Wang Jun es un niño de la calle que habita en la antigua y populosa ciudad de Chengdu. Un rapaz que huyó del hambre crónica de su paupérrima aldea natal para intentar sobrevivir en los arrabales de la urbe, marcado y deforme por las secuelas de la Plaga. Un alma todavía inocente que cada noche sueña con planes que lo alejen de la miseria y disfrutar de las comodidades de los ricos, mientras observa solitario en su refugio de cartón la acelerada construcción de la vecina Huojianzhu, la Arquitectura Viviente, una moderna megalópolis biológica de decenas de kilómetros de extensión.

Cierto día un extranjero llama poderosamente su atención y decide seguirlo a través de las calles abarrotadas hasta un oscuro callejón, donde una pareja de matones lo asalta para robarle un cubo de datos. Jun es testigo del asesinato a sangre fría, y a cambio de su vida y las gafas del difunto, acepta servir de correo y entregar la mercancía en otro punto de la ciudad. Pero el destinatario no aparece y Jun decide quedarse con el cubo, cuyo contenido y valor real desconoce, lo que desencadena sobre su frágil persona la persecución de mafias locales, el ejército, cierto culto religioso y diversas agencias de información extranjeras.

Bacigalupi es un narrador excepcional, capaz de escribir magníficas historias como la presente: una trama rica en tonos de gris y con varios niveles de complejidad. Si el norteamericano centra primero su mirada en el plano físico (la descripción de ambas urbes), amplía progresivamente el objetivo de su mirada para presentar al pequeño protagonista, las duras circunstancias que le han tocado en suerte, su papel en el argumento principal y, por último, otros agentes e intereses que intervienen en la trama. La estructura narrativa revela, además, el poderoso contraste existente entre pobreza y riqueza, soledad y calles rebosantes de vida, ciudad antigua y nueva, tradición y modernidad, egoísmo y esperanza, vida y muerte.

La retrato del paisaje urbano de una ciudad del interior de China, de la miseria que rodea al golfillo y su azaroso mundo interior, es magnífica. La acción se enriquece con algunas escenas propias del thriller –tiroteos, persecuciones por oscuros callejones, encuentros en las sombras, asaltos en plena noche perpetrados por fuerzas especiales-, imágenes poderosas como la del taller clandestino de alta tecnología en donde se intenta desencriptar el cubo de datos, y multitud de vocablos chinos. El desenlace, profundamente humano, emociona por la sencillez con que queda patente lo importante que es para un desheredado un poco de compañía y calor humano, aunque sea un pedazo de tecnología sin interés para nadie.

Valoración: Muy Notable

Lidia es una chica aflautada. Una criatura tan delicada y sensual como un hada, destinada a proporcionar un placer feérico a aburridos multimillonarios ociosos. Ella y su hermana Nia sufrieron en su niñez todo tipo de operaciones quirúrgicas y tratamientos farmacológicos para preservar su actual estado de adolescente fragilidad. Ambas viven en un castillo en las montañas rodeadas de lujos y sirvientes, un lugar idílico si no fuera porque no son más que bellas prisioneras al servicio de Belari, quien las compró a sus empobrecidos padres como una inversión de futuro.

Esa noche el ama Belari celebra una fiesta a la que acudirán las elites aristocráticas. Una oportunidad de oro para deslumbrar a sus invitados con la actuación de sus chicas aflautadas, elevar la cotización de su establo de talentos y poder ser, al fin, plenamente independiente. Pero Lidia tiene un plan muy diferente.

Historia maravillosa y terrible al mismo tiempo. Destaca su tono poético, gran belleza formal y el personaje de Lidia, una criatura veleidosa que juega a escaparse y explorar los límites de su mundo, para exasperación de Belari y su responsable de seguridad Burson, y que añora a su único amigo, Stephen, que se cansó de su jaula de cristal y eligió recorrer su propio camino sin retorno. Su mirada ingenua revela todo un mundo de seres modificados o producto de la ingeniería genética, creados ex profeso para satisfacer los deseos de los más poderosos u obtener habilidades específicas: cuerpos mejorados, rostros esculpidos genéticamente, pieles capaces de mimetizarse con el entorno, hibridación con ADN animal, y un largo etcétera.

Bacigalupi nos sumerge desde un primer momento, y sin explicación alguna, en un universo radicalmente diferente del que, poco a poco, vamos conociendo sus reglas, secretos, horrores y maravillas; detalles relacionados con la condición del personaje pero también con el sistema político neofeudal impuesto por las grandes multinacionales y diversos apuntes sobre tecnología futura. El planteamiento revela también un demiurgo extraordinario, con un personaje que describe su vida en tiempo pasado mientras no se interrumpe la acción en el presente.

Valoración: Muy Notable

Chen y sus dos compañeros son agentes de defensa estratégica en una explotación minera de Montana. Sus cuerpos robotizados, rápidos, flexibles y letales, son capaces de reaccionar en microsegundos ante cualquier eventual amenaza y desplegar un completo arsenal de armas de destrucción masiva. Un día aparece un intruso en las pantallas: un perro vagabundo, famélico y huraño, que cojea herido entre las montañas de residuos tóxicos. Chen se encariña rápidamente de él, lo cuida y alimenta pese al enorme coste que representa manufacturar alimentos, instalar filtros de aire, iluminación, un habitáculo adecuado, etc. en un mundo que ha trascendido la necesidad de alimentarse de seres vivos –la Tecnocriba- y donde los escasos animales que sobreviven son bioproductos diseñados mediante ingeniería genética.

Bacigalupi describe un mundo en el que humanos mejorados pueden sobrevivir en las condiciones más adversas, alimentarse de cualquier materia orgánica o inorgánica y sanar de inmediato de heridas prácticamente mortales –incluso amputaciones- sin sentir el menor dolor. Humanos cuya mayor aspiración es actualizar sus implantes de manera periódica y que solo actúan si interviene una bonificación económica.

El relato alterna la visión del hombre evolucionado tecno-orgánicamente con el recuerdo de cómo era el mundo anterior, dejando entrever hasta donde llega el proceso de deshumanización. Resulta paradigmática la descripción de las vacaciones en la costa de los personajes, y el humor negro del desenlace.

Valoración: Muy Interesante

Raphel ka’korum es un pasho, un maestro y sacerdote consagrado a la venerable tarea de ayudar en la asimilación de la tecnología y la cultura por parte del pueblo. El precio por convertirse en pasho fue alto: de joven, tuvo que abandonar su aldea en el semidesértico territorio de la Cuenca Seca para recorrer la senda de la sabiduría en Keli, la tierra de los mil lagos, el país más despreciado por los más intransigentes ultraconservadores de la tribu jai, entre los que se encuentra su abuelo, un antiguo caudillo guerrero que lideró una cruenta guerra que aún se recuerda con pavor.

Ahora Raphel regresa a su hogar siguiendo el sendero de recuerdos de su niñez. Aunque los lugareños le muestran respeto, su encuentro con su madre no es fácil; le echa en cara los diez años de ausencia aunque termina por aceptar el gran honor que supone tener un santón en la familia. Pero su abuelo no le perdona la gran traición que supuso olvidar la sabiduría ancestral de su pueblo, aquella que le permitió sobrevivir en las más duras condiciones, a cambio de abrazar conocimientos extranjeros; el viejo Gawar aún alberga la esperanza de retomar la lucha armada hasta la aniquilación total de sus enemigos.

Excepcional labor de construcción de un nuevo mundo surgido tras las cenizas de una guerra nuclear. Dos naciones: Keli, más rica, populosa y avanzada tecnológicamente, cuya cultura y costumbres empiezan a influenciar a los jóvenes de la Cuenca Seca, y el austero pueblo jai, un conjunto de misérrimas chozas de adobe, callejuelas angostas y puestos repletos de viandantes que intercambian mercancías, con la presencia en lontananza de una antigua ciudad abandonada como perpetuo recuerdo del pasado.

Los más tradicionalistas de entre los jai tienen muy presente que la Primera Edad murió con la irrupción de la Purga, y por ello aún mantienen intactos ritos de prevención como el “cuarén” (cuarentena) o aislamiento ritual de diez días que intenta evitar el contagio por contacto físico con desconocidos, y que se replica a otras normas de conducta como los diez latidos de rigor antes de ingerir cualquier alimento o el licor de bienvenida.

El duelo de personalidades enfrentadas y puntos de vista contrapuestos que encarnan Raphel y su abuelo (modernidad frente a tradición, promesa de futuro frente a cultura de la supervivencia, esperanza contra odio) alcanza niveles muy altos de discurso filosófico y bordea lo sublime en su enfrentamiento dialéctico final. El tono lírico, la introspección del personaje, la coherencia del escenario, los neologismos, algunos apuntes de tecnología… son otros atractivos de esta grandísima historia.

Valoración: Excelente

Lalji es un tratante de antigüedades acostumbrado a traficar con los despojos del siglo pasado que encuentra en sus pesquisas por ciudades abandonadas. Junto a su socio, remonta el río Mississippi en una barcaza movida por muelles percutores en busca de un científico, un pirata genético o fabricante de calorías de contrabando al que las grandes multinacionales agroalimentarias desearían ver muerto. Pero hay inversores dispuestos a sufragar los costes de devolver a la civilización al hombre que puede acabar con los monopolios calóricos y ofrecer una esperanza de libertad al mundo.

El autor transforma Nueva Orleáns, San Louis y otras ciudades sureñas de Estados Unidos en un remedo del sudeste asiático a consecuencia de la Contracción energética, las guerras calóricas, el cambio climático y la globalización, trama ampliamente desarrollada en su novela «La chica mecánica». Un paisaje dominado por plantaciones de transgénicos y monocultivos de diseño con copyright de multinacionales como AgriGen, HiGro o SoyPro, aldeas de chozas habitadas por campesinos en régimen de semi-servidumbre, talleres cinéticos en los que gigantescos megodontes tensan muelles percutores que impulsan los motores, pesadas barcazas con las bodegas repletas de cereal que surcan el río corriente abajo aprovechando la fuerza de la gravedad y agentes de la Policía de la Propiedad Intelectual que patrullan buscando posibles infractores.

Un mundo de grandes veleros y dirigibles para el transporte a larga distancia, bicicletas y rickshaws en ciudades abarrotadas de vendedores ambulantes, lámparas de metano, pistolas de resortes y ordenadores a manivela. Donde aún subsisten los países pero han perdido casi toda su relevancia en favor de poderosas multinacionales agroalimentarias que no tienen reparos en patentar semillas estériles para asegurar sus beneficios a perpetuidad y distribuir plagas con las que acabar con la competencia. Una visión puramente mercantilista de las necesidades humanas reducidas a simples cálculos matemáticos de número de calorías necesarias para la supervivencia o de julios con los que alcanzar un determinado objetivo.

Un cuento muy sólido repleto de una enorme riqueza de matices, a los que se añade un nuevo nivel de lectura: el drama personal de Lalji, hasta culminar en un súbito cambio de ritmo que resuelve su doble desenlace.

Valoración: Muy Notable

El avance de la desertización ha convertido al estado de California en un continuo paisaje de dunas y colinas de polvo. El menguado cauce del río Colorado ha sido monopolizado y privatizado para conducirlo hasta una misteriosa instalación llamada la Pajita; millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares por falta de suministro, tachonando la ribera de ciudades fantasma.

Lolo es un cazador de tamariscos. Durante el invierno arranca arbustos que podrían reducir aún más la cuenca del río a cambio de un pequeño sueldo y una cuota extra de agua con la que regar las plantas de su destartalada granja. Pero Lolo es astuto y siembra en secreto nuevos retoños en zonas previamente despejadas para asegurarse el sustento futuro. Solo unos pocos buscavidas como él sobreviven en ese duro trabajo, hombres curtidos adaptados a la soledad, la vida itinerante y la extrema crudeza del entorno. Uno de ellos es Travis, con quien gusta intercambiar noticias y charlar sobre cómo era el mundo antes de la gran Sequía. Cierto día, al retornar a su granja tras uno de sus viajes, Annie le avisa de que le busca la Guardia Nacional y Lolo comprende que su modesto modo de supervivencia toca a su fin.

Relato más descriptivo que especulativo, y con una excelente ambientación que dará lugar a una próxima novela que el autor anuncia para primavera de 2015. Un nuevo mundo post apocalíptico, perfectamente coherente con el universo descrito en su novela «La chica mecánica», con un desenlace, quizá, un tanto abrupto.

Valoración: Notable

El lozanol es el elixir de la vida, un fármaco descubierto un siglo atrás que permite la conservación del individuo en la edad de su consumo; una inmortalidad de facto que trae consigo la necesidad de no tener hijos para evitar un grave problema de superpoblación. La indolente sociedad resultante ha elegido habitar en ultra-tecnificadas ciudades aéreas y abandonar al influjo de la selva a las antiguas urbes, mientras la brigada de respuesta evolutiva se ocupa de las víctimas de compulsiones autodestructivas, como drogadictos, chiflados y muy especialmente mujeres cuyo deseo es procrear atendiendo a anacrónicos impulsos maternales.

Un maduro policía de la brigada se pregunta qué lleva a estas personas a elegir una repugnante forma de vida furtiva, lejos de las comodidades y placeres que ofrece la civilización, renunciando a la posibilidad de vivir eternamente a cambio de traer al mundo cachorros en deplorables condiciones higiénicas y alimentarias. Un día cree conocer la respuesta en la mirada de uno de los pequeños que encuentra en una de sus incursiones, un niño que sujeta en la mano un estúpido peluche de dinosaurio que se antoja una perversa simetría.

Relato muy crudo que centra su interés en su sorprendente argumento (que me he permitido desvelar en parte para poder reflexionar sobre ello) y la denuncia de un equívoco “qué pasaría si…”; perfectamente estructurado y con diversos golpes de efecto que se suceden en el momento más adecuado para provocar el mayor impacto posible en el lector. Plantea un muy interesante dilema filosófico sobre la moralidad de la forma de vida elegida por la humanidad en el hipotético caso planteado y, al menos, el acostumbrado desenlace abierto ofrece una moderada esperanza de futuro para el personaje en particular y la humanidad en su conjunto.

Destacan algunas escenas particularmente logradas, en especial el inicio del cuento que muestra el enorme contraste existente entre la crueldad e implacabilidad con que el veterano agente desarrolla su labor y su posterior retorno al entorno de aséptica belleza y aparente perfección que disfruta la civilización, un reducto de ociosos seres humanos virtualmente inmortales capaces de malgastar diez años de vida en la preparación de eventos únicos. Sin duda, la avanzada edad del protagonista resulta relevante a la hora de su replanteamiento vital.

Valoración: Muy Notable

El anciano Tranh es el último individuo de su estirpe, uno de los miles “tarjetas amarillas” que se hacinan famélicos en viejos edificios abandonados de Bangkok; una víctima de la sangrienta represión que llevaron a cabo los fundamentalistas Pañuelos Verdes de la península de Malaca sobre los inmigrantes chinos, que les obligó a buscar refugio en la vecina Tailandia. Conocido en su día como Míster Tres Prosperidades por su floreciente negocio de distribución que competía con las multinacionales de los “farang” blancos, tuvo que abandonar toda su riqueza y familia en su precipitada huida y ahora se ve obligado a mendigar los trabajos más duros a cambio de un mendrugo de pan, y evitar a toda costa a los Camisas Blancas del Ministerio de Medio Ambiente encargados de su control como si se trataran de una de las plagas que asolan a los cultivos de cereal. Pero hoy puede ser un gran día, se le presenta una oportunidad de escapar a la miseria y medrar, y no piensa desaprovecharla cueste lo que cueste.

Nuevo relato ubicado en el universo de «La chica mecánica», con abundantes referencias explícitas a la novela. Excepcional ambientación y extraordinario estudio de un personaje que sirvió de antecedente al taimado Tan Hock Seng, una personalidad fascinante capaz de integrar la inquebrantable fortaleza del superviviente con la amargura del perdedor que se resiste a su condición.

Bacigalupi retrata un paisaje aún más abigarrado, multiétnico y extremo de lo que pueda ser ahora el citado país asiático, consecuencia de la Contracción –agotamiento del petróleo dos generaciones atrás- y la tibia esperanza que supone el hecho de encontrarse a las puertas de una nueva Expansión derivada del comercio a gran escala mediante grandes zepelines y clíperes a vela. Una realidad absolutamente tridimensional que deslumbra por su terrible coherencia.

Valoración: Excelente

Jonathan Lilly mató a su mujer una plácida mañana de domingo. En realidad, no deseaba asesinarla, pero se dejó llevar por un arrebato, una especie de puntual impulso homicida. Ahora disfruta de un relajante baño de espuma en compañía del cadáver de su esposa mientras fantasea con los siguientes pasos a dar antes de ser capturado por la policía, o huir a México con el dinero de ambos.

Relato realista y extravagante que a duras penas encaja en una recopilación como la presente. El autor explora los límites del morbo y la repugnancia, las consecuencias de llevar a cabo un acto irracional que altera por siempre nuestras vidas, la fragilidad y transitoriedad que rige nuestra existencia, en un ejercicio literario que constituye un divertimento no exento de cierto interés gracias a su abundante dosis de humor negro.

Valoración: Interesante

En el año 2120 la humanidad sufre una epidemia de idiocia debido a su excesiva dependencia de las máquinas. Existe una carestía general de alimentos, las infraestructuras –agua, gas, iluminación- y transportes apenas funcionan con normalidad, y es sumamente difícil encontrar repuestos. Travis Alvarez es un honrado ciudadano de Nueva York que trabaja en una planta de tratamiento de aguas residuales. Una mañana recibe el aviso de que se ha estropeado la bomba número seis, y aunque suele ser capaz de arreglar las depuradoras por sí mismo, en esta ocasión la avería es demasiado compleja y precisa ayuda externa, pero el panorama que se abre ante él es desolador.

Tragicomedia oscura que intenta equilibrar –en palabras del autor- el número de relatos pesimistas o distópicos de la antología. Su calidad literaria es sensiblemente inferior a la media, incluye a mi juicio algunos pasajes superfluos y diversos detalles absurdos, y hace ostentación de un peligroso discurso político que se desprende de frases que poco tienen de subliminal, como “Parecía que algunas personas se veían obligadas a pelear con la mierda, mientras otras se las componían para andar siempre de fiesta”.

Una América en la que solo los “buenos ciudadanos responsables” son capaces de mantener la cohesión social mientras la población general se ha idiotizado por la vida regalada y el consumo de drogas, las calles están tomadas por simpáticos “trogloditas peludos” (sic) que solo piensan en fornicar y sobreviven mendigando limosna (¿desempleados que viven a costa del contribuyente, inmigrantes ilegales?), compañeros de trabajo más preocupados por entablar batallas con rollos de papel higiénico que por sacar adelante la empresa, alumnos de universidad que cada año se vuelven más estúpidos, vendedores ambulantes que ni siquiera saben devolver el cambio, gente guapa que desconoce cómo arreglar un simple atasco en el baño, o esposas incapaces de quedarse embarazadas que intentan localizar una fuga de gas introduciendo la cabeza en el horno con un mechero encendido.

Un relato admonitorio sobre la descomposición del mundo en que vivimos, que es mejor no tomarse literalmente en serio.

Valoración: Interesante

La doctora Lily Mendoza trabaja como partera en un hospital. Muchos de los niños que ayuda a nacer poseen graves malformaciones debido a la contaminación por pesticidas y otros productos químicos introducidos artificialmente en la cadena alimentaria; en esos casos le asaltan dudas de conciencia sobre lo que ha de hacer, atrapada entre su religión y el deber hacia su profesión. Ella también está embarazada y toma medicamentos experimentales que le provocan desagradables efectos secundarios, todo por intentar traer un hijo sano al mundo.

Relato muy corto para profundizar en el discurso, que aúna varias de las obsesiones del autor como son la maternidad, la manipulación de los alimentos, la pérdida de humanidad. Una historia para leer, al menos, una segunda vez, en especial por su crudo desenlace sujeto a interpretación.

Valoración: Muy Interesante