Valoración en breve:
La historia comienza con la llegada de la nave arca Argo al sistema Itnis. Ciertamente, el argumento inicial sigue derroteros muy clásicos dentro del subgénero de la Space Opera, pero la novela pronto da un giro hacia propuestas mucho más arriesgadas e imprevisibles al empezar la exploración del planeta y de los numerosos misterios que encierra
Bayarri hace gala de un estilo sencillo, claro, correcto y muy ameno, centrado en la trama debido a su complejidad. Como aspectos destacados debemos mencionar su faceta como divulgador científico y, sobre todo, la enorme carga de especulación biológica que contienen estas páginas, las más ambiciosas a mi juicio desde la famosa saga de Akasa-Puspa de Juan Miguel Aguilera y Javier Redal. Pero Bayarri no se conforma con eso y propone un desigual choque de civilizaciones y un brutal dilema moral para los integrantes de esa primera expedición colonizadora humana, en un desenlace tan trepidante como emocionante y que plantea consecuencias irreversibles para toda la especie humana
Las edades de Itnis
-Argumento-
La humanidad del remoto futuro se ha expandido por el brazo de Orión en la Vía Láctea. La nave Argo partió del sistema Silenia en misión de colonización del planeta Itnis Cinco, un viaje que le ha demorado casi dos mil años. Cuando sus tripulantes despiertan de la criogenización y escuchan la última comunicación enviada desde su mundo, comprenden que algo ha salido terriblemente mal: cuatrocientos años después de su partida se perdió todo contacto con la primera oleada de robots autónomos que debía comenzar el proceso de terraformación, el nivel de oxígeno en el planeta no ha alcanzado por tanto el mínimo necesario para la supervivencia y el ascensor espacial que iba a facilitar el proceso de colonización ha sido destruido por la colisión con un objeto masivo –un asteroide o un cometa de gran tamaño, posiblemente–, un evento cósmico impredecible aunque con una probabilidad remota de acontecer.
Tras barajar diversas posibilidades, deciden descender con un equipo de supervivencia mínimo, intentar averiguar lo ocurrido y establecer una colonia capaz de reparar los robots y máquinas autorreplicantes con los que proseguir la terraformación de cara a futuras generaciones. Una decisión arriesgada y sin posibilidad de vuelta atrás, pero la única posible si no desean regresar derrotados a su mundo en donde ya nadie les espera.
En la superficie encuentran un planeta arrasado que parece albergar una forma de vida primitiva y hostil.
-Valoración-
El valenciano Salvador Bayarri es uno de los escritores de mayor proyección dentro de la ciencia ficción española. Comenzó autoeditando una apreciable trilogía juvenil compuesta por las novelas La ciudad de las esferas (2013), El juego de las esferas (2015) y Dioses de las esferas (2017), que fue seguida por la muy interesante novela corta El espejo del tiempo (2019) y por un puñado de excelentes relatos como «La rama dorada», finalista del certamen Apolo XI y que podemos encontrar en el volumen Efeméride (2020), o «Liberatus» disponible en la revista electrónica SuperSónic #13 y que fue finalista del premio Domingo Santos en 2017. Doctor en Física y licenciado en Filosofía –dos materias muy diferentes pero que unidas pueden dar lugar a resultados francamente originales– es también autor de un muy recomendable estudio sobre la figura de Philip K. Dick, El profeta americano (2013 http://literfan.cyberdark.net/2013/ProfetaAmericano.htm), y es bien conocido por sus excelentes charlas didáctico-biográficas en la HispaCon sobre autores clásicos del género como el citado Philip K. Dick, Robert A. Heinlein, Isaac Asimov o Stanislaw Lem.
Las edades de Itnis es su última y más ambiciosa novela hasta el momento. Ha sido publicada en la editorial Premium, un sello que cuenta con una sólida trayectoria de una década y centenar y medio de títulos en su catálogo, un listado de obras caracterizado por la organización y patrocinio de diversos certámenes literarios como el Premio de Novela de Terror Ciudad de Utrera, Premio de Novela de Ciencia Ficción Ciudad del Conocimiento, Premio Internacional de Álbum Ilustrado de Fantasía y Ciencia Ficción Elia Barceló y Premio Domingo Santos de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror, lo que convierten a Premium en todo un referente para la edición de novela corta de género en nuestro país. No obstante, si no estoy equivocado, esta es la primera novela larga de ciencia ficción que no ha sido previamente ganadora o finalista de ningún certamen, un volumen que cuenta, además, con una espectacular portada obra del ilustrador y también escritor Juan Miguel Aguilera.
El libro se inicia con una cita particularmente lúcida de Stanislaw Lem sobre el hecho de que el ser humano haya pasado, en el lapso de apenas unos años, de ser el rey de la creación a un mero náufrago a la deriva en un océano inhóspito, todo ello a medida que avanzaba nuestro conocimiento del cosmos. Un brutal cambio de paradigma que se antoja perfecto para introducir al lector en los entresijos de esta compleja trama.
La historia comienza con la llegada de la Argo al sistema Itnis. Dorea, Mitch y Lene son los tripulantes de esta nave arca y el texto alterna capítulos dedicados a cada uno de estos protagonistas –si bien, el giro de los acontecimientos los dividirá luego en dos líneas de acción claramente diferenciadas–, con lo que se consigue no solo dotar de mayor dinamismo a la narración sino apreciar su carácter y diferentes roles asignados en la misión.
Aunque no existe un líder formal, la capitana Dorea –piloto, bióloga y geóloga– es la persona más responsable de un grupo cuyas decisiones se toman por consenso aplicando la denominada Regla de Tres; fiel seguidora del protocolo, demuestra el juicio y entereza que se presupone a todo buen guía. El administrador de los múltiples sistemas informáticos es Mich, un hombretón visceral y apasionado en sus convicciones, rápido comprendiendo nuevas situaciones y adoptando decisiones en las que aporta estrategias cognitivas poco ortodoxas. Finalmente, Lene (1) es experto/a en mecánica y química, y aporta un papel estabilizador dentro del trío, figura que ha sido probada con éxito en numerosas misiones anteriores. Los tres permiten aproximaciones muy diferentes ante cada nuevo problema, para elegir así la estrategia óptima en cada momento, una de las muchas ideas revolucionarias incluidas en esta novela.
Ciertamente, el argumento inicial sigue derroteros muy clásicos dentro del subgénero de la Space Opera y, pese a encontrarnos en el remoto futuro –en concreto, el año 23.518 desde la Primera Misión– los personajes hablan y se comportan como perfectos contemporáneos; afortunadamente, la novela pronto da un giro hacia propuestas mucho más arriesgadas e imprevisibles al empezar la exploración del planeta y de los numerosos misterios que encierra.
Bayarri hace gala de un estilo sencillo, claro, correcto y muy ameno, centrado en la trama debido a su complejidad y con capítulos breves que, como hemos dicho, alternan la visión de los tres personajes. Como aspectos destacados debemos mencionar su faceta como divulgador científico, desde la parte astronáutica de la misión al proceso de terraformación de un mundo nuevo, y, sobre todo, la enorme carga de especulación biológica que contienen estas páginas, las más ambiciosas a mi juicio desde la famosa saga de Akasa-Puspa de Juan Miguel Aguilera y Javier Redal.
Pero Bayarri no se conforma con eso y, rizando el rizo, se erige en un verdadero azote del relativismo cultural al proponer un desigual choque de civilizaciones y un brutal dilema moral para los integrantes de esa primera expedición colonizadora humana, en un desenlace tan trepidante como emocionante y que plantea consecuencias irreversibles para toda la especie humana.
El escritor valenciano incluye en su novela otros muchos aspectos de interés, como la propia exploración del planeta y la insólita civilización que allí encuentran, la relación entre el trío de personajes, el trasfondo de una sociedad humana con dos fuerzas colonizadoras rivales –la Corporación y las misiones robotizadas de Minerías Jovianas–, el tratamiento de la identidad en los humanoides de sexo fluido, la posibilidad de que entre en juego una copia clon –a la que se vuelcan todas las experiencias del original–, una eventual empatía entre especies promovida por el conocimiento científico, etc.
Pese a todo lo anterior, Las edades de Itnis no es tampoco un libro perfecto. El autor se toma ciertas libertades para que la trama avance hasta el extremo especulativo que desea, cayendo en no pocas ocasiones en un territorio resbaladizo relativamente próximo al pulp –en determinadas escenas de acción, al plantear dispositivos “maravillosos” o en el hecho de que una civilización confinada por su propia naturaleza en un planeta sea capaz de transcender sus limitaciones de la forma en que lo hace– que, si bien permiten aumentar el sentido de la maravilla, también socavan nuestra suspensión de la credulidad.
En cualquier caso, este es un libro que ofrece algunas ideas especulativas absolutamente fabulosas, como plantear una raza capaz de tomar decisiones conscientes sobre su propia evolución a largo plazo para sobrevivir como especie. Una historia magnífica que bien merece el apoyo de los lectores.