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Libros publicados en 2008

Historia Alternativa, volumen 1

Un primer volumen (hay anunciados dos más, el último formado por relatos de autores españoles) que incluye historias ganadoras o finalistas de diversos premios, algunos específicos como el Sidewise, escritos por verdaderos especialistas en la materia como los estadounidenses Harry Turtledove, Paul di Filippo o Kim Newman. El libro incluye, además, un artículo por cada relato en el que un historiador reflexiona acerca de la validez de la premisa ucrónica

Historia Alternativa, volumen 1

La ucronía o historia alternativa es un subgénero de la ciencia ficción caracterizado por una trama especulativa que se desarrolla en un universo distinto al actual, un mundo en el que ha acontecido un suceso clave a partir del cual la Historia sigue un derrotero diferente. Ese punto de inflexión o de divergencia se llama “punto Jonbar” (que no "Jumbar", como suele aparecer escrito en grafía española) y suele corresponder a un hecho histórico destacado, aunque no necesariamente.

 

Ejemplos prototípicos los tenemos en obras clásicas del género, como «El hombre en el castillo» de Philip K. Dick (en el que se parte de la premisa de que la Alemania nazi salió victoriosa en la Segunda Guerra Mundial), «El sueño de hierro» de Norman Spinrad (donde un Hitler emigrado a Estados Unidos se convierte en escritor de ciencia ficción de segunda fila), «Pavana» de Keith Roberts y «Britania conquistada» de Harry Turtledove (donde la victoria de la Armada Invencible propicia la invasión de Inglaterra por parte de la España católica), «Lo que el viento se llevó» de Ward Moore (en el que un oportuno asesinato invierte el resultado de la Guerra Civil americana), o la más reciente «Tiempos de arroz y sal» de Kim Stanley Robinson (donde la peste negra asola casi completamente Europa y el Islam y China se erigen en potencias hegemónicas del nuevo orden mundial).

 

En España contamos con ejemplos destacables, novelas como «Alejandro Magno y las águilas de Roma» de Javier Negrete (que refleja el enfrentamiento entre los dos mayores imperios de su época, el macedonio de Alejandro Magno contra el incipiente poderío romano) o «Danza de tinieblas» de Eduardo Vaquerizo (donde el Siglo de Oro español se extiende hasta el Madrid de mitad del siglo XX, metrópoli convertida en la capital del mayor imperio del mundo civilizado); y novelas cortas como “Fuego sobre San Juan” de Javier Fernández Sánchez-Reyes y Pedro A. García Bilbao (una ucronía bélica que invierte el resultado de la guerra hispano-norteamericana por la posesión de las colonias de ultramar) o “El coleccionista de sellos” de César Malloquí (una ucronía ambientada en la Guerra Civil española con influencia de novela policíaca). Además de la muy recomendable recopilación «Franco. Una historia alternativa».

 

Como vemos, la historia alternativa es una temática que permite infinitas posibilidades de escenario, argumento y empleo de personajes históricos al servicio de la trama, y cuenta además con el beneplácito de un sector de público lector mucho más amplio que el específico de la ciencia ficción pues incursiona en una de las temáticas más populares como es la novela histórica. Por ello, la ucronía goza hoy día de una excelente salud, aunque bien es cierto que es un terreno que a mi juicio debería abonarse más, dada su enorme potencialidad temática y de público objetivo.

 

En este contexto viene a sumarse esta antología publicada por el siempre voluntarioso Grupo Editorial AJEC. Un primer volumen (hay anunciados dos más, el último formado por relatos de autores españoles) que incluye historias ganadoras o finalistas de diversos premios, algunos específicos como el Sidewise, escritos por verdaderos especialistas en la materia como los estadounidenses Harry Turtledove, Paul di Filippo o Kim Newman. El libro incluye, además, un artículo por cada relato en el que un historiador reflexiona acerca de la validez de la premisa ucrónica, una idea interesante cuyo resultado no siempre está a la altura de las circunstancias.

 

Otras fallas que no pueden pasarse por alto son la defectuosa ilustración de portada, y la sensación de cierta falta de unidad como producto a pesar de que los relatos –interesantes y recomendables- compartan una misma temática. En todo caso, un volumen que todo aficionado a la ciencia ficción, a la novela histórica e, incluso, la Historia haría bien en no perderse.

 

 

Incluye:

"En las Tierras del Fondo", de Harry Turtledove

"El efecto Ashbazu", de John McDaid

"0 uno", de Chris Roberson

"Los misteriosos Iowans", de Paul di Filippo

"El otro lado de la medianoche: Año Drácula 1981", de Kim Newman

Hace aproximadamente seis millones de años el mar Mediterráneo se secó, la tectónica de placas originó una cordillera que actuó como muro de contención frente al océano atlántico y la región resultante se transformó en las Tierras del Fondo, una caldera de temperaturas extremas, reducidas masas de agua y frecuente actividad sísmica

"En las Tierras del Fondo", de Harry Turtledove

(“Down in the Bottomlands”)

Premio Hugo de Novela Corta 1994

 

Radnal es un biólogo de campo que cumple su periodo de servicio obligatorio como guía turístico en el Parque Foso. Tras recoger a su grupo, inicia la marcha descendente que lo conduce a mostrar las maravillas del lugar. Tras una primera jornada agotadora, a la mañana siguiente aparece asesinado un ciudadano de una nación rival, un hombre solitario que Radnal sospecha podría tratarse de un espía, por lo que pone el asunto en manos de agentes de inteligencia de la policía política del estado.

 

Harry Turtledove puebla su relato de multitud de referencias que enriquecen la consistencia de su mundo alternativo, detalles que no sólo tienen que ver con la caracterización de personajes y la verosimilitud de las situaciones planteadas sino, muy especialmente, con la imaginativa descripción de los rasgos culturales que definen los diferentes estados que pueblan ese nuevo universo de ficción y quedan reflejados en la figura de los turistas. Por supuesto, Radnal es el personaje descrito a un mayor nivel de profundidad, un muchacho de carácter estoico y oriundo de la Tiranía Hereditaria de Tartesh, una nación de costumbres feudales y moral próxima a los postulados de la religión musulmana.

 

Indudablemente, el aspecto más sobresaliente de esta historia es su escenario ucrónico. No sólo al nivel geológico descrito hasta el momento sino, también, con respecto a la evolución de la raza humana. Así, estos cambios propiciaron la coexistencia en paralelo del Homo Sapiens y el Neandertal hasta el momento presente, dos grupos humanos con evidentes diferencias físicas que en la narración son aludidos como Cabezas Altas y Cejas Fuertes.

 

El resultado es una realidad alternativa muy sólida pese a lo insólito de la premisa argumental. Una historia bien construida que introduce de forma natural el elemento ucrónico y sabe dosificar el nivel de información a suministrar para mantener en todo momento el ritmo adecuado a la acción. Un texto muy imaginativo, caracterizado por atractivas descripciones de la biología local, aunque su valor narrativo -al menos de la traducción- sea moderado.

 

Valoración: Muy Interesante

La invención de la imprenta en Sumer trajo consigo la consolidación de unos estándares comunes -una lengua, leyes y un sistema de medidas- que hicieron posible la supervivencia del antiguo imperio

"El efecto Ashbazu", de John McDaid

(“The Ashbazu Effect”)

 

El descubrimiento de la imprenta provocó enormes cambios sociales y la ruina para los escribas como Enzu, un profesor de escuela cuyo oficio ya no interesa a los aprendices. Por si esto fuera poco, es autor de un manuscrito que narra acontecimientos que no han tenido lugar -como que la imprenta de tablillas nunca fuera descubierta-, por lo que su prestigio personal se ve drásticamente mermado.

 

McCaid parte de una premisa francamente interesante, como es la temprana invención de la imprenta y los cambios a que ello da lugar, pero construye en cambio una historia particular de bastante menor calado. Faltan páginas y alcance que desarrollen las pinceladas de ambientación histórica alternativa, más allá de la pirueta de plantear una ucronía dentro de otra ucronía que, por supuesto, refleja el mundo real al que ningún personaje otorga verosimilitud por ser “excesivamente fantasioso”. El resultado es un texto ligero y escasamente especulativo, con algunos guiños al lector especializado como la autoedición de escritos amateurs o la imprenta de papiros de Egipto.

 

Valoración: Interesante

China se ha convertido en la nación más poderosa del planeta desde que, siglos atrás, conquistara las tres cuartas partes del mundo. Pero el mayor anhelo del Emperador no es gobernar el orbe sino surcar los cielos, de ahí que destine la mayor parte de los recursos del imperio al proyecto de construir una Nave Espacial Imperial

"0 uno", de Chris Roberson

(“0 One”)

Premio Sidewise 2003

 

Tsui es jefe de cálculo en la Casa Imperial cuando un inglés llamado Napier (evidentemente, el escocés John Napier, descubridor de los logaritmos) presenta al emperador un prototipo de una nueva y revolucionaria máquina analítica (un trasunto de la máquina diferencial de Charles Babbage), capaz de realizar cálculos a una velocidad muy superior a la tradicional mediante ábacos. Se establece entonces una competición para dirimir no sólo la superioridad de un sistema de cálculo sobre el otro y el prestigio personal de ambos contendientes sino, sobre todo, dos formas incompatibles de entender el mundo.

 

De nuevo, una premisa muy sugerente (aunque, ciertamente, poco verosímil) permite construir una historia superficial que desaprovecha la enorme potencialidad del escenario. El argumento se centra en la idea y apenas aparecen detalles destacables de ambientación, pero el desenlace merece realmente la pena.

 

Valoración: Interesante

Continuación apócrifa de «La Isla Misteriosa» de Julio Verne, en la que Paul di Filippo recrea la visión positiva que del avance científico y del propio futuro se tenía a principios de siglo XX: gigantescas estaciones de ferrocarril abarrotadas de limpias locomotoras gravitomagnéticas, enormes edificios dotados de pasos elevados, aerostatos surcando los cielos, tubos neumáticos para comunicación de mensajes a grandes distancias, computadoras de tamaño megalítico, cuadrumanos (monos amaestrados) para el desempeño de tareas domésticas… Una época de grandes descubrimientos y avances tecnológicos sin parangón

"Los misteriosos Iowans", de Paul di Filippo

(“The Misterious Iowans”)

 

Isla Lincoln es una nación independiente consagrada al progreso científico y ubicada en lo que una vez fuera el estado norteamericano de Iowa. Un corresponsal del Boston Herald acude a cubrir la conmemoración del 30 aniversario de su independencia cuando, de forma azarosa, establece contacto con uno de los padres fundadores del país, quien le confiesa que todo el esplendor de la isla procede de un gran secreto que tiene los días contados.

 

El problema de esta historia es que sólo funciona como homenaje; y esto siempre que el lector conozca y recuerde el relato original para permitir su seguimiento. Además, las supuestas consecuencias del final de la “farsa” pecan a mi juicio de radicales e injustificadas. No obstante, es una historia divertida que, como no podía ser menos, posee un desenlace igualmente verneano que entronca con otro de los ciclos del escritor francés, el de Robur el Conquistador.

 

Valoración: Interesante

Cien años después de que el conde Drácula arribara a Londres y cambiara para siempre la faz del mundo, los vampiros son aceptados como súbditos de su Graciosa Majestad y otras naciones de la vieja Europa. En Estados Unidos su número es relativamente bajo, y son tolerados a regañadientes porque ya no precisan saciar su sed atacando a víctimas inocentes sino que se alimentan de acólitos voluntarios. Son tiempos revueltos de nosferatus, cálidos, neonatos y dhampiros o adictos a la sangre de vampiro, que otorga fortaleza y poderes sobrehumanos, si bien de forma transitoria y a cambio de un elevado desgaste físico

"El otro lado de la medianoche: Año Drácula 1981", de Kim Newman

(“The Other Side of Midnight: Anno Dracula 1981”)

 

Corre el año 1981. El Conde Drácula murió definitivamente en 1959 y Geneviève, la más antigua de entre los vampiros con cerca de 500 años, es blanco de las iras de sus semejantes por su participación en el derrocamiento. La pequeña Geneviève –de sólo dieciséis años aparentes de edad- se asienta en las playas de Malibú buscando la ansiada paz interior, dejando atrás el recuerdo del cálido al que se mantuvo unida durante varias décadas y empleando el tiempo como detective privado en casos relacionados con vampiros.

 

Por su parte, un maduro Orson Welles, rodeado tan sólo por sus más incondicionales y agobiado por las necesidades enquistadas de los múltiples proyectos en los que se había embarcado, soñaba con rodar la versión definitiva de Drácula, descontento con la obra de Coppola. Welles, siempre necesitado de financiación, recibe una generosa propuesta de parte de un misterioso productor independiente, un nosferatu llamado Alucard que es un evidente anagrama del propio Drácula. Welles desconfía y contrata los servicios de Geneviève, consciente de que rodar su película podría, de alguna manera, provocar el retorno de Drácula de entre los muertos.

 

“El otro lado de la medianoche”, además de una muy lograda referencia polisémica (al lado oscuro que representan los vampiros, a los Estados Unidos frente a Europa), resulta de la combinación de dos largometrajes del citado Welles: «Campanadas a la medianoche» y la inacabada «The Other Side of the Wind». Newman sitúa la acción en el año 1981, años después de la muerte del Conde Drácula cuyo ascenso al trono del Imperio Británico como consorte de la reina Victoria relató en las muy recomendables «El año de Drácula» y su secuela «El sanguinario Barón Rojo»; esta novela corta puede considerarse, pues, como una continuación independiente.

 

Newman comienza su relato con un aturullado, denso, aburrido y absolutamente prescindible disquisición en torno al calendario juliano y el año cero, que acompaña con referentes culturales de la Baja California que en no pocas ocasiones escapan a la comprensión general. Afortunadamente, la novela pronto da un giro para internarse en la descripción de acontecimientos históricos (sutilmente alterados respecto a la realidad por la presencia de los vampiros), un preámbulo bastante largo pero necesario para poner al lector en antecedentes, forzando de paso la catalogación como historia alternativa de un relato cuyo punto Jonbar corresponde, en puridad, a la simple irrupción en sociedad de un personaje literario inexistente.

 

Pero, más allá de su discutible adscripción temática, “El otro lado de la medianoche” refleja con inteligencia, cariño y, sobre todo, conocimiento los entresijos del mundo del cine que rodeaban al dorado Hollywood. Así, se suceden los guiños cinéfilos de películas, actores y directores (incluido nuestro ínclito Jesús Franco), se alternan detalles biográficos reales con otros imaginarios al servicio de la trama, y no faltan las apariciones estelares de personajes famosos como el teniente Colombo o cierta “Barbie” cazavampiros que tiene a Geneviève en su punto de mira. Sin olvidar a todo un Orson Welles ideando nuevos trucos de cámara empleando vampiros y algún que otro gazapo (como que un vampiro amenace a otro con un abrecartas de plata y ni siquiera se hiera la mano al empuñarlo). En todo caso, sinceramente, un narración muy atractiva que justifica por sí misma todo el volumen.

 

Valoración: Muy Interesante

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