Uno

La crítica es una herramienta de orientación al lector, nunca de lucimiento para el crítico. Crítica es fundamentalmente información; la opinión es bienvenida pero debe estar siempre fundamentada.

Dos

La crítica debe ser objetiva; ha de evitarse que los gustos particulares del crítico primen sobre los elementos informativos.

Tres

Una crítica ideal deberá contener suficientes elementos de juicio (a título orientativo: resumen de la trama que no revele claves del argumento, valoración de estilo o tratamiento de personajes, contextualización del autor, etc) como para que cualquier lector pueda formarse una opinión al respecto.

Cuatro

La crítica debe ser original, sincera e independiente, sin atender a prejuicios o presiones externas. Es aconsejable no leer críticas previas e incluso la contraportada o información publicitaria (cuanto más virgen llegue el entendimiento del texto, más se acercará a la posición de un lector normal); igualmente, evítese reseñar libros con cuya editorial se mantenga una relación directa (económica o no).

Cinco

La literatura de género fantástico (ciencia ficción, fantasía, terror...) se rige por las mismas reglas que el resto de literatura y debe valorarse por los mismos parámetros de calidad que cualquier otra obra literaria. Las ediciones minoritarias o fanediciones no son excepción, ni pueden invitar a la indulgencia.

Seis

No se obviarán aspectos tales como condiciones de la edición, maquetación, traducción, erratas, etc cuando éstos sean relevantes y puedan condicionar la decisión de compra/lectura del lector.

Siete

Se deberá evitar rigurosamente aprovechar la tribuna para tratar (o atacar) aspectos que no sean el objeto directo de la crítica.

Ocho

El crítico no está por encima del autor: puede señalar sus defectos pero no es su labor redactar un listado de consejos paternalistas.

Nueve

El crítico procurará realizar su labor en las mejores condiciones posibles; a este respecto, se informará, redactará y clarificará su posición lo más exhaustivamente posible.

Diez

El crítico se responsabilizará de su trabajo; si es requerido, clarificará su posición y/o ofrecerá explicaciones adicionales que posiblemente por razones de espacio no pudo argumentar suficientemente, y asumirá a su vez las críticas que el lector, editor y autor puedan formularle.