Portal Literatura Fantástica

Libros publicados en 2014

Un minuto antes de la oscuridad2

La novela se ambienta en un Madrid de pasado mañana cuando, tras una serie de epidemias, colapsos y revueltas que han diezmado a la población, la ciudad se repliega sobre sí misma y deja de ser segura más allá de la M-30. La novela transcurre en los días previos a un apocalipsis anunciado, la caída definitiva de la sociedad humana en el pozo de la barbarie por razones que nos son ajenas y que ya han dejado de importar. Es también un libro repleto de imágenes poderosas y un relato muy realista que logra sembrar el desasosiego.

 

La novela posee un tono más narrativo y menos poético que en obras anteriores, un aligeramiento de estilo que bien podría favorecer su comercialidad y sus opciones como guión de un largometraje apocalíptico asentado en referentes cercanos pero que a cambio ya no deja en el lector el recuerdo indeleble de sus predecesoras; al menos no hasta su último tercio

Un minuto antes de la oscuridad

«Un minuto antes de la oscuridad» es la muy esperada nueva novela del escritor navarro, afincado en Madrid, Ismael Martínez Biurrun. Un texto que supone un cierto grado de inflexión dentro de su narrativa fantástica altamente literaria, caracterizada por su originalidad, cotidiana naturalidad, solidez de personajes y madurez vital. Una progresión hacia su consolidación como reputado estilista que puede observarse en su obra novelesca, desde la incipiente «Infierno nevado» (Equipo Sirius, 2006) a las mucho más sólidas y literarias «Rojo alma, negro sombra» (451 Editores, 2008), «Mujer abrazada a un cuervo» (Salto de Página, 2010) y «El escondite de Grisha» (Santo de Página, 2011).

 

En esta ocasión Biurrun opta por abandonar el fantástico y abrazar una trama pre-apocalíptica; una “pesadilla de resonancias ballardianas” en donde el protagonista ve desmoronarse el mundo que le rodea, desde las más altas cúpulas de poder hasta el amor de la mujer con quien comparte su vida. Un libro publicado en un sello especializado como al inicio de su carrera, Fantascy, que hoy por hoy es uno de los grandes referentes del género en nuestro país.

 

La novela se ambienta en un Madrid de pasado mañana cuando, tras una serie de epidemias, colapsos y revueltas que han diezmado a la población, la ciudad se repliega sobre sí misma y deja de ser segura más allá de la M-30. Las autoridades han suprimido servicios básicos -sanitarios, educativos, policiales, sociales- en los barrios del extrarradio y familias como la de Ciro, Sole y su hijo Pau se enfrentan al dilema de luchar prácticamente en solitario contra la barbarie que representa una extraña multitud silenciosa que al anochecer toma a sangre y fuego las calles, refugiarse en el espejismo de seguridad que ofrece el centro urbano o escapar a un incierto destino lejos de la metrópoli. Una disyuntiva que terminará por minar la estabilidad emocional del núcleo familiar y les obligará a plantearse qué papel desean ocupar en el ocaso de la sociedad.

 

Ciro Márquez Alba, el principal protagonista del relato, es un honrado profesor de Historia Moderna en la Universidad Complutense; un hombre justo y de principios que se resiste a olvidar las estructuras que sustentan al sistema y trabaja por vertebrar una red de solidaridad vecinal que contrarreste, si cabe temporalmente, las evidencias del progresivo desmoronamiento. A su lado, sus amigos Nando y Velasco intentan ofrecer una imagen de fortaleza e integridad totémica sin descuidar proteger a sus familias de los peligros externos. Por el contrario, Sole vuelca su frustración de ex alcohólica y joven madre encerrada en el hogar a la espera de su esposo consumiendo píldoras estimulantes que le provee un antiguo novio a cambio de favores sexuales.

 

La novela se inicia con la marcha de Abel, otro de los amigos de infancia de Ciro, que rompe la burbuja de unidad y aislamiento de la realidad en que habían estado viviendo, a partir de lo cual cada uno tomará sus propias decisiones y derroteros vitales. En el caso de Ciro, medidas drásticas relacionadas con la seguridad de su familia y el desenmascaramiento de un asesino que está actuando con total impunidad en el campus universitario; una misión absurda e insensata en los tiempos que corren, que le conducen con paso firme a un territorio cada vez más incierto.

 

 

«Un minuto antes de la oscuridad» comienza como el autor navarro acostumbra a hacer en todos sus libros, con una frase de impacto: “la verdad está en los reflejos”; sentencia que poco a poco va cargándose de significado desde la ardiente derrota que supone el hogar de Abel consumido por las llamas a la idea de clones capaces de sustituir al “modelo” original e, incluso, enmascarar la trama global. Metáforas, reflexiones y aforismos que retratan un presente particularmente crudo para los personajes, quienes carecen de más horizontes que los inmediatos y rehúyen como funesto tabú cualquier referencia al pasado o al futuro. Corresponde al lector unir los puntos suspensivos, trazar la magnitud del desastre y atisbar el tiempo restante antes del colapso, ese particular “minuto” al que hace referencia el título y que se sustancia también en el desasosegante final.

 

Como viene siendo habitual, el título está particularmente bien escogido. La novela transcurre en los días previos a un apocalipsis anunciado, la caída definitiva de la sociedad humana en el pozo de la barbarie por razones que nos son ajenas y que ya han dejado de importar. Por ese motivo, en la periferia aún mal funcionan algunos servicios básicos como agua, electricidad, teléfonos móviles que van quedando paulatinamente sin cobertura, o un abúlico canal de televisión que emite viejos programas enlatados y partes meteorológicos. Y aunque “la urdimbre tecnológica de la ciudad va cayendo día a día en un lagrimeo de fallos que nadie era capaz de atajar”, el centro sigue disponiendo -pese a las restricciones- de un inexplicable suministro continuado de combustible, energía y alimentos para sustentar a una población que ronda el medio millón de personas.

 

Un Apocalipsis lento iniciado cuatro años atrás y no plenamente satisfactorio desde un enfoque lógico, que deja además multitud de preguntas sin respuesta: ¿qué motivó el colapso? ¿Por qué tribus nómadas como la de los hawaianos se comportan de una forma tan alucinada? ¿En serio puede existir un refugio sostenible a tan solo 290 kilómetros de Madrid? ¿De dónde obtiene la ciudad los recursos necesarios para levantar el gigantesco muro de la M-30? ¿Es verosímil un comportamiento tan ilusoriamente cívico por parte de Ciro y sus convecinos en las circunstancias descritas?

 

La caracterización de personajes resulta más superficial que en anteriores ocasiones (salvo, quizá, en el caso de Ciro), pero la carga simbólica es, no obstante, notablemente superior: los hawaianos, los clones, la desestructuración familiar, la posible lectura en clave admonitoria... Si Ciro, profesor de Historia Moderna -sin duda, la profesión más inútil del mundo en esos momentos-, encarna al individuo de clase media que lucha por mantener a flote la civilización (referente en el que probablemente la mayoría de nosotros querríamos vernos reflejados), su mujer ofrece la alternativa cómoda de la disolución en el olvido. En cada capítulo, personajes idealistas como Ciro, Nando o Velasco pierden empuje en favor de otros mejor adaptados a las circunstancias, cuando no desquiciados por éstas, como el ex novio de Sole, el psicópata del campus, el comisario de policía Ammán o el desconcertante Yonan. Ciro enfrentado en solitario a las injusticias del mundo adquiere tintes tan heroicos como patéticos.

 

Es también un libro repleto de imágenes poderosas, como el momento ritual de la quema diaria de basuras frente al contenedor de cada uno de los últimos resistentes, la inmolación del “hermano” de Abel, la locura colectiva encarnada por los hawaianos (“una gigantesca oruga humana que se abría paso cantando, bailando y devorándolo todo”) o la muerte particularmente cruda de algunos secundarios. Momentos climáticos que permiten liberar tensión a una atmósfera recargada que no termina de estallar y que sume a la historia en una sensación de inmisericorde inevitabilidad.

 

La novela posee un tono más narrativo y menos poético que en obras anteriores, un aligeramiento de estilo que bien podría favorecer su comercialidad y sus opciones como guión de un largometraje apocalíptico asentado en referentes cercanos -ahí tenemos el ejemplo de «Los últimos días» y el precedente de «Welcome to Harmony»- pero que a cambio ya no deja en el lector el recuerdo indeleble de sus predecesoras; al menos no hasta su último tercio.

 

Con todo, un relato muy realista que logra sembrar el desasosiego gracias a unos diálogos muy sólidos, un background bien construido, algunas metáforas excelentes (“la rabia entre ellos avanzaba como un glaciar, arrastrando sedimentos de emociones mucho más complejas”) y algunas escenas dignas de mención (entre otras, una a tres bandas en la que se entrelazan una pelea, un televisor que emite un parte meteorológico y un narrador que relata el pasado de uno de los personajes). Probablemente, una de las mejores novelas fantásticas de autor español que se publiquen a lo largo del presente año.

 

Volver a Literatura Fantástica

eXTReMe Tracker ¡CSS Válido! Valid HTML 4.01 Transitional Icono de conformidad con el Nivel Doble-A, de las Directrices de Accesibilidad para el Contenido Web 1.0 del W3C-WAI Acceso a la Web de la editorial