David Jasso es un maestro del terror contemporáneo. Este escritor zaragozano, que gusta diseccionar el lado oscuro del alma humana con el afilado bisturí de su estilo impactante y procaz, suele arropar sus escalofriantes relatos con un manto de ironía, mordacidad y crudo realismo que compatibiliza con cierto afán por la hibridación de géneros y probar nuevas y originales fórmulas. «Abismos» es su primer libro de relatos, que reúne cuatro historias inéditas y una quinta ganadora del I premio Liter en 2005
Abismos
David Jasso es un maestro del terror contemporáneo. Este escritor zaragozano, que gusta diseccionar el lado oscuro del alma humana con el afilado bisturí de su estilo impactante y procaz, suele arropar sus escalofriantes relatos con un manto de ironía, mordacidad y crudo realismo que compatibiliza con cierto afán por la hibridación de géneros y probar nuevas y originales fórmulas con que deleitar aterrorizando a su cada vez más concurrida parroquia de fieles lectores, incursionando en variantes tan diversas como el terror psicológico, el fantástico oscuro, el subgénero sangriento, el horror sobrenatural, la ciencia ficción apocalíptica o el más desolador costumbrismo..
En sus historias, Jasso adopta el papel de un demiurgo diabólico y juguetón que disfruta torturando física y anímicamente a sus atribulados personajes –lo merezcan éstos o no, pues algunos son auténticos sádicos que disfrutan infligiendo dolor ajeno mientras que otros son simplemente seres desquiciados y patéticos necesitados de amor-, y pergeñando ingeniosas tramas donde la casualidad, la fatalidad o el absurdo entretejen sus destinos en forma de anécdotas, accidentes domésticos o decisiones aparentemente triviales que trastocan para siempre el particular universo de sus protagonistas. Abierta la espita de la sinrazón y la locura o enfrentados a una imprevista situación límite, los personajes liberan sus más bajos instintos y todo el miedo, dolor, angustia, odio y terror que albergan en sus corazones, dando lugar a brillantes descripciones psicológicas enmarcadas en una atmósfera ominosa aunque, por lo común, cotidiana y verosímil.
Cada narración elige su propio camino y todas fluyen de manera natural gracias a la incorporación de escenas familiares, píldoras de humor cáustico, algunos guiños cómplices y una particular maestría a la hora de transmitir sensaciones y estados anímicos, en especial la angustia creciente que deviene en pánico y terror cerval en sus vibrantes y certeros desenlaces. Porque Jasso abomina de los finales felices (al menos, para la mayoría de sus personajes) y no tiene problema alguno en imaginar para cada nuevo relato retorcidas y macabras sorpresas aún más originales y cruentas que en sus historias anteriores, siguiendo la máxima circense del “más difícil todavía”.
Hasta el momento este escritor singular, presidente de honor de Nocte – Asociación Española de Escritores de Terror, ha publicado cinco intensas y muy recomendables novelas: «La silla» (Equipo Sirius, 2006, finalista del premio Ignotus), «Cazador de mentiras» (Jaguar, 2007, coescrita con Santiago Eximeno), «Día de perros» (Hegemon, 2008, premio Ignotus), «Feral» (Equipo Sirius, 2010, finalista del premio Ignotus) y «El pan de cada día» (23 Escalones, 2011), y un sin fin de cuentos para radio, revistas y antologías colectivas (a modo de ejemplo, “Víctimas inocentes”, publicado en Sable #7 y «La sangre es vida», obtuvo el premio Ignotus de relato en 2010 y “El viento del olvido”, publicado en «La taberna espectral», hizo lo propio en 2011). «Abismos» es su primer libro de relatos; reúne cinco historias inéditas a excepción de “La bruma”, que ganó el I Premio Liter de Literatura de Terror en 2005 y fue publicada en la desaparecida revista Galaxia. Con este libro AJEC inicia la andadura de su colección Penumbra, consagrada al género de terror, novela negra, misterio y suspense, una edición más que correcta aunque, a mi juicio, un tanto sobria.
Por último, conviene tener presente que, además de un David Jasso escritor, existe un David Jasso personaje de ficción; un comediante burlón presente de una u otra forma en la mayoría de sus escritos, presentaciones editoriales, conferencias, talleres literarios y de creatividad, monólogos y performances. Un individuo socarrón y con una altísima capacidad para reírse de sí mismo, como así lo atestigua la presentación en solapas del autor a cargo de Daniel Lonces, el escritor de novelas de terror protagonista de su novela «La silla»; léanlo, no tiene desperdicio, como tampoco lo tienen los espectaculares cortometrajes promocionales en Youtube con que suele acompañar el lanzamiento de sus novelas, varios de ellos finalistas del citado premio Ignotus en su modalidad de Producción audiovisual.
Incluye:
Leo es un adolescente de trece años, un mozalbete egoísta y travieso que ha gozado de demasiada libertad debido a su condición de huérfano de madre. Solo y aburrido en la casa de su abuela, siente el irreprimible impulso de llevar a cabo una trastada por pura y simple maldad: lanzar un huevo a los transeúntes desde el balcón; pero el destino iba a jugar sus cartas y la víctima, un honrado técnico de mantenimiento informático de camino a casa tras una agotadora jornada laboral, se indigna tanto que, al descubrirle agazapado tras las cortinas, encamina sus pasos hacia la casa dispuesto a propinarle una lección que nunca olvidará. Comienza así un duelo de voluntades y emoción a flor de piel.
Tras un excelente prólogo que genera la atmósfera de tragedia que anticipa la historia, el relato alterna la visión subjetiva de uno y otro personaje, un terror psicológico creciente y completamente realista a excepción de un detalle fantástico climático final. Retratar la aterrorizada psique de un niño es un recurso que el autor ya ha explotado en anteriores ocasiones (“El rey mago”, “La mentira al final del pasillo”), cosechando magníficos resultados solo equiparables a la introspección en la mente de sus particulares psicópatas. Sólo un pequeño detalle resta verosimilitud al relato: no es creíble que un bregado preadolescente de trece años sienta la presión psicológica que se describe en el cuento, por lo que convendría rebajar la edad del personaje a unos más razonables nueve o diez años.
Valoración: Notable
I Premio Liter de Literatura de Terror en 2005
Un paciente camina por la planta de psiquiatría de un anónimo hospital de la seguridad social, entre el sopor provocado por la medicación que embota sus sentidos. Apenas recuerda quien es ni donde se encuentra, pero no le importa porque sabe que solo el olvido es capaz de amortiguar su dolor. A medida que pasa el tiempo recupera la consciencia, para recordar que es un hombre maduro que sufrió un aparatoso accidente automovilístico en el que perdió a su mujer e hija. En su continuo deambular encuentra a una muchacha de rostro cadavérico y expresión de tristeza infinita, una anoréxica con la que comienza a compartir confidencias y que posee el inexplicable don de transmitir emociones, como si los sentimientos desbordaran su cuerpo. Ella desea escapar de su cautiverio y el hombre idea un plan para ayudarla, y conectar de paso con su perdida familia.
Dos historias terribles que confluyen en un desenlace sorpresivo y maquiavélico, de las que hacen remover los cimientos del alma. No es plato para todos los paladares.
Valoración: Muy Interesante
Un muchacho descubre a su hermano menor manipulando un objeto desconocido: un tubo hueco de aspecto óseo de unos cuarenta centímetros de longitud que posee la mágica cualidad de hacer desaparecer todo cuanto se introduce en su interior. La explicación del misterio podría encontrarse ligada a su origen, pero su hermano se niega rotundamente a revelarlo y ambos deciden experimentar para descubrir completamente sus capacidades. Así, introducen una cámara de video con la que visualizar en tiempo real “el otro lado” y lo que contemplan se revelará aterrador.
Relato de influencia “Clive Barker”, tremendamente climático y que desde la primera línea atrapa la atención del lector por su conseguida fusión de misterio, personajes infantiles, coqueteo con lo prohibido y fenómeno paranormal, una mezcla de ingenuidad y horror ideal para convocar emociones fuertes. Jasso planifica a la perfección los tiempos y dosifica los detalles para mantener en todo momento una adecuada tensión narrativa capaz de originar varios clímax consecutivos en los momentos más adecuados; una hazaña al alcance de muy pocos escritores. Además, el narrador en primera persona logra un elevado grado de introspección en el pensamiento de los personajes.
Sin embargo, y a pesar de su destreza con el lenguaje, algunas frases y líneas de pensamiento del hermano mayor no parecen a mi juicio demasiado coherentes con un muchacho de solo trece años, revelando así la mano del autor. Detalle perdonable cuando su ambición le hace proponer nada menos que dos finales radicalmente diferentes para esta historia: una conclusión feliz para todos los personajes implicados y un desenlace de angustia inexorable para aquellos que deseen seguir leyendo. Queda avisado el lector.
Valoración: Notable alto
David disfruta de una película de terror gore junto a su novia Sonia. A ella no le agradan este tipo de historias sangrientas, por lo que a la menor oportunidad aprovecha para ir al baño. Tras veinte minutos de ausencia, David comienza a preocuparse y sale del cine en su busca, la llama al móvil, entra en los lavabos femeninos y retorna a su butaca, todo en vano porque su novia parece haberse esfumado. Su estado anímico alterna entre el enfado y una creciente preocupación por lo que considera una situación ridícula que amenaza con hacerle perder los nervios, así que resuelve volver al baño y buscar pistas cuando es sorprendido y reprendido por la guardia de seguridad. Cuando esta última también desaparece, se pregunta qué diablos está ocurriendo en los lavabos femeninos del multicine en la última sesión de lunes.
Relato de tintes frikis que incluye referencias al universo creativo del autor (la película que ven los personajes está basada en la novela del citado escritor ficticio Daniel Lonces). Jasso introduce nuevos elementos sorpresivos cuando la historia parece no dar más de sí, la atmósfera se torna cada vez más opresiva y siniestra, pero el retorcido desenlace deja algunos hilos no demasiado claros (y esto sí constituye una excepción en la narrativa del autor).
Valoración: Muy Interesante
La psiquiatra Nuria Lacueva despierta en su despacho con sensación de amnesia y signos evidentes de haber hecho desaparecer a una de sus pacientes. Poco a poco recuerda a Casandra, una muchacha de dieciséis años que presentaba un cuadro de cáncer terminal y que acudía en busca de ayuda psicológica auspiciada por sus padres, un gesto a todas luces innecesario por cuanto su enorme entereza le hacía no precisar apoyo alguno. Fue un caso complicado y doloroso en el que la doctora se implicó emocionalmente, porque Casandra aseguraba poseer un don extraordinario, decía ser capaz de atravesar cuerpos sólidos si se concentraba lo suficiente. Comienza así el relato de su vida: el dramático paso por la guardería, la dolorosa etapa escolar, el enamoramiento de un joven al que abrió su corazón y que correspondió aprovechándose de ella, y su posterior venganza contra todos y contra todo.
Relato ciertamente notable en el que David Jasso se introduce, una vez más, en la psique de un personaje no adulto para desmenuzar su dolor y comprender los motivos que le llevaron a convertirse en un auténtico psicópata. Un cuento dotado de un planteamiento muy sólido, un original atractivo y un clima de angustia progresiva, amén de un desenlace sorprendente y que recuerda un tanto a «Carrie» de Stephen King.
Valoración: Notable
