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75
años de cine de terror CONTRAPORTADA: Cuando estamos solos en la oscuridad, evitando
pestañear para no perder detalle, posiblemente con nuestra piel blanca de
miedo, las manos húmedas y preparados para cerrar los ojos cuando veamos el
horror que se nos presenta delante, todos nuestros músculos se pondrán
tensos, el corazón dará martillazos y en el estómago se nos hará un nudo tan
enérgico que dolerá. Pero cuando percibamos que el terror es inminente las
rodillas temblarán y sentiremos que las piernas están heladas. Cada músculo
del cuerpo tratará de prepararse para la lucha o para la huida, mientras que
la respiración contenida nos impedirá lanzar un grito pidiendo auxilio. En
ese momento hemos perdido todo el control de nuestro cuerpo, al mismo tiempo
que el cerebro nos recrimina por haber llegado allí. |
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