Infiltrado
Título Original: Inside Job
Autor: Connie Willis
Editorial: Ómicron
Colección:
Tipo de libro: Novela inédita
Fecha de publicación: Septiembre 2006
Precio: 12 €
Páginas: 92
Formato: 23x 15 cm. Rústica con solapas
ISBN: 84-9657-522-5
Premios: Hugo de novela corta (2006)
Comentario:
«Infiltrado» es el primer libro publicado por el nuevo sello Ómicron, perteneciente al grupo Roca Editorial, una colección dedicada a la literatura de ciencia ficción. Hasta la fecha, Ómicron ha editado diversos títulos con una cadencia mensual y posee en cartera otros tan interesantes como «China Montaña Zhang» de Maureen F. McHugh (1993), «El jardín de los niños» de Geoff Ryman (1989), «La parábola del sembrador» de Octavia E. Butler (1993) ó «Spin» de Robert Charles Wilson (2006); es decir, novedades de primera fila alternadas con obras señeras y galardonadas con los más prestigiosos premios de la ciencia ficción mundial (premios Hugo, Nebula, Locus, Arthur C. Clarke, Philip K. Dick, Mundial de Fantasía, James Tiptree, Jr., John W. Campbell Memorial, etc.) que, por diversas circunstancias, habían permanecido inéditas hasta la fecha en nuestro país. Este último dato induce a pensar en la presencia de un experto en la materia en el proceso de selección de títulos, acaso el mismo traductor de la mayoría de ellos. Una colección que, en líneas generales, posee una muy buena calidad de edición, un precio competitivo y unas traducciones eficientes, que intenta cubrir un espacio hasta ocupado principalmente por la colección Nova de Ediciones B, en franca y sana competencia.
En «Infiltrado», Rob es el director de «El ojo cínico», una revista de corte escéptico dedicada a desenmascarar todo tipo de fraudes seudocientíficos. Cierto día su ayudante Kildy, una actriz desencantada del glamour de Hollywood, le pone en antecedentes acerca de una médium llamada Ariaura Keller (nótese el nombre de pila, compuesto y en absoluto casual). Ariaura resulta ser un camelo demasiado burdo pero, en plena representación, algo sale mal y sorprendentemente comienza a canalizar al espíritu de Henry Louis Mencken (1), el más famoso racionalista escéptico de todos los tiempos, azote de estafadores, charlatanes y crédulos.
Pero, ¿por qué una médium está actuando en contra de sus propios intereses? Y, sobre todo, ¿cómo es posible que una psíquica de tercera categoría conozca absolutamente todos los detalles relativos a la vida, obra y pensamiento del citado Mencken? Poco a poco, la idea de un montaje tras el que se oculta una mente maestra va cobrando forma. Pero ¿quién haría alguien algo así y por qué? Por otra parte, el presunto espíritu de Mencken no hace otra cosa que denunciar los fraudes esotéricos, cuando lo mejor que podría hacer para probar su no-existencia es guardar silencio y desaparecer. Y, para complicar aún más el asunto, todo apunta a que la única manera de que Rob crea en el amor sincero de Kildy es probar que no hay engaño en Ariaura, lo que supondría la prueba fehaciente de la existencia del plano astral.
Un dilema sin aparente solución y un embrollo delicioso. Por supuesto, nos encontramos ante una “comedia loca” (lo que los americanos llaman “screwball comedy”) que tantos éxitos ha deparado a estrellas del celuloide como Spencer Tracy y Katharine Hepburn en largometrajes como «La fiera de mi niña», «La costilla de Adán» y tantas otras. Un enredo mayúsculo, soportado generalmente sobre la guerra de sexos, que se va complicando cada vez más a través de escenas repletas de equívocos y diálogos chispeantes hasta la explosiva resolución final.
Connie Willis nos regala una muestra más de su inteligencia y fina ironía en esta obra breve y de apariencia ligera -las buenas comedias de enredo suelen ser historias aparentemente sencillas que enmascaran su genialidad-, pero que posee múltiples cargas de profundidad. Una historia en la que, entre lío y lío, la escritora americana arremete contra los charlatanes de la Nueva Era y su parafernalia comercial, la sospecha patológica instalada en algunos practicantes del movimiento escéptico, el glamour vacío de contenido de las celebridades de Hollywood (incluso refleja una divertida aversión hacia el actor Ben Affleck). Por encima del enfrentamiento de pensamiento racional versus esoterismo y fraude, Willis desnuda los anhelos, miserias y contradicciones del alma humana con talento y humor (2). Y, como nueva muestra de su agudeza, propone una pirueta final que puede contentar a todos los implicados, como en aquellas inolvidables películas del dorado Hollywood dotadas del imprescindible final feliz.
Pese a todo, y al margen de su indiscutible calidad, no han sido pocas las voces que se han levantado en contra de la concesión del premio Hugo a esta novela corta, un galardón que tradicionalmente reconoce la mejor obra de ciencia ficción publicada durante el año anterior. Sin duda, «Infiltrado» es una narración trascendente que plantea un debate serio en nuestra sociedad, pero ¿es una obra encuadrable dentro del género de ciencia ficción? Siendo sincero, y estrictamente hablando, lo dudo mucho, pero no me cabe duda de que los votantes del Hugo han querido premiar la fresca genialidad de esta historia por encima de cualquier restricción temática (aunque, sin duda, el nombre de la autora también tuvo su importancia). Estoy seguro de que buena parte de los lectores españoles hubiéramos hecho lo mismo, ¿no les parece?
Valoración: Notable alto