Valoración en breve:
Ring Shout es una provocativa novela que combina historia, política y crítica social con una trama trepidante, imaginativa y, en ocasiones, brutal. Un relato de empoderamiento femenino y racial que bebe del folclore africano, el body horror y la aventura pulp, y que ha derivado en una de las obras de ficción especulativa más poderosas de los últimos años, fiel icono de nuestro tiempo.
En esta oscura ucronía, los estados del sur de Norteamérica han sido invadidos por unas bestias sanguinarias procedentes de una realidad paralela a las que llaman ku klux y que fueron invocadas gracias al odio racial de los humanos del klan. Desde la famosa Noche Demoníaca en que se refundara esta organización supremacista, libros y películas han servido como un nuevo tipo de magia para corromper el alma de intolerantes y xenófobos, y encauzarlos hacia ciertos poderes malignos…
Ring Shout. Nuestro cántico
-Argumento-
En un 1922 alternativo, en una pequeña localidad del estado sureño de Georgia llamada Macon, tres mujeres negras se aprestan a tender una emboscada a unos monstruos surgidos del inframundo. Ellas son Maryse Boudreaux y sus amigas Sadie y Chef, una veterana de la Primera Guerra Mundial. Es cuatro de julio, fiesta nacional de los Estados Unidos, y el desfile que se celebra a apenas unas calles de distancia se ha convertido en una ceremonia de ensalzamiento del supremacismo blanco.
Todo cambió con el estreno en 1915 de la película El nacimiento de una nación, que lanzó un terrible hechizo sobre una gran parte de la población blanca que vio sus temores trasladados a la gran pantalla. Desde entonces, las filas de miembros encapuchados del Klan se han multiplicado drásticamente y su ejército de criaturas infernales campea por el país infundiendo terror y diseminando el odio.
Pero ahora el Klan planea desatar el infierno sobre la Tierra y solo la coordinación de diferentes facciones de la resistencia podría poner fin a esta guerra racial de una vez por todas.
-Valoración-
Según la Wikipedia, Ring shout (literalmente «anillo de grito» o «corro de grito») es una danza ritual practicada por los esclavos africanos de los Estados Unidos y las islas del Caribe en la que los participantes se mueven y cantan en círculo mientras sacuden los pies y aplauden. En el presente libro alude a los miembros que se reúnen en la casa de la santera Nana Jean para entonar cánticos tradicionales con los que protegerse y combatir a sus enemigos humanos e infernales, y por extensión a toda la comunidad negra que sufre el racismo institucionalizado, de ahí que el libro lleve por subtítulo Nuestro Cántico.
Esta novela corta, editada con anterioridad en catalán por Mai Més –hecho que denota la actual pujanza de los sellos fantásticos especializados en dicho idioma, a saber: Males Herbes, Mai Més, Chronos, SECC Edicions y algunos otros que cuentan con una colección específica, como Hermeneute o la presente Obscura, a los que habría que sumar títulos diversos en L’Altra Editorial, Angle Editorial, Raig Verd… sin olvidar el gran trabajo realizado por revistas como Catarsi o Freakcions– cuenta con traducción de Raúl García Campos y conserva, afortunadamente, su portada original. Un libro editado con suma corrección, que se inicia con una quincena de elogiosos comentarios publicados en prensa extranjera (se echa de menos alguna reseña autóctona de algún medio importante), acorde a sus múltiples premios obtenidos: Nebula, Locus y Alex, amén de finalista del Hugo, World Fantasy, Shirley Jackson, etc.
En esta oscura ucronía, los estados del sur de Norteamérica han sido invadidos por unas bestias sanguinarias procedentes de una realidad paralela a las que llaman ku klux y que fueron invocadas gracias al odio racial de los humanos del klan. Desde la famosa Noche Demoníaca en que se refundara esta organización supremacista, libros y películas han servido como un nuevo tipo de magia para corromper el alma de intolerantes y xenófobos, y encauzarlos hacia ciertos poderes malignos… una metáfora muy evidente del racismo, como significativo es el hecho de que la novela comience durante el desfile de celebración del cuatro de julio.
La obra juega constantemente con esta idea de conjuro, de magia tenebrosa capaz de obnubilar el juicio mayoritario de la población blanca mientras solo unos pocos poseen el don de la “visión”; es decir, de ver la realidad tal y como es, de distinguir al monstruo bajo su apariencia humana. Naturalmente, quienes poseen esta capacidad suelen ser hijos e hijas de esclavos, quienes sufren en sus carnes todo el enorme peso de la desigualdad y la injusticia.
Uno de los puntos más destacados de esta apreciable novela lo constituyen sus personajes femeninos, de fuerte carácter y muy diferentes maneras de enfrentarse al racismo. Maryse, Sadie y Chet fueron reclutadas por la vieja Nana Jean para combatir a los monstruos y cada una de ellas arrastra sus propios traumas y fantasmas interiores. Molly es una científica que intenta desentrañar el misterio de los ku klux, la judía alemana Emma lucha en favor de la incipiente fraternidad del socialismo obrero –aunque nadie le haga el menor caso porque cada cual anda enfrascado en su pelea particular, todo hay que decirlo–, etc. Pero frente a la virulencia y afán de venganza demostradas por la mayoría de estas mujeres combatientes, destaca la inteligencia, templanza y compasión de Nana Jean, quien considera que todos los pecadores deben tener una oportunidad de redención. Un mensaje de esperanza frente a un conflicto enquistado –aunque muy desigual para una de las partes– que encarna, sin lugar a dudas, mi personaje favorito en esta historia.
En la novela aparecen algunos elementos sobrenaturales muy relevantes para la trama, como la espada mágica de Maryse que alberga todo el poder de los antepasados, las tres «tías» que le hacen entrega de ese «instrumento de venganza para que quien lo empuñe vierta en ella su rabia y su dolor» (y que se antojan una especie de Moiras o Parcas, divinidades de un plano atemporal que personifican el destino) o los espectros que se alimentan del dolor ajeno (llamados Doctores de la Noche)… buena parte de ello, se intuye, producto de la rica mitología africana y/o criolla.
Como no podía ser de otra manera, el desenlace tiene lugar en Stone Mountain, una montaña de granito sobre la que están tallados los perfiles de los líderes sureños de la guerra civil americana: los generales Robert E. Lee, Stonewall Jackson y el presidente confederado Jefferson Davis, un punto focal donde convergen el mundo real y espiritual. La narración debe decidir entonces si se inclina hacia peligrosas tentaciones revanchistas o bien trata de alcanzar una posible vía de solución para un país azotado por la lacra del racismo sistémico. A nivel puramente personal, hubiera preferido que esta resolución fuera menos apoteósica en favor de una intervención humana mucho más decisiva.
Ring Shout es una provocativa novela que combina historia, política y crítica social con una trama trepidante, imaginativa y, en ocasiones, brutal. Un relato de empoderamiento femenino y racial que bebe del folclore africano, el body horror y la aventura pulp, y que ha derivado en una de las obras de ficción especulativa más poderosas de los últimos años, fiel icono de nuestro tiempo. Un libro, en mi opinión, surgido al rebufo de obras como Territorio Lovecraft de Matt Ruff, La balada de Tom el Negro de Víctor Lavalle o, incluso, El ferrocarril subterráneo de Colson Whitehead, así como de diversas producciones cinematográficas –Déjame salir y Nosotros de Jordan Peele, entre otras– y, por supuesto, de movimientos reivindicativos al estilo Black Lives Matter; es decir, dramas sociales que aúnan el género del terror con un beligerante discurso antirracista.
Aunque partía de unas expectativas quizá demasiado elevadas y que no se cumplen del todo, P. Djlèlí Clark escribe una novela compleja, nada complaciente y con la virtud de que pueden extraerse de ella numerosas lecturas. Un libro, por tanto, imperdible para los amantes del género fantástico y que ofrece al lector algunas pistas sobre cómo podría transcurrir una posible continuación(1).