Valoración en breve:
Una novela corta que traslada a un futuro reconocible los problemas, inquietudes y anhelos de una humanidad que, en esencia, fue, es y seguirá siendo siempre la misma aunque habite entre las estrellas.
La autora confronta dos formas muy diferentes de entender el mundo (en realidad, muchas más, tantas como personajes) y nos previene acerca de los peligros de la pretendida superioridad moral por parte de las sociedades teóricamente más avanzadas. Se intenta provocar así un debate constructivo en el que, lejos de ofrecer respuestas categóricas, plantea como solución la tolerancia entre culturas, la superación de prejuicios mutuos y la empatía entre personas.
Más allá de Concordia
-Argumento-
Concordia es un mundo pacífico, próspero y casi utópico, que ha concedido asilo a tres habitantes de Mirguissa por razones humanitarias. Einer y su compañera Odri trabajaron como antropólogos en aquel remoto y atrasado planeta de costumbres fuertemente heteropatriarcales, donde conocieron el rito de las vergines: muchachas vírgenes que, por decisión propia o porque se ven obligadas a ello, se convierten en hombres de pleno derecho y nadie puede obligarlas, por ejemplo, a contraer matrimonio en contra su voluntad.
Los tres asilados –Irina, Ismail y Kadar– tratan de adaptarse a una sociedad muy diferente, aunque tampoco resulta fácil para la mayoría de la población nativa, cuya mentalidad empuja a rechazar costumbres y tradiciones que consideran arcaicas y sexistas. Poco a poco, a través de la interacción entre ambas visiones de la realidad, descubrimos que Concordia no es una sociedad tan ideal como a priori pudiera parecer, ya que tiende a aislarse y protegerse de la influencia de ideas externas que considera potencialmente peligrosas.
-Valoración-
Lola Robles es una autora de ciencia ficción que no solo ha incursionado en narrativa, con relatos y novelas generalmente breves –Las rosas de las nieblas (1999), El informe Monteverde (2005, reeditada en 2018 y traducida al inglés), Flores de metal (2007), Yabarí (2017), El árbol de Sefarad (2018) o el recopilatorio Historias del Crazy Bar (2013), coescrito junto a Concepción Regueiro–, sino que también ha coseleccionado varias antologías temáticas de indudable interés: ProyEctogénesis (2018), Distópicas y Poshumanas (2018) e Hijas del futuro (2021), amén del ensayo En regiones extrañas: un mapa de la ciencia ficción, lo fantástico y lo maravilloso (2016), que obtuvo el premio Ignotus en 2017. Además, ha escrito varios libros sobre feminismos y es responsable del taller literario Fantástikas, especializado en divulgación de la obra de escritoras españolas de ciencia ficción y fantasía, feminismos y teoría queer.
En esta nueva novela corta, editada por el sello bilbaíno Consonni, Robles confronta dos formas muy diferentes de entender el mundo (en realidad, muchas más, tantas como personajes) y nos previene acerca de los peligros de la pretendida superioridad moral por parte de las sociedades teóricamente más avanzadas. La autora intenta provocar así un debate constructivo en el que, lejos de ofrecer respuestas categóricas, plantea como solución la tolerancia entre culturas, la superación de prejuicios mutuos y la empatía entre personas.
La historia comienza con el relato de los amores entre Irina e Ismail, una relación homosexual duramente perseguida en un mundo donde aún subsisten los duelos de sangre por afrentas al honor. Cuando el tío de Ismail desvela su intención de desposarse con ella, la muchacha decide convertirse en vergina, algo que el hombre no acepta y presiona tanto que ambos jóvenes se ven obligados a huir desde su pequeña comunidad en las montañas a la vecina ciudad, para encontrar refugio en la casa de Kadar. Finalmente son encontrados y los tres apenas tienen tiempo de abandonar todo cuanto poseen para salvar sus vidas, viajando a Concordia en calidad de refugiados gracias a la mediación de sus amigos antropólogos.
Así llegamos a este próspero y pacífico planeta terraformado por sus escasos habitantes, un edén igualitario en armonía con la naturaleza. Un mundo feminista, vegano, sostenible y que lucha contra el antropocentrismo intentando forjar una sociedad más justa, que ahora debe afrontar los problemas derivados de una súbita presión migratoria por parte de refugiados procedentes de otros mundos menos afortunados. La llegada masiva de extranjeros va a tensionar los principios y abiertas costumbres de los nativos, generando conflictos y reduciendo los servicios y recursos disponibles para todos. Como consecuencia, unos van a demandar una mayor integración en esta tierra de acogida mientras que otros solicitan respeto para su cultura ancestral; una situación con traslación directa a nuestra realidad actual.
Irina, Ismail y Kadar, desconocedores como es lógico de las normas locales, sirven al propósito de informar al lector con sus acertadas preguntas –así la autora logra sortear el temido infodump–, al tiempo que el rol antropólogo de los concordianos actúa en el mismo sentido para con la sociedad opuesta.
Robles invita también a reflexionar acerca del uso del idioma –no tan neutro como pudiera pensarse–, el feminismo, la identidad sexual –los concordianos no admiten la transexualidad porque consideran que la biología la determina– o el vegetarianismo, por poner solo algunos ejemplos. Todo ello aporta al texto un enfoque eminentemente antropológico y altamente especulativo que recuerdan poderosamente a la prosa de Ursula K. Le Guin, si bien sin alcanzar la complejidad, extraordinaria belleza y realismo de la escritora norteamericana.
En el plano específico de los personajes, el choque de culturas obra profundos cambios en sus respectivos caracteres: por una parte, Ismail abraza con convicción su nueva naturaleza de hombre, mientras que Kadar adopta un aspecto cada vez más andrógino; por su parte, la concordiana Odri padece una profunda depresión tras su estancia en un mundo donde tiene lugar una cruenta guerra civil. La vida no será amable con ellos.
Más allá de Concordia es una novela densa y dramática, que propone numerosas ideas a debate a través de un diálogo abundante y fluido. Cabe indicar, no obstante, que la edición del libro puede generar confusión en el lector al no separar de manera suficientemente clara algunas escenas, ni se comprende demasiado bien la subtrama de Odri –más allá de que la autora desee destacar la importancia de la depresión–, ya que poco tiene que ver con el hilo principal y provoca una línea de acción dispersa, amén de algunos discursos filosóficos que resultan demasiado pesados. En cualquier caso, la obra traslada a un futuro reconocible los problemas, inquietudes y anhelos de una humanidad que, en esencia, fue, es y seguirá siendo siempre la misma aunque habite entre las estrellas.
