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Libros publicados en 2013

El ladrón cuántico

Una novela repleta de ideas deslumbrantes aunque su acabado formal sea un tanto irregular, ambientada en un futuro lejano de nuestro sistema solar. Una historia protagonizada por un extravagante ladrón de guante blanco cuyas andanzas tienen en vilo a sus perseguidores y que se mueve como pez en el agua en una ciudad rodante de Marte habitada por poshumanos. Un argumento complejo de muy difícil síntesis, colmado de conceptos científicos y neologismos, cuya traducción ha supuesto sin duda un auténtico reto

El ladrón cuántico

Haanu Rajaniemi es un escritor finlandés afincado en Escocia que escribe regularmente en inglés. Rajaniemi es licenciado en matemáticas y doctorado en física matemática por la universidad de Edimburgo, lo que explica en parte el atractivo título elegido para la novela y advierte del contenido que podemos encontrar: ciencia ficción dura, “una de las mejores primeras novelas de ciencia ficción en muchos años” en opinión del también cultivador del subgénero Charles Stross.

 

«El ladrón cuántico» es una novela repleta de ideas deslumbrantes aunque su acabado formal sea un tanto irregular, ambientada en un futuro lejano de nuestro sistema solar. Una historia protagonizada por un extravagante ladrón de guante blanco cuyas andanzas tienen en vilo a sus perseguidores y que se mueve como pez en el agua en una ciudad rodante de Marte habitada por poshumanos. Un argumento complejo de muy difícil síntesis, colmado de conceptos científicos y neologismos, cuya traducción ha supuesto sin duda un auténtico reto para el siempre genial Manuel de los Reyes. Debemos felicitarnos por la elección, pues no todos los traductores estarían dispuestos a invertir la cantidad de tiempo necesaria para zambullirse de lleno en el estado del arte de la ciencia y, además, salir airosos (1).

 

Pero regresemos al argumento: Jean le Flambeur, el ladrón más popular de toda la Heterarquía, cometió un error fatal por el que fue atrapado y condenado a la Prisión de los Dilemas. En ella, los inmortales e insobornables arcontes someten a múltiples copias de su mente a una rutina de reeducación y muerte cíclicas, siguiendo una retorcida versión recursiva de la teoría de juegos. La guerrera oortiana Mieli libera una instancia de Jean por orden de su superiora –la hermética Pellegrini-, a cambio de obtener su cooperación para perpetrar un complicado robo; juntos, a bordo de la aracnonave inteligente Perhonen, encaminan sus pasos a la ciudad errante de la Oubliette en Marte donde Jean espera recuperar su memoria y habilidades perdidas, almacenadas en una exomemoria.

 

Por otra parte, Isidore Beautrelet es un joven estudiante de historia del arte con un extraordinario don para la observación y deducción detectivescas, por lo que colabora habitualmente con los tzadikkim o justicieros al servicio de la Oubliette. Uno de ellos, apodado el Caballero, solicita su intervención en la resolución del asesinato de un afamado chocolatero, en lo que se antoja un complicado caso de piratería de gógoles (en el siglo XXIV la muerte ha sido definitivamente erradicada: la conciencia puede ser recuperada de una copia anterior y transferida a un nuevo cuerpo; pero abundan los casos de copia ilegal de mentes que, una vez transformadas en software, pueden ser esclavizadas para llevar a cabo oscuros fines).

 

Los caminos de Jean e Isidore se cruzan cuando cierto millonario contrata al segundo para que le proteja de una amenaza recibida en su mansión hasta ahora inexpugnable. Pero la situación es mucho más complicada de lo parece: los tzadikkim nacionalistas se encuentran en guerra contra los criptarcas (gobernantes ocultos); los “phoboi” (siniestros moradores del desierto marciano) acechan para atacar a la ciudad rodante; Jean y Mieli están unidos por un enlace biotópico del que no se pueden separar; y la Sobornost (colectivo de transferencia que gobierna el sistema solar interior) alberga sus propios planes de dominación: la Gran Tarea Común. Una inmersión total y sin paracaídas en un fascinante futuro remoto de la humanidad.

 

 

«El ladrón cuántico» es una ambiciosa novela que transcurre trescientos años en el futuro. El sistema solar ha sido terraformado en su mayor parte y Júpiter es el nuevo sol interior de la humanidad que habita en los cinturones exteriores. Marte padeció una espantosa guerra civil conocida como la Guerra de los Protocolos, que liberó a las máquinas asesinas autorreplicantes que destruyen los esfuerzos de terraformación marciana: los phoboi. Cada ciudadano posee una cierta cantidad de Tiempo almacenada en un Reloj personal, que se usa como moneda de cambio local; cuando el Tiempo expira pasa al estado Aletargado, es decir, su conciencia es transferida durante un periodo a un cuerpo robótico capaz de realizar tareas de protección y otras labores físicas pesadas al servicio de la comunidad.

 

Los nativos de Marte son muy celosos de su intimidad. Para preservarla emplean un dispositivo denominado “gevulot”, una especie de Inteligencia Artificial personal que alberga la conciencia, levanta pantallas de intimidad, establece comunicaciones seguras y permite compartir información, experiencias y sensaciones mediante un sistema de encriptado y compartición de claves públicas.

 

Podríamos seguir detallando docenas y docenas de artefactos, conceptos y otras maravillas que nos depara esa fabulosa sociedad tan avanzada tecnológicamente aunque, como vemos, no exenta de conflictos: diferentes tipos de naves, de formas de comunicación entre especies humanas, de costumbres tribales… Un mundo con una ciencia superior que no solo resulta indistinguible de la magia sino que alienta la idea de que prácticamente todo es posible y cuya trama se sustenta en una sobreabundancia de deus ex machina. El autor no explica estos conceptos sino que es el lector, según avanza el relato o busca en fuentes externas, quien debe deducir, profundizar y discernir qué grado de realidad y especulación existe en cada postulado, o aceptarlos como axiomas.

 

Ciertamente, el estilo narrativo es irregular y deliberadamente oscurantista. El shock del futuro preside el escenario; la originalidad e imaginación son sus mayores fortalezas; la trama es caótica y discurre a un ritmo endiablado; y los diálogos y descripciones caen dentro de lo puramente funcional. Se alterna el típico narrador omnisciente en tercera persona con la introspección propia del protagonista en primera. La acción transcurre en una única línea temporal, aunque demediada la novela se divide en diferentes subtramas. Y, finalmente, quedan sin suficiente aclaración cuestiones fundamentales del argumento, como en qué consiste la Gran Tarea Común, a qué fines sirve la Pellegrini y por qué Mieli le debe obediencia, por qué los personajes toman partido por una determinada facción, qué error cometió Jean para que fuese atrapado, o por qué diablos todos los personajes tienen nombres franceses. En fin, tal vez ello sea materia de la segunda parte: «The Fractal Prince» (2012).

 

Uno de los teóricos puntos fuertes de la novela lo constituyen los personajes. Jean debiera ser un tipo simpático para el lector y, sin embargo, resulta indiferente. La nave oortiana, la Perhonen, es una IA bastante cascarrabias que cuestiona las órdenes recibidas (digamos, el personaje gracioso de turno). Mieli y Jean son dos caracteres enfrentados, uno desespera al otro y saltan frecuentes chispas entre ellos, a veces de repulsión y otras de atracción; y la cosa se complica cuando hace su aparición una ex para conformar el típico trío. También el joven Isidore tiene sus problemas con una caprichosa novia zoku, y algún que otro escarceo con la secretaria del acaudalado millonario. Y por si esto fuera poco, la trama deriva en un lío de tintes familiares que se resuelve en una especie de venganza del karma. Todo ello conduce a pensar que la novela, en esencia, es una comedia; una comedia de ciencia ficción alocada ("screw ball comedy" para los anglosajones) en donde la química entre personajes no termina de funcionar y queda como una de sus mayores asignaturas pendientes.

 

A veces el trasfondo de una historia, su background o base sobre la que se asientan los acontecimientos, es mucho más atractivo e interesante que la peripecia de los personajes e, incluso, la propia trama. Este es un buen ejemplo de ello. Una novela deslumbrante por sus ideas pero endeble en lo narrativo; pese a todo, una obra muy recomendable para los aficionados a la ciencia ficción dura a quienes recomiendo visitar la wiki creada ex profeso para explicar los conceptos que aparecen y así comprender mucho mejor la trama.

 

 

(1) En mi caso he sabido, por ejemplo, que ya no se habla de materia “exótica” sino “extraña”.

 

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