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Libros publicados en 2006

La ciudad de las puertas de oro

La ciudad de las puertas de oro

Comentario:

 

10.000 años antes de nuestra era, una embajada comercial ateniense atraca en el puerto de Poseidonis, la suntuosa capital de la Atlántida. Pero los deseos de paz del cónsul Antenor y su joven protegido Diomedes se verán truncados por el ansia expansionista del Emperador del Sol de Medianoche, Tlavastli, quien desea recuperar el antiguo esplendor de la isla-continente invocando el poder de las armas y la magia oscura.

 

El mundo se vio abocado a la guerra más sangrienta jamás conocida, dos colosales ejércitos enfrentados en un conflicto que marcó para siempre el destino de la humanidad: una coalición de pueblos libres comandada por el rey de Atenas enfrentada al poderío militar atlante, reforzado con los vestigios de una ciencia olvidada. Mientras se combate en las montañas de Pirene (Pirineos) y la provincia atlante de Gadir (Cádiz), se libran escaramuzas en lugares de poder como Stonehenge, Egipto o Himavat (Himalaya); pero la batalla decisiva tiene lugar en el plano astral, con una mermada Hermandad de los Hijos del Dragón luchando contra las fuerzas conjuradas por el heredero de la mítica Ciudad de las Puertas de Oro.

 

La Atlántida, la ciudad de Poseidón de cuyo hijo, el gigante Atlas, proceden todos sus habitantes, es una sociedad decadente pese a la magnificencia de su arquitectura, hegemonía militar y naval, arte... No es una nación más, sino la cuna de la humanidad y la civilización moderna. No faltan, pues, quienes desean retornar al glorioso pasado imperialista, castigado por los dioses con sucesivas devastaciones geológicas. Ahora el antiguo líder conquistador se ha reencarnado en Tlavastli y reclama la supremacía del mundo: sumisión o muerte, Atlántida no puede tener iguales sino siervos y esclavos.

 

«La ciudad de las puertas de oro» se inspira en los diálogos de Platón “Critias” y “Timeo”, además de otros textos clásicos como la “Teogonía” de Hesiodo. José Rubio y José Miguel Cuesta –autores procedentes de la pujante cantera valenciana- toman diferentes pasajes arquetípicos con la libertad necesaria que requiere toda nueva obra de ficción, respetando, eso sí, el original, y los integran con naturalidad en un relato coherente de tintes más contemporáneos. En este sentido, la novela se alinea junto a otras obras fantástico-mitológicas como «Señores del Olimpo» de Javier Negrete, aunque en tono bastante menor. Pese a ello, ambos novelistas demuestran su competencia narrativa, ya acreditada en galardones literarios como el Domingo Santos o el Ciudad de Andujar, o siendo finalistas de los prestigiosos Felipe Trigo y Ciudad de Torrevieja.

 

Pero tal vez sea ése, precisamente, el problema subyacente en la novela: el tono descriptivo que preside la narración repercute directamente en su calidad épica, restando agilidad a las escenas de acción y ralentizando en exceso el ritmo; así, la contienda se reduce a un par de escaramuzas y la definitiva batalla campal. Por otra parte, el atractivo planteamiento inicial se diluye en un argumento que pierde fuerza paulatinamente, naufragando en el tópico juego de poder en manos de esotéricas energías místicas. Falta garra en el reflejo de la época, emoción en la batalla, profundidad psicológica en los personajes (salvo, tal vez, el carismático general Anteo) y un estilo más acusado para superar el estereotipo y el lugar común. En definitiva, no se satisfacen las elevadas expectativas generadas pese a esporádicos momentos de lucimiento, un notable despliegue imaginativo y un logrado desenlace que implica una historia secreta de la humanidad.

 

Con esta novela, la editorial Timun Mas sigue apostando por los autores españoles, tras la publicación de las interesantes «Las cuatro damas» y «La maza sagrada», y las más recientes «El país inerme» y «El dragón estelar». Una edición elegante en su sencillez y funcionalidad, no demasiado extensa y donde se echa de menos un mapa detallado de la época.

 

 

Valoración: Interesante

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