El tradicional volumen conmemorativo del premio UPC de Novela Corta de ciencia ficción incluye en esta ocasión únicamente la obra ganadora de su XVIII edición. Una medida radical pero comprensible dada la baja calidad literaria demostrada por la Mención Especial y, sobre todo, la Mención correspondiente a los miembros de la UPC en antologías anteriores. En esta ocasión los galardonados han sido dos veteranos narradores que escriben a dúo, muy conocidos en el ámbito de la ciencia ficción española, como son Eduardo Gallego y Guillem Sánchez
La cosecha del centauro. XVIII premio UPC
El tradicional volumen conmemorativo del premio UPC de Novela Corta de ciencia ficción incluye en esta ocasión únicamente la obra ganadora de su XVIII edición. Una medida radical pero comprensible dada la baja calidad literaria demostrada por la Mención Especial y, sobre todo, la Mención correspondiente a los miembros de la UPC en las últimas antologías, aunque el editor lógicamente prefiera remarcar el cambio en positivo y lo justifique en términos de “destacar así el título y autores de la obra galardonada”. El otro gran premio universitario, el Alberto Magno convocado por la Universidad del País Vasco, apuesta en cambio por reunir en un mismo volumen varias ediciones, aglutinando ganadores y finalistas en sus, hasta la fecha, cuatro volúmenes publicados.
En esta ocasión los galardonados han sido dos veteranos narradores que escriben a dúo, muy conocidos en el ámbito de la ciencia ficción española, como son Eduardo Gallego –profesor de Biología Vegetal y Ecología de la Universidad de Almería- y Guillem Sánchez –economista y aficionado a la historia bélica-. En 1996 ya fueron finalistas con su descacharrante “Dad de comer al sediento” y en 2005 con “Juegos perversos”, narraciones independientes aunque ambientadas en un mismo universo-marco denominado Unicorp. Gallego emplea sus sólidos conocimientos en biología para plantear exóticas propuestas especulativas, mientras que Sánchez refuerza el carácter épico de los frecuentes enfrentamientos bélicos de la trama. La sinergia obtiene como resultado una amena ciencia ficción de aventuras, conocida como Space Opera o aventura espacial, caracterizada en su caso por una imaginación desbordante, una cáustica ironía y una encendida crítica contra la intolerancia, los prejuicios, el poder omnímodo y la cerrazón religiosa (y, de paso, contra los profesores universitarios obtusos). En paralelo, tal vez su mayor debilidad de estilo sea su falta de ambición literaria y el humor socarrón que con frecuencia deriva hacia la sal gorda, lo que echa por tierra buena parte de los logros conseguidos.
Un aspecto fundamental en su narrativa es el sentido de la maravilla. Éste proviene tanto de la grandeza y prodigios de un universo que el ser humano apenas ha comenzado a hollar como de la emocionante tensión narrativa de las batallas de ficción. En sus historias todo logro humano es efímero y queda siempre empequeñecido por la vastedad e indefensión frente al espacio exterior; igualmente, el hombre demuestra ser capaz de lo mejor (el ansia de exploración y conocimiento, el afán de superación, la solidaridad, el valor, la ética) y lo peor (la intolerancia, el orgullo, la ambición de poder, la guerra). Sus personajes ciertamente pecan de estereotipados pero reflejan la llaneza del pueblo y la particular idiosincrasia de los autores, por lo que no es de extrañar que elijan como protagonistas a sufridos científicos acostumbrados a lidiar con poderosos e incompetentes militares, religiosos y jefes.
El volumen se completa con el texto completo de la conferencia de Lois McMaster Bujold durante la ceremonia de entrega del premio, una extensa presentación a la edición y el habitual apéndice-resumen sobre los premios, ambos obra de Miquel Barceló y que constituyen una excelente fuente de información. Un libro bastante más delgado que años precedentes pero, al menos, también un poco más barato.
Incluye:
"La ciencia ficción, la fantasía y yo", por Lois McMaster Bujold
"La cosecha del centauro", de Eduardo Gallego y Guillem Sánchez
"La ciencia ficción, la fantasía y yo", por Lois McMaster Bujold
(“Science Fiction, Fantasy and Me”, 2009)
Con irregular tino, Bujold diserta sobre las diferencias entre escribir fantasía y ciencia ficción, su técnica literaria, experiencias como lectora, trasfondo religioso y cosmológico de algunas de sus obras, la percepción de lo numinoso y el sentido de la maravilla, y un largo etcétera.
Superficial, ameno, irregular, cambia de tema sin aparente orden ni concierto, y sólo al final expone un deseo claro: más historias que hablen de un futuro fascinante que asombre por sus logros y no la habitual visión terrorífica que presenta a la ciencia y la tecnología como el problema cuando pueden ser la solución a muchos de los males que nos atenazan. Más historias actuales escritas por y para la presente generación.
Valoración: Interesante
"La cosecha del centauro", de Eduardo Gallego y Guillem Sánchez"
Premio UPC 2008
Los tiempos de enfrentamiento entre la Corporación y el Imperio quedaron atrás. De sus cenizas surgió el Ekumen, un espacio humano regido por una ética solidaria basada en la diversidad cultural. Científicos del Ekumen recorren los mundos de los brazos más alejados de la galaxia portando un mensaje de paz, con el único propósito de estudiar los sistemas locales para así ampliar la base de conocimiento humano (1).
Una expedición científica del Ekumen que estudia el remoto Brazo de Centauro descubre unas extrañas anomalías en los planetas de la denominada Vía Rápida: mundos sin aparente registro fósil comparten idéntico código genético pese a hallarse separados por años luz de distancia. Sólo cabe una explicación posible: panspermia dirigida; una poderosa especie alienígena ha sembrado de vida estos planetas con un propósito desconocido. Lo que parece claro es que, con una inexorable regularidad de 802 años, esos misteriosos sembradores recogen la “cosecha” de materia orgánica de cada planeta y arrasan el resto. Apenas restan 75 años para que el pequeño mundo de Eos sea visitado, y en la nave Kalevala del Ekumen militares, científicos y colonos se aprestan a reunir toda la información posible acerca de los sembradores antes de enfrentarse a lo desconocido.
Una vez más, Eduardo Gallego y Guillem Sánchez elaboran una emocionante y divertida aventura espacial, con la humanidad del Ekumen enfrentada a una inteligencia alienígena tan racional como implacable. Un argumento ambicioso, bien armado y asentado sobre una sólida base biológica. En realidad una trama bastante clásica dentro del subgénero y muy en la línea de ambos escritores aunque, en esta ocasión, dejan atrás (casi todos) sus habituales chistes privados para desarrollar todo su potencial como narradores; desde luego, conocimientos, cultura y dotes narrativas no les faltan. El texto se desenvuelve dentro de los parámetros de su familiar estilo, caracterizado por el uso de un lenguaje campechano, diálogos sencillos, maniqueas relaciones entre personajes, detalles de cultura clásica, rudimentarias lecciones morales, un presupuesto especulativo laboriosamente trabajado y amplias dosis de exotismo. Luces y sombras que atraen y repelen por igual a incondicionales y detractores del género.
Valoración: Muy Interesante
