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Libros publicados en 2006

La silla

La silla

Comentario:

 

Daniel Lonces es un afamado escritor español de novelas de terror. A sus treinta y dos años, ha alcanzado prácticamente todas las metas que se había fijado en la vida: éxito profesional, una familia adorable, comodidades materiales y un trabajo que le colma de satisfacciones; y, sin embargo, siente que no es feliz, o al menos todo lo feliz que debiera sentirse, pues la huella de un tórrido aunque efímero romance pesa como una losa sobre su ánimo.

 

Quizás a causa de su melancólico estado, Lonces decide llevar a cabo un experimento con el que dotar de mayor realismo a una de las escenas clave de su próxima novela. Por ello, solicita ser atado y amordazado a una silla de su despacho durante un breve espacio de tiempo, durante el cual sentir en carne propia las sensaciones del personaje. Pero la fatalidad, en forma de estúpido accidente casero, convierte el juego en una espiral ascendente de dolor y frustración, que deberá afrontar con infinitas dosis de paciencia, imaginación y férrea voluntad para intentar salvar la vida a los suyos.

 

David Jasso (“La bruma”, premio Liter de literatura de terror; “El rey mago”) es un escritor que cultiva fundamentalmente el terror. De él se ha dicho que “sus escritos poseen un innegable carácter cinematográfico y tienen un ritmo endiablado que atrapa al lector”. En ésta su primera novela, ilustrada por el excelente Manuel Calderón, incursiona en un horror de concepción realista, pese a un breve pero trascendental episodio sobrenatural. Hasta tal punto es fiel reflejo del mundo real que incluso Lonces puede ser tomado por un trasunto del propio Jasso, o cualquier otro escritor de género fantástico; para ello no escatima detalles y guiños acerca de la forma de construir historias, los entresijos del mundo editorial, anécdotas sobre convenciones de aficionados, etc. para deleite de los seguidores más activos, aunque todo ello perfectamente integrado en la trama y accesible para el lector general.

 

Jasso construye una novela de apariencia sencilla: capítulos breves de progresión lineal (pese a algún flash back), discurso narrativo ágil, personajes escasos, escenario limitado, lenguaje accesible y situaciones cotidianas en las que predomina la introspección del narrador protagonista (1), es decir, un planteamiento básicamente teatral. Su interés se centra en la creación de una atmósfera de progresiva angustia, en la que explotar al máximo las posibilidades de la premisa inicial exprimiendo el escenario hasta límites insospechables. Como artesano inteligente y sincero, prescinde de elementos artificiales para narrar una historia de puro terror psicológico; así, el horror es proyección de la mente del personaje ante una situación límite, no procede de elementos macabros o una ambientación siniestra. El resultado es una historia vibrante, adictiva, claustrofóbica, de discurrir incierto pero rebosante de escenas presididas por el humor negro, emocionantes clímax y algunos momentos que sobrepasan el límite del buen gusto (en especial referidos al bebé). Una narración increíblemente vívida que atrapa al lector hasta su última página.

 

Este autor zaragozano hace gala de un estilo campechano, irónico, que da pie a deliciosas situaciones especialmente en las primeras páginas del libro. Con ello pretende que el lector se sienta cómodo, identificado en la cercanía de los personajes, para a continuación asestarle continuos e inesperados golpes de efecto. En apenas 200 páginas de perpetuo tormento, ofrece un enorme repertorio de experiencias y sensaciones (resulta increíble la cantidad de acciones que se pueden llevar a cabo atado a una silla, sin apenas movilidad), demostrando tanta imaginación como amenidad. Hay momentos para la ternura y el amor, el miedo y el dolor, la esperanza y la desolación, la rabia, la náusea, el horror... incluso la demencia. Sorprendentemente, la calidad literaria de la novela mejora y es notable en su último tercio, conforme el ritmo se acelera, la tensión aumenta y se suceden los momentos más dramáticos, aquellos que afectan a los sentimientos más profundos. Jasso mima el desenlace de su historia, y lo redondea con un adecuado epílogo que se convierte en promesa de futuros horrores. Sin olvidar un impagable “Agradecimientos”.

 

En suma, una de las novelas más originales de los últimos tiempos, de extensión justa pero que, como viene siendo habitual en la colección «Transversal», hubiera agradecido una ligera revisión de estilo. Un libro que ya posee su propia página web en donde encontrar material relacionado y un espectacular “trailer” cinematográfico . Igualmente, pueden encontrarse otros relatos del autor en el PodCast Divergencia Cero que comparte con los escritores Santiago Eximeno y Marc R. Soto.

 

(1) Excelente la forma en que el personaje reflexiona acerca de las consecuencias del paso del tiempo sobre el amor y el matrimonio, además de entrañables digresiones sobre su hijo de once meses.

 

Valoración: Notable

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