Valoración en breve:
Amanda es la protagonista absoluta de esta narración, una mujer joven y no demasiado simpática que nos relata su particular espiral autodestructiva de origen sobrenatural o, quizá, debido a algún problema mental, pues cabe una duda razonable.
Poco a poco, se siente sometida por una fuerza irresistible que le empuja a realizar acciones que no comprende y que la dejan en evidencia ante los demás. Son síntomas de un progresivo deterioro mental, compatible con una posible posesión demoníaca y que revelan una personalidad sociópata
Acércate
-Argumento-
Amanda es una arquitecta de éxito que comienza a experimentar extraños fenómenos que no se puede explicar: un día deja en el despacho de su jefe una propuesta sobre un nuevo proyecto y aparece en su lugar un texto vejatorio repleto de insultos, escucha en su casa unos extraños golpes de origen indeterminado, siente la necesidad de volver a fumar y en un «descuido» quema la pierna de su marido con un cigarrillo, y por las noches sueña con una bella mujer de afilados dientes a la orilla de un mar rojo como la sangre.
Amanda está perdiendo el control de su vida y se pregunta si se estará volviendo loca o si, acaso, está siendo poseída por el mismo demonio que la atormenta en sueños. Y por si esto fuera poco, descubre que una parte de su mente disfruta de una manera cruel de todo lo que está sucediendo.
-Valoración-
La Biblioteca de Carfax es, junto a Dilatando Mentes, la editorial española que en mayor medida ha apostado por publicar terror/horror contemporáneo de calidad de autores extranjeros, sin olvidar a otros importantes sellos como Nocturna, Obscura o la veterana Valdemar especializada en edición de clásicos. Este dinámico sello nacido en 2017 ha logrado, con todo merecimiento, hacerse con un gran número de fieles seguidores merced a la calidad literaria y material de sus textos. En esta ocasión nuestras bibliotecarias han fijado su atención en una novela breve e impactante de la estadounidense Sara Gran, una escritora inédita en nuestro país y autora de una historia sobre posesiones diabólicas que, pese a contar ya con veinte años, no ha perdido un ápice de su interés(1).
Amanda es la protagonista absoluta de esta narración, una mujer joven y no demasiado simpática que nos relata su particular espiral autodestructiva de origen sobrenatural o, quizá, debido a algún problema mental, pues cabe una duda razonable. Su vida siempre fue difícil: su madre murió cuando tenía solo tres años y tuvo que inventarse una amiga imaginaria, que ahora ve en sueños en forma de sádica amante; su padre y madre adoptiva fallecieron en un trágico accidente cuando ella estudiaba en la universidad y apenas le dejaron ingresos con los que mantenerse; todo ello la empujó a una existencia inestable y desordenada hasta que conoció a Ed, su marido, un hombre no demasiado romántico y amante de las rutinas hasta un punto cercano a lo maniático, pero que fue amable con ella y le aportó la estabilidad emocional que precisaba.
Como en la mayoría de historias sobre posesiones infernales, la trama comienza con unos ruidos de origen desconocido en el hogar del personaje, un loft ubicado en la última planta de un viejo edificio de apartamentos en una zona alejada del centro. Poco a poco, Amanda se siente sometida por una fuerza irresistible que le empuja a realizar acciones que no comprende y que la dejan en evidencia ante los demás: comete desgraciados incidentes en el trabajo, roba pequeños objetos por el puro placer de hacerlo, se da caprichos caros que no necesita, tiene pensamientos malvados hacia su marido, experimenta lagunas temporales en las que desconoce dónde ha estado y qué ha hecho, e, incluso, asegura tener visiones cuando toca a la gente.
Son síntomas de un progresivo deterioro mental, que se ve agravado con discusiones diarias con su marido, beber y enrollarse cada vez con mayor frecuencia con desconocidos y la lectura de libros esotéricos. Todo ello es compatible con una posible posesión demoníaca, pero también cabe la posibilidad de que esté dando pasos hacia la afirmación de su verdadera personalidad, de querer recuperar su autonomía frente a un hombre, quizá, excesivamente controlador –en este sentido, su demonio interior sería la voz de su conciencia, liberada de todas las trabas y convencionalismos sociales–. Sin embargo, esta explicación se viene abajo cuando las cosas se ponen realmente serias y revelan a una verdadera sociópata.
Escrita con un estilo preciso e incisivo, Acércate es una historia perturbadora que nos habla sobre la locura y las posesiones demoníacas. Los capítulos, breves, se suceden de forma casi vertiginosa y la trama transcurre con una extraña fascinación que impide soltar el libro hasta su devastador desenlace.
La edición española cuenta con un acertado prólogo de Mariana Enríquez y la habitual portada de impacto del estupendo ilustrador Rafael Martín. La traducción corre a cargo de María Pérez de San Román que, una vez más, ha hecho un gran trabajo.
