Una antología particularmente interesante que reúne en un mismo volumen nada menos que una docena de relatos españoles pertenecientes (teóricamente) a la temática steampunk, aunque se eche en falta un cuento del propio seleccionador Félix J. Palma. Pese a los inevitables altibajos, el resultado es más que apreciable y con relatos tan impactantes como “Flux” o “In a glass, darkly”, queda definitivamente demostrado que el steampunk no es una temática exclusivamente inglesa sino que puede estar localizada en cualquier país y ser, al mismo tiempo, universal
Steampunk. Antología retrofuturista
El steampunk es un subgénero o temática surgida dentro del fértil terreno de la ciencia ficción en la década de los ochenta, que ha madurado hasta convertirse en un movimiento artístico y sociocultural, y no solo literario. Así, es posible encontrar su influencia en largometrajes, videojuegos, cómics, ilustraciones, etc.
Se caracteriza por una ambientación muy particular, asentada generalmente en una Época Victoriana idealizada que ha desarrollado una tecnología a vapor que permite un desarrollo tecnológico muy similar al contemporáneo; es decir, un escenario harto improbable aunque tremendamente atractivo desde el punto de vista narrativo y visual. Son iconos fundamentales del movimiento escritores de finales del siglo XIX como Jules Verne y H.G. Wells, amén de otros visionarios cuyas invenciones futuristas terminaron, en no pocos casos, siendo una realidad.
Pese a su espectacularidad, cuenta con un corpus de obras relativamente escaso y sin referentes literarios de importancia. Si nos circunscribimos al estado español, apenas podemos citar un puñado de títulos, entre los que destacan las novelas «Danza de tinieblas» y «Memoria de tinieblas» de Eduardo Vaquerizo, así como su relato “Negras Águilas”, ambientados en un Madrid castizo alternativo, capital de un Imperio Español que es primera potencia mundial; la novela de viajes ambientada en el siglo XIV «La locura de Dios» de Juan Miguel Aguilera, en la que el iluminado Ramón Llull encabeza una expedición de almogávares en busca del mítico Reino de Preste Juan (una ciudad repleta de riquezas sostenidas por una tecnología de vapor, magníficamente retratada en estupendas ilustraciones de Rafa Fontériz); además de algunos relatos sueltos de autores diversos.
Por eso es particularmente interesante una antología como la presente, que reúne en un mismo volumen nada menos que una docena de relatos españoles pertenecientes (teóricamente) a esta temática, aunque se eche en falta un cuento del propio seleccionador Félix J. Palma, autor de la trilogía Victoriana, que temáticamente está muy emparentada con la estética steampunk.
En palabras del propio Palma: “Creo que no existe un periodo histórico en el que la ciencia resulte estéticamente más atractiva que la época victoriana… en esa época la ciencia experimentó un avance espectacular, sembrando al mundo de maravillas… el hombre del siglo XIX fue asaltado por una fe en la ciencia que le llevó a pensar que ésta era capaz de conseguir lo imposible, de hacer realidad todos sus sueños”. Sin lugar a dudas, la máquina de vapor se convirtió en el símbolo de la Nueva Era -imagínense artefactos majestuosos rebosantes de engranajes, bielas, remaches de acero y tuberías cromadas con medidores de presión, siempre movidas por el omnipresente y poderoso motor a vapor-, y buena parte de estos relatos pretender rendir un nostálgico homenaje a un Romanticismo que nunca fue, con “historias que se desarrollan en esa fascinante realidad en la que los combustibles fósiles han sido sustituidos por el carbón y las gentes rinden culto al progreso mientras siguen encorsetados en un arcaico puritanismo, e incluso sueñan con un mundo lejos del que rige la razón, como demostraba el auge del espiritismo y la proliferación de sectas esotéricas.
«Steampunk. Antología retrofuturista» parte de un encargo del editor de Malabares a Félix J. Palma, libro que no fue publicado porque “no iba a ser posible darle la distribución que necesitaba”. Afortunadamente, Nevsky Prospects tomó el relevo y decidió incluirlo en su sello Fábulas de Albión, con notable éxito de crítica y público como atestigua el hecho de que fue el libro más vendido de la editorial durante la pasada Feria del Libro de Madrid.
Personalmente, soy de la opinión de que las antologías por encargo no suelen deparar buenos resultados literarios, los autores incluidos defraudan en general las expectativas con historias poco atractivas con las que salir rápidamente del paso, y muchos cuentos ni siquiera respetan la temática pactada, algo que en la presente obra constituye excepción.
Para este volumen, Palma invitó a tomar parte a una docena de destacados narradores que cultivan el fantástico con relativa frecuencia, como es el caso de Óscar Esquivias, Fernando Marías, José María Merino, Juan Jacinto Muñoz Rengel, Andrés Neuman, Fernando Royuela, Luis Manuel Ruiz, Care Santos, José Carlos Somoza, Ignacio del Valle, Pilar Vera y Marian Womack, y pese a los inevitables altibajos, el resultado es más que apreciable. Además, con relatos tan impactantes como “Flux” o “In a glass, darkly”, queda definitivamente demostrado que el steampunk no es una temática exclusivamente inglesa sino que puede estar localizada en cualquier país y ser, al mismo tiempo, universal.
El libro se acompaña de un prólogo del citado Palma y las biografías de los autores a modo de epílogo. De pequeño formato, cuenta con una sugestiva ilustración de portada y una buena edición, salvo algún cuento donde falló la revisión de galeradas. Dado su éxito, sería recomendable pensar en una segunda (y tercera, y cuarta...) antología temática.
Incluye:
"El arpa eólica", de Óscar Esquivias
"Gringo Clint", de Fernando Marías
"London Gardens", de Juan Jacinto Muñoz Rengel
"Fahrenheit.com", de Andres Neuman
"Dynevor Road", de Luis Manuel Ruiz
"Aria de una muñeca mecánica", de Care Santos
"That What Madness Lies", de José Carlos Somoza
"Animales y dioses", de Ignacio del Valle
"Lapis infernalis", de Pilar Vera
"In a glass, darkly", de Marian Womack
"El arpa eólica", de Óscar Esquivias
El joven Hector Berlioz, expulsado del Conservatorio de Música de Paris por sus ideas revolucionarias acerca de composición musical, malvive en una recóndita habitación de alquiler donde guarda su “laboratorio de sonidos”. Angustiado por las deudas, pero negándose a retomar los estudios de medicina subvencionados por su familia, se propone llevar a cabo un experimento definitivo y espeluznante.
Con una exquisita prosa de inspiración decimonónica, Esquivias desarrolla una historia muy cruda protagonizada por un Héctor Berlioz enajenado por las privaciones y convertido para la ocasión en una especie de doctor Frankenstein musical. El narrador es Maurice Pons, afinador de pianos y homosexual, quien intenta ganarse la confianza del joven por razones espurias. Los diálogos insuflan vida al cuento -de escaso dibujo de época y estructura un tanto irregular-, y modelan a unos personajes propensos a la afectación y la extravagancia propia de la época. Incluye, además, numerosos detalles de buen literato, un vocabulario repleto de denuestos y epítetos jactanciosos, y un encantador punto de ironía e irreverencia canalla.
No obstante, más que una trama steampunk, se trata a mi juicio de un cuento romántico que gira hacia lo gótico con el típico desenlace de horror y casquería.
Valoración: Notable
"Gringo Clint", de Fernando Marías
Gringo Clint es un famoso cazarrecompensas, una figura mítica envuelta en un halo de aventura y leyenda. Un hombre que ha empeñado años de su vida en la persecución de Jack Gallagher, líder de un violento grupúsculo socialista cuyo anterior intento de captura se saldó con el estallido de una bomba que obligó a sustituir la mitad del cuerpo de Clint por prótesis cibernéticas. En esta ocasión, su sed de venganza le conduce hasta un pueblo minero del Oeste americano en su carruaje a vapor al que va unido de por vida, con la única compañía de sus dos revólveres de cañón largo.
Relato homenaje a Clint Eastwood y al spaghetti western, con abundantes guiños cinéfilos. El escenario es verdaderamente poderoso, con duros pistoleros, petimetres chupatintas, adinerados terratenientes, un pueblo decadente y una venganza largamente larvada, y la sorprendente hibridación con la estética steampunk realmente funciona; además, la trama se enmarca dentro de una muy original lucha de clases con luditas contra el maquinismo en pleno Oeste americano, que sustituye a los habituales conflictos entre vaqueros y ovejeros.
Sin embargo, pese a la singular ambientación ucrónica, el desarrollo del cuento adolece de una notable falta de imaginación y termina por diluirse en una humorada con ciertas ínfulas de crítica social. Una historia a mi juicio un tanto pretenciosa, con una trama absurda -¿qué empresario se permitiría contratar a un asesino a sueldo tan costoso para permitirle perseguir a un fantasma por todo el mundo?-, demasiados agujeros argumentales y un desenlace no del todo inesperado.
Valoración: Interesante
A finales del siglo XX, el autociclo es el medio de transporte más popular en distancias cortas. Una mañana, el horrorizado protagonista de esta historia observa junto a su familia una motocicleta a motor de explosión, fascinado por su velocidad, ruido, mal olor y falta de estética. Poco después, recibe un mensaje telefónico de un antiguo profesor de filosofía en el que le conmina a celebrar una reunión con otros ex compañeros y enfrentarse al peligro que suponen estos nuevos artilugios que están dando al traste con cien años de Historia y desarrollo pacífico.
Merino esboza un mundo alternativo en el que el ferrocarril y los barcos propulsados por vapor coexisten con dirigibles, multiciclos para transporte interurbano y autociclos personales. La electricidad es generada en fábricas mediante el pedaleo de cientos de obreros y los motores de explosión, inicialmente prohibidos, amenazan de nuevo con ser autorizados por el gobierno debido a su enorme potencial para la industria y la guerra. Pero este nuevo motor oculta una idea perversa: la prisa.
El autor, siempre preocupado en sus cuentos de ciencia ficción por cuestiones de índole moral, plantea “una sugerente fábula sobre los ideales y el vértigo de los tiempos modernos”. Una trama ingenua y panfletaria, bastante tramposa en su denuncia de los males que nos aquejan y las soluciones ideales (no probadas) que plantea, y con un exceso de información que el lector podría perfectamente completar o adivinar por sí mismo.
Con todo, una interesante utopía ludita que es, a un tiempo, una curiosa ucronía basada en el uso generalizado de un medio de transporte sostenible.
Valoración: Interesante
"London Gardens", de Juan Jacinto Muñoz Rengel
El profesor Barnaby, presidente de la Royal Society of Biological Sciences de Londres, es el científico elegido para encabezar el comité de recepción a los exploradores espaciales que regresan triunfantes de su expedición a Marte. Al pie de la astronave, el capitán le hace entrega de unas rocas recogidas en la región de Tharsis, al oeste del monte Olympus, que comienza a estudiar en su laboratorio con resultados sorprendentes.
Muñoz Rengel relata una historia extravagante que, poco a poco, deja atrás las reminiscencias pulp para adentrarse en un terreno mucho más literario y con homenajes explícitos a H.G. Wells y “La biblioteca de Babel” de Jorge Luis Borges, y en donde se aprecian también ecos del mejor Bradbury. La cadencia es lenta e incluye muy interesantes anotaciones científicas en el diario del narrador protagonista.
En paralelo, se desarrolla una subtrama protagonizada por el vecino y rival de Barnaby, el profesor Schmidt, con quien compite por la ansiada gloria; una línea secundaria que, al final, acaba imponiéndose en el típico final sorpresa que desarbola todo el entramado de investigación científica con que el autor ha esbozado una de las formas de vida extraterrestre más singulares descritas en la narrativa fantástica española (1).
Por último, la parafernalia steampunk se queda en lo puramente anecdótico, prescindible: el cohete movido por motor de hulla, un autómata astronauta que utiliza una lámpara de Edison, calesas a vapor conducidas por cocheros automáticos, una computadora magnética, etc.
Valoración: Muy Interesante
"Fahrenheit.com", de Andres Neuman
Microrrelato moralizante que narra cómo cierto día toda la energía del planeta deja de fluir y trae consigo descomposición social, represalias y hambruna para las clases más desfavorecidas. La esperanza queda en manos de poetas que reinventan la imprenta… Cuento tendencioso poblado de vocablos altisonantes y tecnojerga hueca, que arremete contra los “ciudadanos autómatas” e idealiza un mundo menos tecnológico y más humano según las consignas del autor.
Valoración: Regular
Después de que las tropas carlistas del general Maroto masacraran a las liberales en Vergara, la causa del rey Carlos María Isidro de Borbón se impuso en España. El gobierno liberal, con la reina regente a la cabeza, se refugió entonces en los reales alcázares de Sevilla y el frente quedó establecido en Aracena. Para el avituallamiento de las tropas resistentes se emplean gigantescos zepelines de carga movidos por bagullo de moscatel (sic) llamados “steamers”, en cuyos lujosos salones hace furor un juego de mesa llamado “flux”, que atrae por igual a banqueros, especuladores, aristócratas golfos y ricos empresarios locales. Entre los jugadores es especialmente conocido Cachirulo, un autómata movido a vapor que no ha perdido una sola partida, habla siete idiomas, gusta fumar puros y comer camarones, y cuya dueña es una atractiva y enigmática joven duquesa.
Nuestro protagonista es un tahúr sin demasiada suerte, un pícaro oportunista que intenta medrar en tiempos de guerra. Un comerciante gaditano se ofrece a fiarle el dinero necesario para tomar parte en una partida y repartir a medias las ganancias.
Historia alternativa con estética steampunk. Tras unos inicios demasiado estáticos –hubiera sido interesante recurrir a otra técnica para resaltar el entorno ucrónico, por ejemplo, una nota de historiador o un recorte de periódico-, el relato gana rápidamente en solidez y calidad literaria. Con un buen dominio del lenguaje, detalles que refuerzan la verosimilitud histórica y unas gotitas de fina ironía gaditana (sin ir más lejos, en el nombre del autómata jugador), el autor describe un escenario muy original, algo surrealista y excesivo, pero que bien merece la pena explorar en formato novela. En el presente relato, el desenlace en doble final se antoja un tanto efectista.
Valoración: Notable
"Dynevor Road", de Luis Manuel Ruiz
El doctor Adam Skelton, de tránsito en Londres a la espera de un destino en Oriente, repara en una nota de prensa en la que se informa de la muerte de un antiguo compañero de facultad al que se sentía muy unido. John Hughes Grove se suicidó en septiembre de 1892 al arrojarse desde una ventana del hospital Middlesex, en el que permanecía internado dentro del pabellón psiquiátrico debido a un trastorno nervioso. La noticia de su muerte le hizo rememorar los experimentos que el excéntrico doctor Cyril Cylinder llevó a cabo auspiciado por ambos y una bella estudiante llamada Edith; pruebas sobre mesmerismo, galvanismo, electricidad animal e intentos de reanimación de cadáveres. Cuando las autoridades académicas decidieron tomar cartas en el asunto, Skelton se apartó del grupo para evitar ser expulsado del Colegio de Cirujanos, pero el trío siguió trabajando en secreto en un sótano de Dynevor Road. Adam resuelve ahora buscar al resto de sus compañeros y descubrir toda la verdad acerca del experimento que les condujo al abismo de terror y locura.
Nos encontramos ante una espléndida historia romántica, excelentemente ambientada en un entorno victoriano y con un lenguaje exquisito. A mi juicio, el cuento más sólido y con mayor calidad literaria del conjunto; un relato fantástico –que no steampunk- que se inicia con un largo prólogo realista que sirve para generar el clima adecuado. El texto, moroso, detallista, denso y muy bien estructurado, describe con gran precisión y tono perfecto la relación entre personajes y sus sentimientos, especialmente Adam y su antiguo amor. Atención a la escena en la que el protagonista recuerda cómo dio al traste con su carrera profesional y marcó por siempre su vida, el doble juego de tiempos y sus clímax.
Valoración: Muy Notable
"Aria de una muñeca mecánica", de Care Santos
El museo Soriano & Merleti, consagrado al mundo del circo, cuenta con una sala de autómatas muy particular, pues solo incluye androides de aspecto femenino. Amanda, la narradora mecánica que hace las veces de maestro de ceremonias, explica con todo lujo de detalles lo que el espectador puede disfrutar a continuación, un servicio exclusivo para clientes de alto poder adquisitivo capaz de satisfacer cualquier deseo, por inmoral o ilícito que sea.
Historia previsible, irregular y escasamente original, histriónica y muy básica en su ¿denuncia?
Valoración: Interesante
"That What Madness Lies", de José Carlos Somoza
Un anciano escribe una carta a una vieja amiga en la que explica las razones por las que se distanció de ella muchos años atrás. Una historia que comenzó cuando conoció a un hombre llamado Bazzin obsesionado con la idea de fotografiar hadas, para lo que se valía de máquinas arcaicas y largos tiempos de exposición.
Relato epistolar cuyo título está tomado de “El Rey Lear” de William Shakespeare. El modo en que se desarrolla la trama resulta lento, artificioso, aburrido y con demasiadas partes superfluas, pese a su brevedad. A mi juicio, falla el (poco atractivo) narrador de una historia centrada en la identidad del escritor de la misiva y su receptor. Olvidable.
Valoración: Regular
"Animales y dioses", de Ignacio del Valle
El protagonista de este relato es un vampiro hedonista que habita en una mansión de lujo con vistas al Báltico. Se define como un estudioso del ser humano, a quien considera un animal con quien saciar su hambre milenaria aunque, en ocasiones, se alce sobre sus pies de barro para erigirse en un auténtico dios.
Largo monólogo que habla sobre la fortaleza del corazón humano; un texto oscuro, aburrido y más filosófico que narrativo. De nuevo, los elementos steampunk son mero atrezo fácilmente trasplantable o suprimible a conveniencia. Sinceramente, tampoco he entendido el final (¿quién demonios es el narrador?).
Valoración: Regular
"Lapis infernalis", de Pilar Vera
Un fotógrafo de muertos nos habla de los pormenores de su profesión, de la calma serenidad de sus modelos y de cómo en la fase de revelado aparecen figuras fantasmagóricas que se desvanecen antes de fijarse en el negativo -efecto real, pero que el protagonista interpreta en clave fantástica-. Un día, al fotografiar a la viuda Davies se da cuenta de que está tan muerta como su esposo.
Relato fosco más que fantástico, y de ninguna manera steampunk. Tiene su punto surrealista que obedece a la absurda lógica de los sueños, y no faltan los pasajes que son puro delirio; en su faceta más trascendente, clama contra el progreso y sus aspectos más negativos… desde la cómoda posición de quien disfruta de sus ventajas.
Valoración: Regular
"In a glass, darkly", de Marian Womack
La Guerra de los Doscientos Días amenaza con extenderse a los albores del nuevo siglo. Hombres alados planean sobre la Ciudad Vieja dejando caer detritos sobre los viandantes extranjeros en una contienda de pantomima en la que no se intercambia disparo alguno. Manuel, un escritor que retorna a la ciudad tras una cura de reposo en casa de un amigo, descubre en una pared un cartel del circo de Minsk, y entre las diversas atracciones, al amor de su vida: Elena.
Womack dibuja un -innombrado aunque reconocible- Cádiz surrealista, barroco y steampunk, con el cielo poblado de hombres alados y globos aerostáticos, calesas motorizadas, escaleras mecánicas y criados autómatas. Un escenario sumamente interesante del que apenas se esboza background alguno, y que desgrana de manera sutil estampas del pasado del protagonista con visiones absurdas –como el Ártico cubierto por junglas exuberantes y una zoología exótica, ¿ejemplo de geografía alternativa?-. Imaginación desbordante para un cuento quizá demasiado largo que parece obedecer a una lógica onírica o constituir un ejercicio de escritura automática, y cuyo tono decadente se asemeja al de los poetas malditos franceses de finales del XIX.
Valoración: Interesante