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Libros publicados en 2017

Las estrellas son legión

Valoración en breve:

 

La Legión es un sistema de naves-mundo que viaja por los confines del universo sin siquiera recordar que forma parte (o lo fue en su día) de la humanidad. Naves biológicas gigantescas y autosuficientes, pero tan antiguas que se encuentran sumidas en un proceso de degradación irreversible. Durante generaciones, dos familias –Katazyrna y Bhavaja– han luchado por la supremacía, librando cruentas batallas que han dilapidado los recursos disponibles hasta el límite de la mera subsistencia; pero el equilibrio inestable se mantiene.

 

Una novela inteligente, visceral y realmente interesante, que cuenta además con un fuerte componente ideológico. Posee abundante acción –incluso batallas espaciales–, gran imaginación, una original construcción de mundos y numerosos giros de la trama, cuya magnitud solo podemos abarcar en sus páginas finales

Las estrellas son legión

-Argumento-


La Legión es un sistema de naves-mundo que viaja por los confines del universo sin siquiera recordar que forma parte (o lo fue en su día) de la humanidad. Naves biológicas gigantescas y autosuficientes, pero tan antiguas que se encuentran sumidas en un proceso de degradación irreversible. Durante generaciones, dos familias –Katazyrna y Bhavaja– han luchado por la supremacía, librando cruentas batallas que han dilapidado los recursos disponibles hasta el límite de la mera subsistencia; pero el equilibrio inestable se mantiene.

 

Tras uno de estos enfrentamientos, Zan recupera la conciencia con un cuadro de amnesia severa. Rodeada de personas que aseguran es una líder del clan Katazyrna, le instan a abordar el Mokshi, una nave-mundo abandonada y en apariencia no afectada por el deterioro, que alberga numerosos secretos, acaso la llave para dominar la Legión. Zan posee recuerdos fragmentarios de haber experimentado circunstancias similares; sin embargo, no tiene tiempo para reflexionar acerca de su situación personal puesto que debe tomar rápidamente partido en una campaña genocida que la conduce desde los límites de la Legión hasta el vientre mismo del mundo.


 

 

 

-Valoración-


Kameron Hurley (Washington, 1980) es una escritora norteamericana de ciencia ficción y fantasía, una de las autoras más influyentes de los últimos tiempos por su narrativa de marcado carácter feminista. Su obra ha sido merecedora de numerosos premios y galardones, entre ellos el de la Sociedad Británica de Fantasía en 2011 como Mejor Artista Revelación y el Kitschies de ese mismo año para Mejor Novela Debut; ha sido también finalista del Arthur C. Clarke, Nebula, British Science Fiction y Gemmell Morningstar. Su ficción corta ha aparecido en numerosas revistas y antologías colectivas (entre ellas, la reciente Ciudad Nómada), y es columnista habitual de Locus Magazine

 

En España tiene publicada la colección de ensayos La revolución feminista Geek (Alianza-Runas, 2018, premios Locus y British Fantasy en 2017, y que incluye el artículo ganador del premio Hugo en 2013: “Siempre hemos luchado: cuestionando la literaria de «mujeres, ganado y esclavos”). Además, cuenta con dos interesantes trilogías: la bélica God's War, ambientada en un planeta desierto cuya cultura matriarcal se inspira en el Islam y su tecnología en los insectos, y la saga épica The Worldbreaker.

 

Las estrellas son legión, conocida popular y reivindicativamente como Lesbianas en el espacio porque la trama carece de personajes masculinos (1), es una novela de 2017 que Alianza-Runas anunció para publicación cuando ni siquiera había aparecido en el mercado estadounidense y no se contaba, por tanto, con referencias críticas; una gran apuesta por la autora de parte de la editorial que probablemente mejor literatura fantástica está publicando en la actualidad. El libro cuenta con Alexander Páez en labores de traducción y la edición incluye algunos ligeros cambios estéticos respecto a libros anteriores del sello que buscan reforzar su atractivo.

 

La novela posee una trama compleja y bastante difícil de resumir en unas pocas líneas. Ya el primer capítulo supone una inmersión directa y sin preámbulos en un nuevo universo, un mundo desconocido en donde acompañamos a Zan en el (re)descubrimiento de todos sus misterios gracias a una oportuna pérdida de memoria.

 

Lo primero que llama poderosamente la atención es que nos encontramos ante una sociedad integrada exclusivamente por mujeres, despiadada, rica en matices y extraña al límite de lo alienígena, de la que poco a poco vamos conociendo detalles acerca de su sistema de gobierno, roles, método de reproducción, etc. Elementos sorprendentes e innovadores en muchos casos, transgresores en ocasiones. Una sociedad belicista y clasista, donde impera la violencia y cuyos miembros han nacido por y para la guerra. Una sociedad que mantiene una economía de razia y saqueo, porque hace mucho que olvidaron la tecnología (y el propósito) que las condujo hasta ese lugar del espacio. Una sociedad liderada por dos tiránicas Lords, conscientes de que una guerra de desgaste conduce inevitablemente a la aniquilación y que deciden pactar un armisticio en el que intercambiar aquello que más desean –la mano de su propia hija, el Mokshi– para lograr la ansiada paz.

 

Dos personajes principales, Zan y Jayd, hija de Lord Katazyrna, se alternan en el curso de la acción. Zan es impulsiva, aguerrida y emocional, mientras que Jayd es más fría y ambiciosa, acostumbrada a planificar a largo plazo porque su objetivo es suceder a su todopoderosa madre. Pese a las dudas que atormentan a Zan motivadas por su pérdida de memoria, es Jayd el personaje más trágico –en apariencia– de la historia, usada como moneda de cambio por su odiada madre y entregada a su mortal enemiga por quien siente, de una manera que no puede comprender, una profunda atracción sexual. Entre las tres conforman un inusual triángulo amoroso, un complicado puzle con muchas piezas por descubrir.

 

Ciertamente, los elementos de ciencia ficción de la novela despiertan el más puro sentido de la maravilla: gigantescas naves-mundo orgánicas que conforman un anillo cuyo interior alberga un sol artificial, trajes de vacío generados al rociarse con un spray (y que se eliminan con un simple pinzamiento en el hombro) y, sobre todo, el prodigioso sistema de reciclado, que da lugar a los episodios más sorprendentes e imaginativos de la trama, casi un delirio surrealista con sociedades ocultas que mantienen sus propios mitos ancestrales, ecologías exóticas, mutantes, bosques de cristal, mares interiores y otras maravillas que entran de lleno en el terreno de la fantasía desbocada. Misterios y sorpresas que en ocasiones sobrepasan el límite de lo absurdo y que podrían seguir hasta el infinito, capa tras capa, pues no siguen ninguna lógica racional; ejemplos hay para dar y tomar, baste citar el djinn que revive muertos o el sistema que deja embarazadas a las mujeres con piezas de recambio.

 

Pero volvamos de nuevo a la cruel sociedad militarista descrita en la novela, a mi juicio el elemento más interesante y especulativo de la obra. Es evidente que existe un feroz proceso de deshumanización motivado por las peculiares circunstancias del entorno que conduce a cosificar a las personas al extremo de considerarlas simple materia orgánica y a realizar invasiones periódicas en mundos ajenos donde rapiñar recursos y esclavizar a sus habitantes (2).

 

Por otra parte, todas las mujeres de la novela son “brutales”, en el sentido de que poseen cualidades intrínsecamente positivas relacionadas con el empoderamiento, como independencia, fortaleza, valentía, firmeza de convicciones, capacidad de superación… pero también tan negativas como crueldad, egoísmo, estupidez o capacidad de traición; es decir, todos y cada uno de los matices, buenos y malos, de la condición humana.

 

Por ello, y aunque se trate de una sociedad exclusivamente femenina, no podemos alegrarnos de que vivan sometidas a un régimen que reproduce las peores conductas del heteropatriarcado: guerra, dominación, esclavitud, experimentación biológica, clasismo… No solo en la sociedad donde se desarrolla la acción principal sino también en los niveles secundarios y olvidados de la nave-mundo, aquellos que recorre Zan en su particular peregrinación de (re)descubrimiento.

 

En su viaje iniciático por el vientre del mundo, Zan es dolorosamente consciente de este hecho, se rebela contra el determinismo que rige su vida y elige tomar un camino diferente, un modelo más colaborativo e igualitario en donde todas las personas que la acompañen puedan encontrar su propio espacio. Lástima que para afrontar este cambio se deba pagar el peaje de seguir a una líder mesiánica y no sea a través de una revolución producto de una renovada conciencia social.

 

Las estrellas son legión es una novela inteligente, visceral y realmente interesante, que cuenta además con un fuerte componente ideológico. Posee abundante acción –incluso batallas espaciales–, gran imaginación, una original construcción de mundos y numerosos giros de la trama, cuya magnitud solo podemos abarcar en sus páginas finales (y aventurar en sus posibles continuaciones). También es una obra compleja con una trama un tanto confusa y recomendable, muy particularmente, para amantes del género. Con todos sus pros y contras, hacen falta más novelas así.


 

(1) Hecho que se refuerza con una dedicatoria en concordancia: «Para todas las mujeres brutales».

(2) No resulta extraño que en un escenario donde el metal es un bien tan escaso se emplee carne, huesos y piel humanas en la elaboración de todo tipo de utensilios, desde enseres domésticos a tubos de combustible para naves espaciales (trozos de intestino).

 

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