Una obra poética y reveladora, a caballo entre la novela negra y la distopía, sobre la destrucción del planeta debido a los excesos del ser humano, y la necesidad de devolver a la naturaleza lo que un día fue suyo.

 

En los confines del continente, un guarda despierta y, junto a la cama, encuentra un instante de su sueño plasmado en una fotografía. Asomado al precipicio de lo imposible, comienza una cuenta atrás. Los excesos del ser humano han llevado a la Tierra al límite, y la única solución es que la mitad de la Tierra quede despoblada para dejar que la naturaleza avance y recupere lo que en origen le perteneció. En la frontera, el guarda, antiguo soldado de élite, debe velar por esta transición a lo salvaje, pero no lo va a tener fácil. Durante esta última jornada decisiva, tendrá que enfrentarse a la resistencia de los vecinos, en su mayoría cazadores, y a varios misterios para los que no encuentra respuesta: un robo inexplicable en un territorio en el que el dinero ya no tiene valor, un misterioso caballo desbocado, y su sueño, que parece haber cruzado la frontera de la realidad. El tiempo se acaba y restan pocas horas de luz para que el guarda resuelva los enigmas. En un mundo a punto de morir, ¿qué mensaje dejará el ser humano para la posteridad?

 

Las fronteras plantea los límites entre lo humano y lo animal, el sueño y la vigilia, lo político y lo geográfico, la amistad y el amor. Una obra en la que el protagonista se arrastra por la cuerda floja que separa un lado del otro en un intenso wéstern distópico que es también novela negra, ecothriller, y una reflexión filosófica y poética. El texto baila en la frontera como los antiguos bailaban en las cuevas.

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