quien muestra a través del espejo deformante de unas relaciones humanas degradadas por el egoísmo y la falta de empatía propias de nuestra sociedad contemporánea.
El relato ofrece, por supuesto, guiños y referencias a ese relato maravilloso. Así, el Conejo Blanco, el Gato de Cheshire y el Sombrerero Loco adoptan la forma de una entrañable ancianita que gusta beber té en la mesa camilla de su piso sito en el ático –personaje que actúa, también, como una especie de hada madrina justiciera, cansada de ver, oír y callar, como bien apunta Isabel del Río en el prólogo–, la veleidosa Reina de Corazones sería Roger, el espacio liminal de la madriguera del conejo se transforma en un anodino ascensor y la propia Alicia se desdobla en dos muchachas bien diferentes: una mujer digna de compasión y un monstruo mezquino e insoportable.
La novela comienza con una escena de violencia de género, tan clásica y brutal que resulta incluso poco verosímil. Como secundario tenemos a un policía llamado Marc, quien nos pone en antecedentes sobre las incoherencias de la versión de Alicia: en su apartamento no aparece cadáver alguno, ni siquiera restos de sangre; la pareja con la que convivía no era su novio sino su marido, según el registro civil y las fotos de boda halladas en su casa; nadie la conocía en la oficina en la que afirmaba trabajar, mientras que Roger estuvo todo el día en la joyería, tal y como atestiguan las cámaras de seguridad, etc. Todo parece indicar un desequilibrio de orden psiquiátrico, pero tampoco nadie puede explicar por qué Alicia se encuentra cubierta de sangre fresca de su marido.
A ambos lados del espejo es una novela que bien podría pasar por un guion de thriller policiaco-fantástico. Cuenta con una buena estructura teatral y no precisa de mayor extensión que la presente. El estilo es sencillo y fluido, expresivo y repleto de estereotipos, todo ello al servicio de un relato que va de menos a más no por la impericia del autor sino porque así lo pide la propia historia, que cuenta con un desenlace no por esperable menos impactante y revelador. Además, ese final tiene la virtud de sembrar la duda en el lector, de hacerle pensar en la terapéutica capacidad de redención de las segundas oportunidades, incluso para los seres más patéticos.